Nancy Pelosi pareciera escuchó la respetuosa petición del presidente mexicano para concretar antes de fin de año la firma final del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, para que no se inmiscuyera esto tan vital para la economía de las tres naciones, en sus campañas políticas del 2020. La demócrata, que actualmente se encuentra llevando a juicio político a Donald Trump por abuso de poder y por obstrucción de la justicia, envía importante mensaje con esta decisión de finiquitar el T-MEC, en efecto sacándolo del contexto del asunto particular que enjuician a favor de la defensa de su democracia y de la protección de los derechos ciudadanos. Prueba el congreso de Estados Unidos su sensatez. Reafirma a su pueblo que trabajan para el bienestar común y no abusan de su posicionamiento en las cámaras para manipular. Este ha sido un día histórico en Norteamérica continental. Se reafirman los valores, la cooperación vecinal. Se indica dónde yace la indiscutible justicia. Bravo por los mediadores mexicanos quienes portan la autoridad moral, la credibilidad, la destreza, por ello forman parte de la 4T, y reciben del presidente de la república su entera confianza y admiración.

Un logro más para nuestro gobierno demócrata mexicano. Tantas palabras y acusaciones falsas se han tenido que tragar los aún incrédulos opositores a la cuarta transformación de la nación, aquellos y aquellas que siguen añorando, sin conciencia, el estatus quo anterior. Pero el necio eventualmente habrá de caerse del alambre, y en caso de los opositores a AMLO hoy caídos, aún permanecen en shock, compungidos sin lograr reaccionar. Su orgullo les impide aceptar públicamente que su pronóstico de comunismo, de fracaso, de desbarranque económico, de fuga de capitales, de crisis, no ha sucedido, gracias al inaudito ritmo de esfuerzo proactivo que ha llevado el presidente de la república y su equipo para encaminarnos pacífica y exitosamente hacia la resolución de los retos que juntos nos hemos propuesto, hacia la abolición de las patologías heredadas por el tipo de administración pública rapaz, que pretendía continuar con “la creación de consumidores, no de ciudadanos”, memorable dicho del gran ex presidente uruguayo José Mujica.

El colectivo humano reconoce hoy la realidad que representa AMLO. Ha desechado como falsedades, aquellas calumnias que inundaban la pagada propaganda sucia en contra de la llegada de quien iba a colapsar el sistema creado para abusar del poder, para adueñarse y manejar los recursos del pueblo como si fuesen propios. ¿Qué dicen los opinadores conservadores, los fifís calumniadores ahora que se han caído del alambre? Nada. Traen la cola entre las patas, fingen demencia. Recordemos son maestros en la apariencia y el disimulo, ególatras consumidores, confundidos o cegados por el acucioso lavado de cerebro perpetrado por algunos medios para calumniar a la 4T. Hicieron el ridículo al asegurar lo que no sucedió, y lo siguen haciendo hoy al no corregir lo que universalmente se sabe, que no es:

AMLO no es ni será nunca como Hugo Chávez. AMLO no confiscará bienes de particulares pues defiende la propiedad privada y la producción empresarial. AMLO no provocó desplome de nuestra moneda, sino lo contrario, su llegada la fortaleció. AMLO no colapsó la economía, de inmediato llegó a sentar bases y acuerdos para detonar inversión nacional y extranjera, desarrollo y empleo. AMLO creó gran confianza por honesto y por guerra sin tregua a la corrupción. AMLO sí cuenta con los recursos para sus programas sociales gracias al plan de austeridad que cortó de tajo los sorprendentes salarios mantenidos, los lujos inconcebibles de los que gozaba el corrupto aparato público mexicano.

AMLO sí cuenta con la autoridad moral para haberse ganado a pulso el respeto y la admiración de carácter mundial. AMLO sí se encuentra inmerso en la construcción y conclusión de las obras prometidas durante los primeros seis años de la 4T. AMLO sí está dedicado a distribuir la riqueza equitativamente, a recuperar nuestros recursos dilapidados, a mejorar la calidad de los servicios públicos que el pueblo merece. AMLO sí está rescatando al sector energético, al sector salud, al sector alimenticio, al sector educativo, todos ellos intencionalmente casi llevados a la quiebra. AMLO sí está inmerso en la planeación y ejecución de carreteras de concreto hidráulico, en la construcción e interacción de tres aeropuertos funcionales y modernos, en la infraestructura que requiere la unión comercial del golfo de México con el océano Pacífico en el istmo de Tehuantepec, la gran obra que hará competencia al Canal de Panamá. AMLO sí adelanta en la proyección del tren Maya que recorrerá y que mostrará orgullosamente al mundo una de las más valiosas zonas culturales del planeta.

Multitud de obras sociales e infraestructura las que se emprenderán en este sexenio para el bien de todos. Que no existen los Estados ni los humanos perfectos, lo sabemos bien, pero sí existe la posibilidad de rectificación, la transparencia, y la viva intención de aportar al progreso, a una mayor felicidad colectiva, a la paz y a la justicia. El México de la 4T es un México muy distinto. Nos estamos convirtiendo en una gran nación líder, sí señor.