El Premio Ondas lo entrega anualmente, en España, un grupo radiofónico, la Cadena SER, a las personas que destacan en la radio y la televisión.

En la página web de Noticieros Televisa, he leído que el próximo 24 de noviembre, en Barcelona, recibirán el galardón las siguientes personas o instituciones:

1.- En la categoría Internacional de Radio, la producción Las Palabras de mi Madre del Taller de Creación Sonora Radiofónica, de Bélgica.

2.- En la misma categoría, mención especial al reportaje Nuevos métodos para planchar y morir en México, de Karla Iberia Sánchez, de Televisa Radio.

3.- En la categoría Internacional de Televisión, el premio fue para ZDF German Televisión por una coproducción europea, Póker en la Valla de la Muerte.

4.- El Premio Ondas a la Trayectoria Periodística fue para Jorge Ramos, de Univisión.

5.- El Premio Ondas Internacional a la Trayectoria en Radio y Televisión fue otorgado a Joaquín López-Dóriga, de Televisa y Radio Fórmula.

6.- El premio en la categoría Nacional de Televisión como mejor serie española fue para El Ministerio del Tiempo, de Televisión Española.

7.- El Premio Ondas de la Música fue para el cantante Raphael, de España.

8.- En la categoría Ondas de la Música el premio al Artista del Año fue para Fito Cabrales, de España.

Felicidades a todos.

¿Por qué me ocupo del Premio Ondas? Por lo que un saltillense, que lee a Ciro Gómez Leyva en algún diario de Coahuila, me dijo por mensaje telefónico la madrugada de este viernes: que Ciro había sugerido, en un artículo, que ese galardón exonera a López-Dóriga de las graves acusaciones de extorsión que le ha hecho la señora María Asunción Aramburuzabala.

Sin duda, Joaquín López-Dóriga merece el mencionado premio y muchos más. Su carrera ha sido muy destacada. Pero, seamos serios y veamos las cosas con objetividad:

1.- Formalmente acusado, no

El Premio Ondas no le va a servir a López-Dóriga para defenderse en los tribunales o en el ministerio público porque, ni hablar, nadie lo ha acusado. La imputada es su esposa. Espero de todo corazón que Adriana Pérez Romo no pise la cárcel, ya sea porque se le dé la razón en el proceso penal o bien porque llegue a un arreglo sensato con Aramburuzabala.

2.- Tribunal de la opinión pública: culpable

A López-Dóriga sí se le ha acusado –y no solo lo ha hecho Aramburuzabala– en el tribunal de la opinión pública. Hace rato que se dictó sentencia en contra del principal periodista de Televisa: carece de credibilidad.

Su trayectoria ha sido extraordinariamente buena, sin duda, pero en los últimos años perdió el respeto de la gente que lo sigue en radio, TV y prensa. Para limpiar su imagen, López-Dóriga tendrá que imitar a Jacobo Zabludovsky: una vez que deje la empresa de Emilio Azcárraga –en la que Joaquín ya es un verdadero lastre– deberá usar su espacio radiofónico para hacer lo que durante años no ha hecho: periodismo humilde, objetivo y crítico. Si se aplica, tal vez terminará su vida con la cara bien lavada.

3.- López-Dóriga emparentado con Laura Bozzo

Es un hecho, López-Dóriga ha triunfado sobre todo en el terreno de la audiencia. Aunque en los últimos tiempos ha andado a la baja –cada día menos gente lo ve en Televisa, lo lee en Milenio y lo escucha en Radio Fórmula–, Joaquín durante mucho tiempo ha estado entre los periodistas mexicanos con más seguidores.

Pero rating no garantiza credibilidad.

Laura Bozzo seguramente llega a más personas que López-Dóriga, pero nadie le cree a la peruana y, por lo tanto, ya es más el daño que le hace a la empresa en la que trabaja, Televisa, que lo que aporta.

No estoy comparando a Joaquín López-Dóriga Velandia con Laura Cecilia Bozzo Rotondo… Un momento, sí les he comparado. Ni modo, se les tiene que meter siempre en el mismo puchero.

Siendo Joaquín mucho más respetable que Laura, lo cierto es que él y ella representan lo mismo: un modelo de televisión, afortunadamente superado, que los mexicanos no solo no necesitan, sino que desprecian.

Televisa tampoco puede más con ese modelo de televisión.

Si la compañía de Emilio Azcárraga verdaderamente desea cambiar para volver a su mejor época, la de antes del año 2000, cuando la enorme televisora fue un factor de avance político y social, no puede seguir dependiendo de Bozzo y López-Dóriga.

Aquella Televisa, la que el actual Azcárraga transformó positivamente en cuanto recibió los controles, muy bien asesorado por su entonces muy joven equipo –Bernardo Gómez, José Bastón, Alfonso de Angoitia– contribuyó bastante a la transición democrática.

En la historia de Televisa está aquel logro maravilloso, claro que sí. Después, la empresa decidió recorrer la ruta fácil y rentable de la televisión vulgar, barata y sin credibilidad –la de López-Dóriga y Laura Bozzo–, que sobre todo por el bien de la propia Televisa ya debe desaparecer.