Los impuestos llegan al gobierno y su repartición se realiza bajo el criterio del gobierno y regularmente ese criterio no es bueno o es muy cuestionable. Los impuestos son para dar servicios a la ciudadanía, apoyos al pueblo bueno y sabio más vulnerable, para aquellos que viven en zonas marginadas, hay que eliminar esa marginación. Repartir dinero en efectivo además de ser ilegal, poco ético y limitado, no resuelve el problema, de hecho, lo agranda.

El gobierno puede reducir la pobreza a través de políticas económicas aplicadas al país, no a través de la recaudación, un gobierno que aplica la política de dame a mí para que yo se lo reparta a ellos, termina por no repartir y quedárselo todo. Las políticas económicas deben aplicarse a los salarios, a las prestaciones que otorgan los patrones a los trabajadores. La mejor forma de hacer llegar recursos a la clase menos favorable es a través de leyes que así lo dicten para los trabajadores, si por ley se otorga una prestación, el patrón no puede negársela, es más fácil que los patrones repartan recursos en favor de los trabajadores por órdenes del gobierno a que lo haga el gobierno por iniciativa de ellos mismos.

Reducir la pobreza no implica ser rico o ser como los grandes inversionistas, los inversionistas son patrones arriesgando sus recursos en busca de generar utilidades, pero si en el camino falla y no genera los ingresos suficientes y sus costos y gastos son mayores, necesariamente va a quebrar y perderá los recursos arriesgados, no serán los trabajadores los que hagan una coperacha para que el patrón no pierda.

El trabajador no arriesga, presta su experiencia, da sus servicios a cambio de una remuneración económica, el deberá de recibir su salario semanalmente o quincenalmente, según lo acordado con el patrón, de la obtención de su sueldo es que el trabajador se hará de sus bienes, entonces sí el gobierno podrá apoyarlo con “beneficios” como el Fonacot o el Infonavit o el Fovissste, pero no como actualmente pasa, que el trabajador termina pagando tres veces o cuatro veces el valor de una casa por los altos intereses que le cobran a quien se atreve a solicitar un crédito con el Infonavit, en muchos casos terminan perdiendo sus ahorros de vivienda y el inmueble que pierden por no poder pagar por los altos intereses, eso sí en el Infonavit orgullosos de recuperar casas impagables.

El presidente Obrador incrementó el salario mínimo a 123 pesos, mientras que el socio Canadá lo paga por hora, si quisiéramos alcanzar el nivel de Canadá todavía nos faltaría incrementar el salario en 8 veces más, eso sería igual a 984 pesos diarios. De acuerdo a un análisis estadístico que presentó la Profeco con respecto a la adquisición de artículos piratas, determinó que una persona que gana más de $13,500 pesos mensuales dejaba de adquirir artículos piratas, para adquirir artículos originales. Tal vez el salario mínimo difícilmente podríamos lograr a un salario como el de Canadá, pero tal vez sí deberíamos llegar a una cifra cuatro veces mayor, donde atenderíamos además el problema de mercancía ilegal.

Dice un viejo y conocido proverbio de Nazareth, no solo de pan vive el hombre, por muchos años se tomó en cuenta la canasta básica para determinar el salario mínimo, eso da como resultado absurdamente permitir sobrevivir al trabajador, eso es igual o peor de cuando existían las tiendas de raya, el trabajador permanecía empeñado de por vida.

El salario tampoco se puede incrementar abruptamente porque provoca la quiebra de empresas o el recorte de personal, pero sí se puede incentivar el incremento salarial a través de acreditaciones en los impuestos o aceptar una deducciones especiales en los impuestos, por pagar un salario superior al mínimo, pueden establecerse acuerdos con la cúpula empresarial para establecer un programa compromiso de incremento del salario mínimo, entonces al elevar el poder adquisitivo de los trabajadores, el pueblo bueno y sabio buscará la oportunidad de trabajar legalmente porque el salario mínimo es alto y además cuentan con prestaciones.

Don Julio, hablemos de política

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