Ayer llegó a mi escritorio virtual un libro de Fernando Reimers (coordinador): “Propuestas Educativas Audaces”, de reciente publicación, sobre las Reformas Educativas que se han experimentado en diferentes países del mundo (1). Fernando Reimers, es un reconocido investigador educativo, quien trabaja en la Universidad de Harvard.

A continuación, comparto una selección de textos correspondientes al capítulo 1 del mencionado libro, denominado: “Reflexión multidimensional sobre un cambio educativo ambicioso”, escrito por el mismo Reimers, donde presenta un análisis y reflexiones de interés para quienes se interesan en el estudio de las reformas educativas. Entre algunos párrafos inserté algunos comentarios sobre el tema.

“El argumento central del capítulo es que las reformas educativas se pueden enmarcar de cinco maneras alternativas, dependiendo de los elementos del proceso de cambio educativo que resalten: culturales, psicológicos, profesionales, institucionales y políticos.”… “El análisis muestra que, en la práctica, ninguna de las reformas adopta un enfoque multidisciplinario exhaustivo basado en estas cinco perspectivas. Las perspectivas institucionales y políticas son más habituales, mientras que la perspectiva cultural y la psicológica lo son menos.”

Como se puede apreciar, existe un reconocimiento, por parte de Reimers, sobre el papel desequilibrado (o recargado) que han jugado las perspectivas institucionales y políticas en el diseño y la puesta en operación de las reformas educativas en diferentes naciones, en detrimento de las perspectivas educativas, pedagógicas y psicológicas.

“Examinamos también qué se sabe acerca de la implantación de esas reformas, incluido cómo fueron recibidas, qué retos afrontaron, y, en los casos en los que se encuentran disponibles, los datos acerca de los resultados que se consiguieron con esas reformas.”

En el libro se muestra “cómo emprenden los sistemas de educación un ambicioso conjunto de objetivos, pensados para que la enseñanza responda mejor a las demandas de un medio externo cambiante, ilustren la dinámica del cambio educativo y aumenten nuestra comprensión de las instituciones educativas.”

“Buena parte del conocimiento preexistente, basado en gran medida en el análisis de los intentos de reforma educativa llevados a cabo en Estados Unidos, sostiene que las instituciones de enseñanza cambian muy poco en respuesta a los mandatos políticos, en especial en lo referente a la transformación de los principios fundamentales básicos de la enseñanza (Tyack y Tobin 1994; Tyack y Cuban 1997; Olson 2003).”

Esto confirma o reafirma nuestra hipótesis, planteada en varios textos publicados en este medio y en mi próximo libro (“La crisis del Reformismo Educativo en México”), con sustento en los estudios registrados en Canadá y EU, en el sentido de que las reformas educativas producen bajo o “muy poco” impacto, desde su perspectiva y diseño político-institucional, hacia la transformación o el cambio en los procesos de enseñanza, y en las necesidades y diversidades de los aprendizajes a lo largo de la vida.

“La tesis de este capítulo introductorio, -afirma Reimers- ilustrada por los casos prácticos presentados en los capítulos que siguen, es que cuando los dirigentes públicos reforman la educación se basan en modelos del sistema educativo que resaltan una o varias de las siguientes cinco dimensiones: cultural, psicológica, profesional, institucional o política. En teoría, este marco multidimensional, que desarrollo de forma más completa en otro libro reciente (Reimers 2020), cumple tres propósitos. 1) Examinar la coherencia interna; 2) Cómo abordar de manera amplia el proceso de cambio; y 3) Reflexionar sobre la interdependencia de estas cinco dimensiones.

“Los capítulos de este estudio revelan que, si bien todas estas dimensiones son útiles para ilustrar determinados aspectos del sistema educativo y del proceso necesario para cambiarlo, ninguno de las reformas incluidas en este estudio muestra un enfoque amplio, que abarque acciones que reflejen las cinco dimensiones.”

Lo cual da cuenta de la enorme complejidad que está implicada en los procesos de diseño, puesta en operación y evaluación de las reformas educativas nacionales. Por cierto, los países referidos en el libro son: Brasil, Finlandia, Japón, México, Perú, Polonia, Portugal y Rusia.

“El examen de las reformas analizadas en este libro siguiendo este método revela que, en la práctica, estas reformas se abordan a través de uno o dos de estos marcos, pero rara vez los usan todos de manera general. En la lógica de las perspectivas usadas por las reformas, a menudo falta coherencia. Estos capítulos ilustran también que las estrategias seguidas para transformar la educación pública carecían de una secuencia clara y coherente sobre las fases del proceso de cambio educativo

Sin embargo, a pesar de estas deficiencias, estos casos muestran que los gobiernos tienen capacidad para transformar significativamente a las instituciones educativas, mediante normas, reglamentaciones y asignación de recursos económicos, y que están buscando decididamente una educación que intente equipar a los estudiantes con un conjunto de competencias más amplio que el que ha constituido la norma en el pasado. 

