“Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad” 

Nelson Mandela

La declaración de principios de la cuarta transformación tiene un estricto patrón que se apega al derecho humanitario, así como a la búsqueda de la justicia, que fue demandada por décadas por aquellos sectores sociales, comunidades indígenas y grupos vulnerables que por una u otra consideración fueron sometidos ante las instituciones del Estado de manera deliberada e injusta. Lo mismo por delitos simples y sin violencia. Hay que recordar que la Ley de Amnistía se convirtió en uno de los ejes fundamentales de la agenda de Andrés Manuel López Obrador en tiempos de campaña.

Ante ello, el Senado de la República priorizó y aceleró los trabajos para modificar el marco jurídico constitucional. Fue sumamente fundamental la labor del coordinador Ricardo Monreal, así como la capacidad que mostró el vicecoordinador de Morena, Cristóbal Arias Solís, que en su calidad de presidente la Comisión de Gobernación motivó el estudio minucioso del dictamen de ley en el que los argumentos y las violaciones a los derechos humanos serán priorizados por los mecanismos de procuración de justicia.

Esos grandes atropellos hoy llegarán a su fin a través del esquema que indultará a miles de presos, que por décadas reclamaron un proceso justo y apegado a proteger sus derechos humanos. Esta justicia social se reflejará porque la Secretaría de Gobernación publicó en el Diario Oficial de la Federación los lineamientos de trámite para su pronta atención, lo mismo su solicitud de indulto. Quizá esta modificación se trate de un precedente histórico en la vida pública de nuestro país, no solo porque tomó en cuenta la profunda desigualdad, sino que se detectó que las prioridades de la cuarta transformación poseen un gran sentido axiológico, ético y moral.

Así pues, esto dio entrada al nuevo proyecto de reforma judicial que se abordó en un escenario digital con la Suprema Corte para buscar mecanismos de equidad sin distinciones; al igual fortalecer todas aquellas áreas de justicia social incluyente e integral que no distinga posición económica, incluso cultural, ya que muchas veces las comunidades y localidades indígenas sufren algún tipo de discriminación y ofensas graves. Quizá a ellos hay que brindarles nuevas herramientas a fin de encauzar sus derechos universales que, en muchas ocasiones, son pisoteados. A ellos, como a todos, hay que salvaguárdales sus garantías.

Finalmente eso transmitirá mucha certidumbre a muchos presos que, por una u otra razón, no se les manifestó un debido proceso en el orden jurídico. Pero lo más rescatable es que hablamos de vidas humanas que por encima de cualquier estigma en que puedan ser etiquetados, merecen la inserción a la vida social. Por ello reitero mi reconocimiento a las políticas del presidente López Obrador, que se preocupó por el deseo de brindarles la libertad bajo ciertos lineamientos que vienen establecidos en relación con los delitos no graves. Ese humanismo concede hoy en día una nueva oportunidad que realmente merece tener gratitud. Asimismo, al Senado de la República que incorporó y empujó fuerte para dar salida sin contratiempos.

El criterio a la modificación del marco constitucional toma en cuenta acciones sustanciosas. Algunas de ellas tienen relación a la concepción inherente de la garantía a los derechos humanos; no obstante hubo también violaciones, omisiones, presos políticos, injusticias, incluso se pasó muchas veces por encima de sus garantías. Esta expresión de indulto no es más que la justicia incluyente, integral y humana. Por ello el mérito recayó de igual forma en aquel grupo de senadores que comanda Ricardo Monreal, líder de la fracción de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política.

Gracias a este hecho relevante muchos afirmamos y coincidimos que, más allá de una reforma, es un acto de humanidad, justicia, y nos habla de la sensibilidad del presidente Andrés Manuel López Obrador y de todos los legisladores que hicieron posible estos cambios.

La 4T avanzó a pasos agigantados.