Estamos por terminar este año. Cuántas situaciones, cuántas personas, cuánto tuvimos que vivir y aprender. A veces pensamos que ya sabemos muchas cosas, pero no es así. La vida nos sorprende todos los días y nos enseña a no generalizar, a no hablar sin fundamento, a que no existen verdades absolutas, a que los seres humanos somos tan iguales y a la vez tan diferentes.

 Ojalá supiéramos todo, las leyes de la vida, la cura de las enfermedades, las reacciones de la gente,  cómo educar, cómo aprovechar el tiempo, cómo lograr tener lo que deseamos y muchas otras cosas.

Si somos observadores, si aprendemos a hacer conscientes todos los momentos que vivimos, podríamos entender más la vida.

A veces pensamos que meditar es estar en un lugar apartado y en silencio. Puede ser una manera, pero también puede serlo en medio del bullicio, del tráfico, en medio de una discusión, en el momento de tomar café, en el trabajo, en el transporte, al caminar, al conversar o al descansar. Se puede meditar en todos los momentos, en todas las situaciones y haciendo cualquier cosa. Lo importante es: "Hacer consciente cada momento que vivimos". Simplemente parar un poco para pensar ¿en dónde estoy en este momento? ¿Cómo me siento? ¿Con quiénes estoy? ¿Qué estoy pensando? ¿Qué estoy diciendo? ¿Qué estoy haciendo?

De esta manera sentiríamos cómo el oxígeno llena nuestros pulmones, cómo late nuestro corazón, apreciaríamos lo que vemos, nos daríamos cuenta de que la vida tiene luz y sonido y de que los seres humanos tenemos independientemente de nuestro físico, un alma que nos hace vivir. Las personas tendemos a cerrar ciclos, a evaluar, a hacer un recuento de lo positivo y de lo negativo a lo largo de un periodo, de un evento o de toda una vida.

Aunque eso resulta bueno,  lo mejor es no tener que esperar  a que termine un año o un ciclo. Podríamos utilizar un método más sencillo, que sólo consista en hacer un recuento diario que se llame "cómo vivir hoy", sólo hoy. Si "mi hoy" fue algo maravilloso qué bueno, si no, puedo enmendarlo o cambiarlo mañana y haciendo esto día con día, los días que vengan seguramente serán cada vez mejores. Parar en algún momento para darnos cuenta de que lo único que tenemos es lo que estamos viviendo ahora,  en este preciso momento. Empezar a meditar concentrándonos en "nosotros mismos", estemos donde estemos.

Si todos los días nos esforzamos en ser "nuestra mejor persona", seguramente nos daríamos cuenta de que dedicar unos minutos diarios para meditar puede cambiar nuestra actitud una vida entera. ¡Buen fin de semana!