LO CLARO. Las Olimpiadas de Conocimiento anclan en la vida futura del estudiante que será profesionista de alto valor.

Aquél que en el lejano pasado fue escogido en su educación básica para saludar al presidente de la república, es sin duda un líder en su entorno de desarrollo profesional.

Una ‘justa’ de raigambre en la comunidad estudiantil es la Olimpiada Nacional de la Química. Que al ser reconocidos en su país, también podrán contender en la Competencia Internacional y la Iberoamericana de Química que tendrán verificativo en 2021.

Que por obviedad enmarca a las áreas afines respecto de la química orgánica, inorgánica y la fisicoquímica.

Para lograr encontrar estos talentos, las universidades convocan a nivel regional a los destacados alumnos de bachillerato a ser partícipes de las eliminatorias estatales.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas lleva a efecto este certamen que detonará en este estado para contribuir con el caudal de jóvenes talentos de la ciencia para llegar al certamen nacional. A efectuarse en su versión estado el 16 de octubre del presente.

LO OSCURO. Y en tanto la educación superior prospera, los párvulos o nuevos educandos que aceden a la preparación básica y el modelo educativo nacional, dan la nota.

Mientras la autoridad oficial da por ‘exitoso’ el arranque oficial del ciclo escolar, las organizaciones, los sindicatos (CNTE) y padres de familia descalifican los resultados obtenidos en esta nueva normalidad educacional.

El sindicato señala como “reciclaje de contenidos educativos”; además de la evidente deficiencia en la conectividad de internet y de energía tan solo en el inicio de las clases virtuales.

Hablamos pues, de las odiosas comparaciones

La suma de Sonora y Chihuahua equivale en proporción territorial a las 6 mil 800 islas que contienen en su conjunto a Japón. 380 mil km2.

Y se ‘juntaron’ en esa extensión territorial exactamente la misma cantidad de seres humanos que somos acá, los mexicanos.

Ellos son la tercera economía del mundo. Tienen la menor tasa de homicidios, de muerte materna, de mayor longevidad, de menor muerte infantil y de menor inflación en el mundo.

En México hablamos un idioma ―en promedio― más 15 lenguas indígenas o dialectos. Los nipones en promedio hablan cuatro idiomas.

Nuestra república federalista contrasta con su monarquía constitucional y, en consecuencia, los 8 mil 800 dólares anuales per cápita de ingresos de cada mexicano se comparan a los casi 25 mil de los hijos del sol naciente.

Aquí lo interesante.

Casi el 10% de la población mexicana en edad escolar es analfabeta. En Japón impera el cero por ciento de analfabetismo.

Y cuando en México aportamos a la productividad un total de 40 mil técnicos investigadores (profesionistas dedicados a la investigación en ciencia y tecnología) los nipones contribuyen en ese segmento con 920 mil.

Una publicación en redes argumenta desde hace algunos años que Japón empujaba fuerte en el medio educativo básico con una nueva propuesta a la que llamarían “Ciudadanos del Mundo”, con la teoría ―muy acertada― de que tal modelo retiraría de la retícula todas las materias de relleno e impulsando en forma universal al menos cinco áreas; aritmética, lectura, civismo, computación e idiomas. Cero tareas… todo práctico.

A querer y no, Japón no ocupa de imponer modelos de educación. Cada ciudadano de esa comunidad demuestra con creces cumplir con las materias que hipotéticamente se proponen. Donde la ética, la cultura, el manejo de las tecnologías y el dominio de los idiomas, se les nota.

Parece que haber sido devastados por la Segunda Guerra Mundial y un plazo de recuperación de veinte años posteriori, les vino bien

COLOFÓN: Con mucho pesar, las comparaciones nos sitúan en la antesala del desgano social. Con un sistema de internet que… bueno. Y con padres de familia preocupados por completar el gasto familiar, más que saber si su pequeño le entiende a las divisiones. “Ay güey. ¿Es cruzado o directo? ¿Cómo te dijo la maestra?”, apunta una cómica regia en su famoso stand-up.

P.D. no estaría mal darle una revisada al modelo, es mensaje para la SEP.

alejandrodeanda@hotmail.com