“… debe imperar la libertad de expresión y de pensamiento; que los tribunales de justicia, independientes del poder Ejecutivo y de cualquier partido, apliquen las leyes, que hayan recibido el consentimiento amplio de la mayoría o estén consagradas por el tiempo y la costumbre”.

Winston Churchill

 

Se ha desatado una terrible polémica en torno a dos personajes de la vida política nacional, el expresidente Felipe Calderón y el compañero diputado y camarada Gerardo Fernández Noroña.

Ambos son líderes que expresan sus posiciones políticas abierta y libremente y por ello son satanizados, acusados, juzgados y “crucificados”. Ambos mantienen posturas completamente antagónicas y a pesar de ello y aunque sea difícil de creer, ambos quedan unidos por un asunto que concierne a todos y que es derecho inalienable en cualquier democracia: La libertad de expresión.

 

Durante toda su historia política-social, el compañero diputado camarada y amigo Gerardo Fernández Noroña ha mostrado una actitud muy controvertida, desde que se le tiraba a sus pies al presidente Zedillo y éste lo ayudaba a levantarse; al acusar a Felipe Calderón de robarse la presidencia y de fastidiar Pemex, al acusar al gobierno de Peña Nieto por las reformas estructurales que implementó y hasta a la 4T y el problema con el diputado Porfirio Muñoz Ledo, cuando se reunieron en Palacio Nacional con motivo del último Informe de Gobierno del ex presidente Peña Nieto y no le permitió acompañarlo.

 

Entre las últimas polémicas en las que ha estado envuelto mi amigo, el diputado Fernández Noroña, fueron las declaraciones en las que consideró y reconoció públicamente como “valientes” a los integrantes del Liga Comunista 23 septiembre que participaron en el intento de secuestro y posterior asesinato del empresario Eugenio Garza Sada. Las declaraciones de Noroña repercutieron en Congreso de Nuevo León que en una de las actitudes más poco democráticas, autoritarias y represoras, terminaron por declararlo “persona non grata”, por el simple hecho de expresar libremente una idea en la que él cree.

Al final, este debate se tornó en un tema de libertad de expresión, porque, aunque controversiales, tanto sus expresiones, como su posición política, nunca han atentado contra la paz ni inducido a la violencia, simplemente es poseedor de un estilo muy peculiar de expresar sus opiniones.

 

En el otro extremo de la geografía política se encuentra el expresidente Felipe Calderón, a quien sus adversarios, rivales y malquerientes lo han acusado de corrupto, borracho y lo han llamado, incluso, “comandante Borolas”. Calderón, por sus expresiones, por su ideología y por las acciones que emprendió como Jefe del Ejecutivo tomó, resulta ser un personaje cuestionable o no.

Pero, al igual que Fernández Noroña, fue juzgado y sentenciado. El expresidente Calderón fue invitado por una de las instituciones de educación superior más prestigiadas del país, el Tec de Monterrey, para participar como conferencista el próximo 9 de octubre en el marco de la XXXI edición del Simposio Internacional de Derecho "En Juicio", con la ponencia "La nueva economía del clima", sin embargo, grupos de personas intolerantes, al igual que sucedió con el Congreso de Nuevo León, crearon un movimiento que reunió ya más de 10 mil firmas que apoyan la petición de cancelar la conferencia del expresidente, la petición tuvo eco el día de hoy, que Felipe Calderón por medio de una carta dirigida al Rector y la comunidad del ITESM declinó asistir al mencionado simposium.

 

Se trata de un tema delicado respecto a la muerte de dos estudiantes de esa institución, ocurrida en medio de la llamada “guerra contra el narco” que se dio durante la gestión del panista. Sin embargo, el tema aquí es el peligro de la intolerancia, porque tanto los grupos que se manifestaron pueden expresar su desacuerdo, como los estudiantes que extendieron la invitación al expresidente tienen el derecho de invitar a quien prefieran como ponente.

Lo triste de todo esto, es que antes sucedió lo mismo con otro personaje del PAN, con posiciones políticas, si se quiere decir así, debatibles, Ricardo Anaya quien estaba anunciado para participar como maestro en un diplomado en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, pero se dieron movilizaciones y toma de la Facultad, con el fin de que no diera clases en la máxima casa de estudios.

El caso es que tanto Fernández Noroña como Felipe Calderón no han violado ninguna ley. A los dos los han acusado de todo mediáticamente, pero a ninguno le han comprobado nada, ninguno ha sido acusado ante las instancias judiciales ni las expresiones de ambos son violatorias a la constitución.

 

En la Declaración Universal de los Derechos Humanos que se reconoce en el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos -defendidos por una gran luchadora social como Eleonora Roosevelt- establece que "todos tendrán derecho a opinar sin interferencia" y "todos tendrán derecho a la libertad de expresión, este derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas de todo tipo, independientemente de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impreso, en forma de arte, o por cualquier otro medio de su elección ".

 

En México, grandes personajes han, incluso, perdido la vida por defender el derecho de expresarse libremente, como el Doctor Belisario Domínguez quien perdió la vida y le fue brutalmente arrebatada la lengua por expresar su desacuerdo con el usurpador Victoriano Huerta.

A finales de mes, el Senado de la República entregará la medalla que en su honor se otorga a quienes han enaltecido este derecho. En esta ocasión es muy probable que sea entregada a una de tres mujeres, por decir lo menos, ejemplares y que realmente han aportado mucho a defender el derecho de la libertad de expresión, como lo son la escritora Elena Poniatowska, la senadora Ifigenia Martínez y la activista Rosario Ibarra de Piedra.

En fin, ser tolerante es tener la piel más gruesa y realmente respetar la posición de cada persona, se trata de debatir sí, con argumentos, no con insultos o descalificaciones y nunca promoviendo la violencia, nunca infringiendo la ley.

Aquí otra frase que viene al caso y que se le atribuye erróneamente al ilustrado francés Voltaire pero en realidad es de su biógrafa británica Evelyn Beatrice Hall: "Estoy en desacuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo"

Se puede estar en contra del presidente ¡claro! Expresar, proponer o defender ideas y posiciones contrarias o distintas a quien ostenta el poder, sí. Lo que no se vale, es la difamación, la calumnia o la incitación a la violencia.