“Sé que mañana millones de personas me maldecirán, ese es el destino”

Últimas palabras de Hitler

Durante toda la Historia, los seres humanos hemos sido testigos de cómo ante sucesos de injusticia humana de gran calibre, la Justicia siempre se ejerce, aun sin intervención humana, desde tiempos bíblicos vimos cómo el ejército más despiadado de su época, el egipcio, terminó ahogándose en el Mar Rojo, vimos cómo se incendió Troya para que después, proféticamente, uno de los romanos más patriotas, Nerón, incendiara Roma y la debilitara hasta desaparecer, vimos cómo Francia pagó por haber firmado el Tratado de Versalles con la invasión nazi posterior, vimos cómo Japón se recuperó de las bombas atómicas convirtiéndose en potencia económica, hasta el presidente mexicano en funciones, Felipe Calderón, usaba reloj Casio japonés, vimos cómo uno de los países más asediado sin razón por potencias mundiales, Vietnam, hoy es de los más estables del Mundo, igual que India después del intervencionismo inglés, e igual que lo será Siria una vez que termine esta absurda guerra.

De lo más interesante de analizar en nuestra generación sobre la Justicia es la que ejerció la Humanidad contra el nazismo el siglo pasado, incluyendo la devastación humana y territorial ejercida por el ejército rojo al invadir el territorio nazi, el bombardeo a la ciudad Dresde alemana, los suicidios provocados del mismo Hitler, Goebbels, Himmler y Gōring, que por cierto, también resulta interesante analizar que el cianuro que utilizaron para tal efecto sería producido en Veracruz, México, los juicios de Nüremberg, la construcción del muro de Berlín con la imposición del socialismo oriental europeo, que fue más psicológica que política, y el sufrimiento social que sufrió el pueblo alemán en el periodo de post-guerra.

Por eso resulta interesante analizar la intervención del comentarista y conductor José Ramón San Cristóbal el pasado viernes 3 de Abril, cuando en su programa de radio “La corneta”, que a veces escucho durante los comerciales del programa informativo de la periodista Adriana Pérez Cañedo en la estación vecina, nombró muy jocosamente al Dr. Mengele, porque seguramente José Ramón sí sabía que el Dr. Josef Mengele fue uno de los hombres más desdichados del siglo XX, al vivir desde su escape de Alemania en 1945, crisis de angustia y nerviosismo terribles por el hecho de sentirse perseguido por Shimón Wiesenthal, su propia conciencia lo enfermaba todos los días y lo hacía escaparse constantemente de los países de Sudamérica que le daban asilo, y finalmente morir, en 1979, después de 34 años de vivir una de las peores paranoias documentadas de la Historia, que se acrecentó mucho más mientras veía por televisión el juicio de su jefe Adolf Eichmann, de la manera más inusual que podría haber sucedido, ahogado en el mar de Brasil, sabiendo que era acuafóbico (tener pavor enfermizo al agua).

La verdadera Justicia que se ejerció por la permisiva del Pueblo alemán de ser gobernados por Hitler y jurar por Dios lealtad a él la escuché en persona directamente de Shimón Wiesenthal, el caza-nazis que llevó a juicio a 1100 nazis sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, incluyendo al mencionado Eichmann, cuando vino a México a dar una conferencia en el año 1988, y siendo mi maestro de Karate su escolta, le preguntaron si existía la posibilidad de que Hitler hubiera escapado de Alemania al finalizar la guerra y seguiría vivo, y él contestó:

No creo que Hitler hubiera sobrevivido a la guerra, lo hubiéramos encontrado, pero me hubiera dado mucho gusto saber que se enterara en vida que surgió el Estado de Israel (en Mayo de 1948).

Nota cultural agregada: La película “Viviendo con el enemigo” con Jason Clarke describe muy nostálgicamente la situación social de Alemania después de que perdieron la Segunda Guerra Mundial.