La posible calificación de la elección presidencial por parte del máximo Tribunal, que dará el triunfo al PRI, ha generado que un sector de la población consciente se inconforme, y no sólo con el regreso de ese partido que entraña impunidad y corrupción sino con lo que ello implica.

En primer lugar la aprobación de las "reformas" estructurales que tanto PRI como PAN ya tienen en el horno.

La "reforma" laboral, por hablar de una de ellas, que no incluye la democratización de los sindicatos, sino que privilegia al régimen corporativista de dónde el gobierno obtiene además de recursos económicos (Pemexgate) votos baratos. Quienes la defienden dicen que se trata de una "reforma" para flexibilizar el mercado laboral e implementar nuevos esquemas de contratación que incentiven la generación de empleos y atraigan capital e inversión privada. Si chucha cómo no.

Su proyecto de "reforma" laboral sólo beneficiará a los patrones y no a los trabajadores. Una mentira más para el pueblo de parte de los mismos de siempre.

Con palabras engañosas ocultan sus verdaderas intenciones. Fíjese usted bien. 

. Períodos de prueba de trabajo de hasta 180 días, al final el patrón podrá dar por terminada la relación laboral sin responsabilidad para éste. O sea que los trabajadores laborarán 6 meses sin contrato ni prestaciones y el patrón los puede despedir con la mano en la cintura.

. Modificación sustancial al pago de salarios con el fin de que se pueda realizar por hora: reforma al artículo 83 de la Ley Federal del Trabajo (LFT) para que el salario se pueda cubrir de manera proporcional al tiempo laborado, lo cual se traducirá en la virtual desaparición del salario mínimo; ya no será obligación de los patrones pagar el mínimo completo, sólo pagarán por hora, a 7.47 miserables pesos la hora.

. El monto de bonos, incentivos y comisiones podrá ser determinado por las compañías de manera unilateral. O sea, fuera derechos laborales conquistados por los trabajadores.

. En los juicios laborales sólo se podrá pagar hasta un máximo de un año de salarios caídos. O sea que el patrón podrá dar largas al asunto hasta que los trabajadores se cansen, total, no va a pagar lo que hoy le exige la ley. 

Y así, todos los puntos del proyecto dejan ver que la mentada "reforma" laboral es más bien un retroceso, como lo es para el país entero el regreso del PRI.

Las luchas de ayer son los derechos de hoy y las luchas de hoy serán los derechos de mañana.

Los inconformes tienen razones de sobra para oponerse a perder lo que los trabajadores han conquistado en las luchas obreras pero, sobre todo, a buscar mejores condiciones de vida para el mañana.

Quienes desconocen esta información, gracias a los medios de comunicación que la ocultan, no imaginan el perjuicio que significa para el pueblo y para el desarrollo del país que un iletrado llegue a la silla presidencia y sirva a los grandes intereses del capital en vez de servir al pueblo y a la nación.