La captura de Javier Duarte sin duda es un logro presumible del Gobierno de Peña Nieto. En menos de una semana, han sido capturados al menos dos ex-gobernadores que han lastimado gravemente el patrimonio y la dignidad de los mexicanos: Tomás Yarrington, ex mandatario de Tamaulipas y el veracruzano, Javier Duarte.
Lo innegable es que el primer paso para que pudiera darse esta captura lo dio el gobernador actual de Veracruz, Miguel Angel Yunes. Antes de la captura, Yunes por su cuenta, logró recuperar más de 1,200 millones de pesos a través de los socios y prestanombres que logró rastrear desde la gubernatura.
Sin el esfuerzo y colaboración de Yunes para que esta captura pudiera realizarse, tal vez en este momento seguiría prófugo Duarte. No por falta de voluntad, sino por falta de información.
Para los mexicanos, resulta bastante satisfactorio que más allá de los asuntos partidistas, los mandos federales y estatales logren trabajar conjuntamente, pues Yunes ha reconocido al presidente Enrique Peña Nieto porque durante los trabajos para encontrar y capturar a Javier Duarte, en ningún momento hubo alguna actitud de complicidad o algún intento de encubrirlo, una versión más que confirma la voluntad política del Presiente para hacer frente a la corrupción.
En su columna, Don Federico Arreola narra las declaraciones de Yunes y aunque le da su justo lugar al Presidente, no puede pasar desapercibido la importancia que Yunes ha tenido en esta captura, y sin duda alguna, el actual gobernador de Veracruz habrá de continuar coadyuvando para hacerle justicia a los veracruzanos, pues tal como lo narra Arreola, "para el gobernador veracruzano, el asunto no termina con la detención de Duarte pues deben comparecer y resarcir lo robado aquellos cómplices del exgobernador; proceso en el que Yunes deberá mantener el liderazgo contra la impunidad hasta que Duarte responda por sus actos y abusos.