Los estragos de esta “tercera ola” de la pandemia han tocado prácticamente todos los rincones del planeta.

En el Reino Unido, el Primer Ministro, Boris Johnson, hizo una disculpa pública ante el desastre sanitario que se vive en dicho país. Más de 100 mil muertos y una nueva variante del virus han convertido a la nación en la más afectada de Europa.

En Estados Unidos, más de 420 mil muertos y problemas en la distribución de las vacunas ponen al nuevo presidente Joe Biden en serios aprietos en su estrategia, e incluso señaló que la cifra de decesos por esta causa en EU podría rebasar más de 600 mil personas.

En China, uno de los países que mejor ha logrado controlar la pandemia, nuevos brotes han orillado al gobierno a llevar a cabo pruebas masivas en decenas de millones de ciudadanos, con modalidades más incómodas como la toma de muestras por vía rectal, mismas que serían más precisas que las habituales, mediante la nariz.

En Alemania, la principal potencia económica de Europa, podría extender aún más los cierres en su territorio e incluso se analiza la posibilidad de enfrentar legalmente a las farmacéuticas para prevenir que exporten vacunas fuera del continente.

En Brasil, cientos de personas han fallecido por falta de oxígeno y el gobierno encabezado por el ultraderechista Jair Bolsonaro está prácticamente al bordo del colapso económico.

Por último, en México se han rebasado los 150 mil decesos y el presidente, Andrés Manuel López Obrador, resultó infectado de la peligrosa enfermedad.

Como podemos ver, las dificultades causadas por esta pandemia, la peor de los últimos 100 años, no son únicas de este continente, ni de México...