Uno de los principios de la política exterior mexicana (Art. 89, Fracción X constitucional) es la "Lucha por la Paz". ¿No suena contradictorio "luchar" por la paz? Yo creo que sería preferible "esforzarnos por la paz" que "luchar por la paz".

La violencia requiere que existan: un sujeto (que la ejerce), una víctima (la persona destinataria), una causa (pueden ser dos: una causa aparente y una oculta), una acción u omisión (que constituyan el acto de violencia), una emoción negativa en ambas partes, y un entorno omisivo en cuanto al auxilio a la víctima.

¿No es tiempo ya de reflexionar, cambiar el rumbo de las cosas, minimizar la violencia y hacer nuestro entorno más seguro, más amable y más feliz? Y no me refiero al gobierno, ni a los narcos, me refiero a cada uno de nosotros. La inseguridad y la violencia se pueden acabar, pero deben acabar en cada uno de nosotros, para que se note también en las calles.

Muchos hechos violentos que ocurren diariamente en el mundo, parecen tan insignificantes, y no son percibidos. Sin embargo, son semillas de todas las demás formas de violencia.

Violencia derivada de la intolerancia; de la lucha por el poder de la necesidad de controlarnos unos a otros; de ese absurdo deseo de querer anular la otredad; que los demás piensen y actúen como nosotros creemos que deben actuar. Muchos hechos violentos que ocurren diariamente en el mundo, ni siquiera son visibilizados.

La actual época de violencia que vivimos corresponde a un modelo de conducta humana regido por el lado de la “razón” (ying, lo masculino). Se dice que a partir del cambio de vibración del planeta, iniciará la era de la “emoción” (dominada por el yang, el principio de lo femenino). Esto es lo que se conoce como new age. La nueva vibración del planeta corresponde al color índigo.

Hoy en día, el ahimsha (no_violencia) de Gandhi, palabra sanscrita que se opone a la voluntad de matar o de dañar, y que remite al rechazo de la violencia; el concepto hebreo de paz (shalom), entre otros conceptos, deben ser reestudiados para proponer nuevas alternativas.

No se trata de utilizar las armas y combatir en una guerra, se trata de tener buena actitud y estar dispuestos a dialogar para solucionar cualquier conflicto.

“Si quieres paz, prepárate para la guerra”, es en sí mismo un absurdo. La guerra no te lleva a la paz, como sembrar frijoles no te permite cosechar maíz. Los medios no pueden ser separados de los fines.

Que tus palabras sean un vehículo para la paz, y no un instrumento para crear o avivar un conflicto.

Flor de loto: La paz del mundo comienza por la paz interior en cada uno de nosotros

 

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