Es común que frente a los momentos de crisis se busque señalar culpables para redimir las faltas o carencias que son causa de procesos históricos y no solamente de decisiones del presente. En esta cacería de brujas para la expiación, se olvida el pensar que la labor política depende en gran parte de las circunstancias a las que se enfrentan; de las capacidades con las que se cuentan, pero sobre todo, de la visión que se tiene a futuro de los proyectos políticos en los que se cree. 

Así que, en este impulso de tapar el sol con un dedo para calmar la visceralidad de quienes no logran pensar en los problemas como algo que se deben resolver de raíz, se castiga a quienes no cumplen con la resolución inmediata de los conflictos; tachándoles de inútiles o, incluso, volviéndoles en discurso traidores o enemigos. Relegando de ésta forma la noción de que ninguna crisis se genera de manera espontánea  y que entre más grande es la dificultad que se atraviesa, mayor será la labor política necesaria para resolverla. 

Hoy, el Partido Revolucionario Institucional enfrenta una de esas crisis profundas que son consecuencia de años de desgaste y errores estructurales. No simplemente de las acciones inmediatas de una administración o de una serie de personajes específicos, que si bien han cometido errores estos responden a una serie de males mayores que necesitan ser erradicados con urgencia. 

Es necesario entender que la solución a ésta crisis no vendrá simplemente con un cambio de dirigencias o liderazgos locales. Y es que si como priistas no logramos comprender esto entonces no podremos pensar en la reconstrucción real de un proyecto de partido. 

En gran parte, considero que ésta visión a futuro ha sido el eje rector del paso de Claudia Ruiz Massieu frente al Comité Ejecutivo Nacional del partido; tanto en su labor como presidenta como de secretaria general en su momento. En su papel de política ha demostrado que en todo puesto que se ocupe se debe servir con congruencia a los principios que se representan y que las decisiones que se tomen en un cargo siempre deben ser pensadas para construir un futuro que trascienda a su puesto mismo.

Desde su llegada al partido ha recorrido todos los estados del país, escuchando las necesidades e incomodidades de la militancia; apoyando a los candidatos del partido y representando al PRI en foros nacionales e internacionales como pocas veces se había visto. En momentos cruciales ha peleado por la defensa de la ley frente a cualquier simulación o acto de corrupción de militantes que han quebrado la confianza ciudadana y han antepuesto sus intereses privados frente al bien común, representando así a los miles de priistas honestos que buscamos construir un partido congruente.  

Como parte de su visión a futuro ha puesto orden en donde no lo había, ha pugnado por la renovación de comités y consejos políticos vencidos desde varios años atrás; además de impulsar el vínculo perdido entre la ciudadanía y el partido a través de programas de gestión social como Yo Voy al PRI que buscan mantener un acercamiento permanente con la gente. Para poder ser ejemplo de democracia para los mexicanos, la presidenta instauró la Jornada Nacional de Afiliación y Refrendo de la Militancia, fomentando así la participación política de los militantes en los procesos internos y eliminando prácticas que hoy son parte de las razones de la crisis que se enfrenta.

¿Cómo se puede pensar en hacer al PRI una opción fuerte frente a la oferta política de otros partidos si no se toman a acciones que realmente hagan cambios de fondo?

Sin embargo, la más importante labor de Claudia Ruiz Massieu fue mantener la estabilidad del partido frente a la coyuntura que enfrentaba; comenzó a trazar caminos para la reconstrucción, pero sobre todo mantuvo el orden antes y después de una elección que comprometió la fuerza del PRI. 

La nueva presidencia del partido se enfrenta a una tarea difícil: la labor de reconstrucción. Los priistas esperamos que se mantenga la línea que ha dejado Ruiz Massieu de pensar más allá de un período de gestión y que no se comprometa la integridad de quienes militamos en el partido por soluciones que no corrigen las fallas desde su origen. Ninguna crisis será posible de corregir sin la convicción que grandes políticos como la actual presidencia ha demostrado. 

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Alberto Rubio Canseco

@Alberto_Rubio