El museo más visitado de la Ciudad de Madrid (lamentablemente), tiene ahora un nuevo trofeo en sus vitrinas, la Copa Mundial de Clubes 2016. Es un trofeo que no tendrá el mismo valor que otros, pero que siempre es bueno ganarlo para engrandecer más la historia de cualquier club del mundo.

El Real Madrid ganó el mini torneo en una final aburrida y donde una vez más, al igual que la final de Champions y la Supercopa de Europa, tuvo que recurrir a minutos adicionales a los 90 reglamentarios.

El equipo europeo empezó ganando, pero el equipo japonés Kashima Antlers no dejó de creer que sí se puede ganar al Madrid. Sus jugadores corrieron cada minuto del partido y sus carreras rindieron frutos. Le dieron la vuelta al partido con dos goles que dejaron perplejo al equipo merengue.

Ooootra vez había que remar contra corriente. Al parecer al equipo de Zidane le gusta sufrir y hacer sufrir a sus aficionados. Algunos seguidores y periodistas de otros equipos han llegado a decir que este Madrid ha ganado porque tiene “mucha suerte”. No es tema de esta columna el debatir que tan cierto o falso puede ser. La realidad, la cual es inobjetable, es que el Real Madrid ganó el último torneo del año y se proclamó Campeón del Mundo.

A partir del 1-2 en contra, el equipo de Concha Espina se acomodó bien en la cancha y comenzó a hacer valer su supremacía técnica. Cristiano fue el encargado de empatar el marcador con un penal que le cometieron al grande de Luquitas Vázquez.

Se fueron a tiempos extras y ahí el Madrid dejó de jugar con su presa y salió al campo a devorársela. El Balón de Oro de este año ofreció un “hat-trick” al mundo y con eso fue suficiente para que el marcador quedara 4-2 en favor del equipo de la capital española.

Desde luego tenía que haber polémica. Sergio Ramos cometió una falta que ameritaba se segunda amarilla, el árbitro se acercó a él con la mano en la bolsa dispuesto a sacarle el cartón preventivo y al final lo dejó impune. Después del partido el árbitro comentó que su juez de línea le dijo por el micrófono “sin tarjeta” y él entendió “con tarjeta”. Cosas del futbol, cosas que rodean a un equipo siempre polémico. Al final, no le mostró la tarjeta y el capitán pudo terminar el partido.

Cristiano ganó el MVP del partido y el trofeo al mejor jugador del torneo; Ramos levantó el trofeo de campeón mundial, y al parecer todos contentos, el Madrid por ser campeón y el Kashima por ser un digno rival.

Increíble que después de cómo empezó el Madrid este año, haya terminado siendo campeón del mundo. Por eso es grande este equipo, porque puede ganar un torneo sin jugar de la mejor manera y puede cerrar de manera triunfal un año que pintaba catastrófico.

¡¡¡Hala Madrid!!!