“Si el partido que ayudé a fundar, Morena, se echara a perder, no solo renunciaría a él; me gustaría que le cambiaran de nombre porque ese nombre nos dio la oportunidad de llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país, entonces no se debe manchar ese nombre”

AMLO, 28 de agosto de 2019

¿Quién lo iba a pensar? Desde que AMLO arrasó con Morena en las elecciones presidenciales de 2018 y que ello permitió que su partido lograra la mayoría en el Congreso federal y los congresos locales en 19 estados, todos pensamos que la 4T caminaría por una super carretera.

Pero las cosas no fueron así, a menos de un año de gobierno, en el proceso de renovación de su dirigencia nacional, ese partido recurrió a las más arcaicas, perversas y corruptas prácticas que el PRI utilizaba, baste recordar la XVII Asamblea del PRI de 1996, cuando Ricardo Monreal, José Murat, Manlio Fabio Beltrones y algunos más, reventaron con grupos de choque la Asamblea para evitar que se expulsara del partido a Carlos Salinas de Gortari y que el PRI apoyara la reforma política electoral de Zedillo que le dio autonomía al IFE.

Al dar inicio formal el proceso de renovación de la dirigencia nacional de Morena en agosto pasado, parecían revivir al PRI, porque en las Asambleas Distritales hubo de todo, balazos, “rasuramiento” de padrón, denuncias de que funcionarios del Gobierno Federal desviaron recursos federales para las campañas internas y negar el acceso a votar al diputado Mario Delgado.

El descontento, tanto en Morena como en el gabinete, fue inocultable, a tal grado, que la secretaria de Bienestar, Luisa Albores, anunció que los delegados de Colima Indira Vizcaíno y de Tamaulipas, Marcos Cruz Martínez, serían investigados por participar en actos proselitistas, e incluso AMLO amenazó con salirse del partido.

Este desaguisado que se inició en agosto continuó hasta el pasado domingo en el VI Congreso Nacional Extraordinario de Morena cuando se eligió por mayoría a Alfonso Ramírez Cuéllar como presidente del partido, en sustitución de Yeidckol Polevnsky.

En otras palabras, a chaleco tumbaron a Yeidckol, quien se sigue peleando con tal de no dejar el hueso y los miles de millones que hoy representa ese partido.

 

Las divisiones:

Yeidckol tiene manejos, amarres y apoyos con diversos países, con la familia presidencial, sobre todo con los hijos mayores del presidente y con empresarios. Personajes como el gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, el de Puebla, Miguel Barbosa y legisladores como Martí Batres y Napoleón Gómez Urrutia.

Bertha Luján, presidenta del Consejo Nacional de Morena, confrontada con Yeidckol, es madre de la actual secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, su esposo es un connotado abogado en el mundo sindical, está alineada también con Alfonso Durazo quien tiene a la hermana de la titular del Trabajo, Bertha Alcalde, como Secretaria Ejecutiva adjunta del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Luján también cuenta con el apoyo de la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y de Héctor Díaz Polanco, de la esposa de AMLO y de quien se quedó interinamente al frente de Morena, Alfonso Ramírez Cuéllar.

Mario Delgado, el diputado que se hace su revisión médica en el ABC de Santa Fe, es apoyado por Marcelo Ebrard, la diputada Tatiana Clouthier y Armando Quintero, aunque este personaje ya se retiró de la contienda.

 

Confrontaciones en el gabinete

Las confrontaciones en el seno de gabinete no cesan, por sólo mencionar algunas: Alfonso Durazo está enfrentado a Gertz Manero y Julio Scherer, mientras este último, está en contra de Santiago Nieto y Olga Sánchez; en tanto que el Jefe de la Oficina presidencial Alfonso Romo, está contra la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, la Secretaria de Economía contra la Cancillería, total que cada quien jala para su molino.

Todo esto empieza a repercutir en la gestión del compañero, camarada, presidente y líder espiritual, Andrés Manuel López Obrador.

Los pleitos, las diferencias y las divisiones, aunado a la falta de programa, de proyecto y de rumbo de la administración, generan estancamiento económico en los niveles de decrecimiento, así lo reveló el INEGI, además el desempleo y la inseguridad con índices nunca vistos, ni con Calderón, en tanto que, los indicadores de la pobreza se mantienen igual a como los dejó Peña Nieto.

Ante toda esta desunión, confrontación e inoperancia del partido del presidente y de su gabinete, López Obrador empieza a mostrar desesperación, niega la realidad y asegura tener otros datos y que las mediciones no sirven.

Al rescate de la economía

A pesar de que prometió adelgazar el gobierno, reducir plazas y bajar los sueldos, la ineficiencia de su gabinete lo obliga a anunciar la creación de otro gabinete, el Gabinete para el Crecimiento Económico, que coordinará Alfonso Romo.

La situación es tal, que sin importar que a diario los fustiga, llegaron a cobijarlo los gobernadores del PRI. Los mandatarios estatales se reunieron con AMLO para confirmar su adhesión al nuevo Insabi. Los priistas se volcaron en elogios al presidente. El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad mencionó que aclararon todas las dudas sobre el sector salud y que los temas de infraestructura, laboral y presupuestales que quedaron pendientes, se aclararían en los siguientes días, pero el apoyo “es incondicional”.

También trascendió que al menos dos partidos nacionales, el chipote del PRI, el PVEM, y el salinista PT, así como cuatro agrupaciones que trabajan para convertirse en nuevos partidos políticos: Encuentro Solidario, antes Encuentro Social, Redes Sociales Progresistas, de Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México, ligado al senador suplente de Morena, Pedro Haces, y el Frente por la Cuarta Transformación, que lidera Elías Moreno Brizuela, se alistan para sustituir a Morena como base electoral del presidente Andrés Manuel López Obrador, a fin de mantener el movimiento social que lo llevó al poder y pelear por el poderío legislativo absoluto en la próxima Legislatura, la LXV.

El país pudiera quedar a la deriva si AMLO no da un golpe de timón, tal como alguna vez le propuso Manuel Camacho al presidente Zedillo.