El día de ayer, el ex-presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, anunció que tras realizarse los últimos estudios, se encontraba libre de algún tumor en el cerebro. Carter había anunciado hace algunos meses que padecía cáncer.

El melanoma es un tipo de cáncer que se origina a partir de unas células llamadas melanocitos, que dan color a la piel. Estas células también existen en las meninges, la membrana que envuelve precisamente, al cerebro.

El ex-presidente se sometió a un tratamiento que incluía Pembrolizumab, un moderno medicamento de los llamados: Anticuerpos Monoclonales, desarrollado por el laboratorio estadounidense Merck.

Este fármaco en particular, incrementa la capacidad del sistema inmunológico para responder a dos tipos específicos de cáncer, uno de ellos, el melanoma. En otras palabras, Carter recibió un tratamiento que mejoró dramáticamente la respuesta de las defensas de su cuerpo contra este tumor.

(N Engl J Med 2015; 372:2521-2532 June 25, 2015)

¿Una cura milagrosa?

Un medicamento de este tipo puede detener la progresión o curar el cáncer, sí, pero no es un milagro.

Lo primero que debe entenderse es que no existen enfermedades sino enfermos. Cada paciente es distinto y el cáncer es algo muy complejo. La respuesta del organismo al cáncer puede ser muy distinta así como la respuesta de cada paciente al tratamiento.

Esa es la diferencia entre la medicina y los remedios “alternativos”. Los remedios y “curas milagrosas” dicen curarlo todo (lo cual es falso), pasando por alto dos detalles:

1.- El cáncer no es una sola enfermedad. El cáncer es la definición que agrupa a muchos tipos de tumores que difieren en su forma, su presentación, sus síntomas y lo más importante: en el tipo de células que lo originan. Es por ello que cada tipo de cáncer requiere un distinto tipo de tratamiento.

2.- Para atacar el cáncer se requiere de un conocimiento complejo de los mecanismos de desarrollo, los orígenes y hasta el código genético de éste. Los tratamientos deben de ser probados una y otra vez y la investigación debe publicarse en revistas médicas de primer nivel. Los resultados deben ser lógicos y reproducibles en todo el mundo por científicos calificados.

Es por ello que “tratamientos” como la supuesta alcalinización del organismo, no pasan de ser remedios sin fundamento; y no, las anécdotas y los dichos de pacientes o familiares o los videos en YouTube no se consideran como evidencia científica válida.

Quizá el caso más notorio de fracaso de remedios “alternativos” en el tratamiento del cáncer, es el de Steve Jobs, el fundador y presidente de Apple, quien se negó a seguir con un tratamiento médico para el cáncer de páncreas, a cambio de cualquier cantidad de remedios y dietas que evidentemente no le dieron resultado.

La enferma teoría del complot

Uno de los argumentos más torcidos falsos en contra de las terapias médicas modernas, es el que habla de un supuesto complot de las farmacéuticas para ocultar las verdaderas curas del cáncer, SIDA y otras enfermedades.

Bajo este argumento, a estas empresas y a sus “oscuros intereses” les es fundamental el mantener ocultas estas curas, ya que ganan más si la gente está enferma.

Este disparate no toma en cuenta el enorme costo de los sistemas de salud al tener a la gente enferma, así como que el negocio para las empresas siempre será mayor, si logran comercializar sus tratamientos de vanguardia.

La mala noticia: el costo

La investigación de medicamentos cuesta dinero. Se calcula que el descubrimiento y desarrollo de una molécula como la utilizada por Jimmy Carter puede haber costado más de $1,000 millones de dólares; es por eso que las empresas tienden a recuperar su inversión lo más rápido posible. La industria de los medicamentos es al final, un negocio.

Según un reporte de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) un tratamiento como el de Carter puede llegar a costar $300 mil dólares al año. Una cifra imposible de pagar para la mayoría de los mexicanos.

(http://goo.gl/YMIipo).

Aunque algunos de estos medicamentos ya cuentan con claves del Cuadro Básico del Sector Salud, lo cual los pone -en teoría- al alcance de los derechohabientes del IMSS, ISSTE y otros servicios de gobierno; la realidad es que aún queda mucho por hacer para garantizar un acceso adecuado. Las instituciones simplemente no están adquiriendo este tipo de medicamentos en cantidad necesaria para el número de pacientes que se requieren y los sistemas de distribución a las farmacias de gobierno.

Por cierto, el recorte del 2.5% que el Congreso acaba de firmar en el presupuesto asignado al Sector Salud, no ayuda mucho que digamos.

El futuro próximo

Aún falta y se requiere tiempo para contar con tratamientos definidos para los diferentes tipos de cáncer; sin embargo, para algunos, la investigación va por buen camino.

Entre tanto, es necesario ofrecer a los pacientes los mejores medicamentos disponibles y ayudarles a mantener una continuidad en sus terapias que pueden incluir quimioterapia, radioterapia y anticuerpos monoclonales. El abandonar sus tratamientos a cambio de remedios sin fundamento, puede quitarles cualquier posibilidad de éxito.

Mientras tanto, la prevención adecuada y la detección temprana, serán el componente más importante en la lucha contra el cáncer.

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(El autor es médico cirujano y consultor en comunicación en salud)