¿Una crisis de seguridad nuclear en la CFE?

En la actual administración se han registrado los hechos más lamentables en materia de electricidad de los últimos 30 años. Entre los más notables, están los apagones generalizados ocurridos en diciembre y febrero, y en petróleo, el estallido de plantas petroquímicas como la de Minatitlán.

A la polémica que enfrenta el sector energético, se suma otra situación aún más grave que rehacer el monopolio del Estado con CFE y Pemex, se trata del aspecto técnico de mantenimiento y operación de las plantas, incluyendo la central nucleoeléctrica de Laguna Verde. Como sucedió con la pandemia, los medicamentos y tantos ejemplos de asuntos que se politizan y no son atendidos científicamente.

El problema es que de no atenderse lo más pronto posible podría escalar a una tragedia, y hablo de la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde donde ya se tienen muchas advertencias para evitar que se registre un accidente a los niveles de Chernóbil.

Politizar no soluciona

Las alertas ya se han encendido, aunque Bartlett lo niega, de la misma forma que dijo que no hubo fraude en la elección de Salinas en 1988.

La nucleoeléctrica, que representa 4% de la generación eléctrica y 2% de la capacidad instalada, atraviesa una grave situación debido a que han trascendido reportes de negligencia e inseguridad por parte de la CFE.

La Advertencia

En un artículo publicado en El Universal sobre Laguna Verde, Peniley Ramírez advierte que operar sin las mínimas medidas de seguridad y sin el mantenimiento adecuado implica negligencia por parte de la CFE

La periodista da a conocer que en “la madrugada del 21 de enero de 2021 hubo una fuga de combustible en uno de los generadores de la planta nuclear de Laguna Verde… Mientras que el 21 de diciembre del 2020 se tiene registro de una fuga de diésel como un evento no usual”.

Ramírez Fernández, realizó su investigación con reportes internos que forman parte de los anexos de una dura carta que el físico matemático Bernardo Salas envió a la presidencia de México el 21 de febrero. Comenta que el científico Salas no ha obtenido respuesta a esta carta ni a otras 12 que envió antes. Exhibe: 

“Cuando fue ante la prensa de Veracruz a expresar sus preocupaciones, obtuvo como respuesta un duro comunicado de la CFE, donde lo acusaron de ser alguien que solo alarma a la población, sin conocimiento de lo que sucede en la planta”.

Otra carta del 15 de septiembre de 2020 es la que la división de Energía Nuclear de General Electric envió al Gerente de Centrales Nucleoeléctricas de la CFE, misma que Comisión reservó por cinco años.

En esa carta, se afirma que su contrato como proveedor incluía que 60 días antes de cada recarga de combustible nuclear la CFE entregaría una minuta con las actividades que iba a realizar. Pero esto no ocurrió a tiempo. La CFE entregó el programa de recarga a General Electric el 16 de julio de 2020, para una operación que iniciaría menos de un mes después, el 14 de agosto. Según la carta, cuando inició la recarga de combustible, la CFE no proveyó equipo de protección radiológica y, aunque la compañía dijo que necesitaban cambiarse 15 barras de control, la CFE arguyó que solo pagaría por 12. Entregaron partes dañadas y quisieron culpar a la empresa por los desperfectos.

La empresa aseguró que solo garantizaba las barras que ellos cambiaron y se deslindó de lo que ocurriera con el resto. Además, aseguró que la CFE no les había pagado, aunque ellos, a pesar de los contratiempos, realizaron el mantenimiento.

Barlett inconfiable

Como buen dinosaurio autoritario, Manuel Bartlett respondió a través de un comunicado que la información publicada sobre la Nucleoeléctrica es falsa: 

“La central no está, ni ha estado nunca, en riesgo de sufrir accidente alguno”.

Manuel Bartlett, Director General de la CFE

Por tratarse de un personaje que siempre ha actuado con mentiras, las dudas sobre cualquier opinión o información que ofrece Bartlett quedan de manifiesto.

En el apagón del pasado 28 de diciembre que afectó a más de 10 millones de personas, Bartlett mintió diciendo que fue producto de un incendio de un pastizal en Tamaulipas y presentó un escrito de Protección Civil del estado que, como después se supo, fue “apócrifo”, según lo aclaró el gobierno de Tamaulipas. El apagón en realidad ocurrió por fallas de operación y mantenimiento de la CFE.

El tema de Laguna Verde viene de tiempo atrás. En marzo de 2019 el semanario Proceso publicó otra investigación titulada “Laguna Verde, una bomba de tiempo envuelta en mentiras”. 

La central nuclear de Laguna Verde tiene problemas serios: ha permitido que algunos de sus trabajadores queden expuestos a dosis altas de radiación, ha tenido “paros automáticos” por problemas técnicos y no maneja adecuadamente sus residuos. Por estas razones, la Asociación Mundial de Operadores Nucleares le dio una calificación reprobatoria, pero los directivos de la planta ocultan y minimizan esta información...”

También el diario español El País publicó un artículo en el que dio cuenta de un incidente de “alerta naranja” después de una operación de recambio del uranio enriquecido que alimenta la planta. Cita un reporte de 13 páginas de la misma CFE y varias fuentes anónimas que apuntaron a otros incidentes similares, el artículo subraya las preocupaciones al interior de la planta por fallas de “desempeño humano” y la carencia de “una sana cultura de seguridad nuclear”.

Con la 4T, Laguna Verde vive una situación semejante a los tiempos de la URSS con su visión hegemónica del politburó y la negación de los problemas que derivó en una tragedia tan grande como la explosión de la Planta de Chernóbil el 26 de abril de 1986.

Los mexicanos y el mundo debemos estar en alerta máxima, no podemos desestimar los hechos y creer con fe ciega, de no darle la importancia adecuada. Lo que podría ocurrir en México, sería una verdadera tragedia.