Estos casos ilustran también la globalización de las instituciones de reforma. Ideas similares animan las distintas iniciativas examinadas en este libro, como el deseo de insertar en los planes de estudios una serie de competencias transversales centradas en ámbitos socioemocionales. Asimismo, instrumentos y organizaciones similares se encargan de respaldar estos esfuerzos.”

El problema es que los gobiernos nacionales y las élites dirigentes, gubernamentales y no gubernamentales, han demostrado, reforma tras reforma, que los intentos de transformación educativa centralizados y “desde arriba”, fracasan, sobre todo cuando no se desarrollan procesos de deliberación ciudadana ni se promueven amplios espacios de participación social y de los gremios magisteriales en dichos procesos.

Fernando Reimers también explica de esta manera el marco general del libro: “Empleamos un esquema temático común para efectuar los estudios y redactar los capítulos, presentando resultados que abarcan los siguientes temas (a partir de preguntas):

“¿Cuál era el propósito de la reforma? ¿Qué marco temporal abarcaba? 2. ¿Cuál es el argumento principal apoyado por esta reforma? ¿Qué fuentes de prueba se usaron? ¿Cuál es el argumento principal apoyado por esta reforma? ¿Qué fuentes de prueba se usaron?

“¿Cuál era el contexto que precedió y dio lugar a la reforma? ¿Formaba esta reforma parte de la agenda de un nuevo gobierno? ¿Fue una respuesta a la crisis económica? ¿Cuáles fueron los antecedentes educativos de esta reforma? ¿Cuáles fueron los factores que dieron ímpetu a una agenda reformista? ¿Hubo influencias extranjeras de algún tipo? ¿Influyeron en el contexto evidencias o ideas internacionales?

“Descripción de la reforma: ¿Qué objetivos se buscaban? ¿Cuáles fueron los componentes clave de esta reforma (cambio de ley, presupuesto, planes de estudios, evaluación, etcétera)? ¿Cuál fue la teoría de cambio en la que se basó? ¿Quién participó en su diseño y aplicación? ¿Cómo se relacionan los objetivos educativos de la reforma del país con la idea de competencias para el siglo XXI, la amplitud de las capacidades o el desarrollo cognitivo y sociológico? ¿En qué resultados y capacidades específicos hacía hincapié la reforma?

“¿Qué componentes concretos de la reforma están directamente relacionados con el desarrollo de las competencias para el siglo XXI en los estudiantes? ¿Cómo se aplican? Descripción de los programas específicos que desarrollan competencias para el siglo XXI (planes de estudios, evaluación, autonomía de los centros educativos, alianzas, programas específicos empleados en los centros educativos, como el aprendizaje por proyectos o programas concretos de desarrollo profesional de los docentes).

“¿Cuáles fueron las diversas fases de aplicación de la reforma? ¿Quién participó? ¿Cómo se coordinan los gobiernos (federales/locales) con otras partes interesadas? ¿Qué se sabe de la política de la reforma? ¿Qué factores respaldaban su puesta en marcha? ¿Cuáles la impedían? ¿Qué sabemos de los resultados alcanzados por la reforma hasta el momento? ¿Se han evaluado? ¿Cuáles son los desafíos? ¿Qué sabemos de los resultados alcanzados por la reforma hasta el momento? ¿Se han evaluado? ¿Cuáles son los desafíos?”

El caso de la Reforma Educativa en México (2013)

“El Capítulo 5 examina la ambiciosa reforma educativa de México, que formó parte de una serie de reformas estructurales emprendidas durante la administración presidencial de 2012-2018. La reforma incluía la creación de mecanismos para profesionalizar la actividad docente, la eliminación de la participación del sindicato de enseñanza en el nombramiento de profesores, y planes de estudios nuevos y ambiciosos, que se centraban en las competencias para el siglo XXI. Aunque la reforma detallaba qué capacidades docentes eran esenciales y debían evaluarse, la inversión en formación del profesorado fue modesta en relación con la que hacía falta para desarrollar las capacidades necesarias para poner en marcha el nuevo currículo.”

“Una de las razones para la reforma fueron los bajos niveles de rendimiento y la desigualdad en los resultados académicos, documentada por evaluaciones nacionales e internacionales, así como la información sobre las prácticas pedagógicas y la formación inicial de docentes documentada por los estudios de la OCDE sobre características y pedagogía del profesorado (OCDE 2019a). La reforma incluía cinco componentes: nuevos planes de estudios; más autonomía para los centros educativos y un claro foco en el aprendizaje; trayectorias profesionales para los docentes, incluida una reforma de la formación del profesorado; atención especial a la equidad y la inclusión; y un método de gestión que potenciara la participación de las familias. La reforma de la carrera de docente ha sido el aspecto más controvertido de los cambios, porque exigía introducir evaluaciones para determinar el rendimiento de los profesores.”

Cabe resaltar que en la narrativa expuesta por Reimers, el investigador de Harvard no registra las resistencias y oposición a las reforma educativa de 2013, que se generó desde las bases magisteriales en contra de los esquemas de evaluación de la docencia y de las figuras directivas escolares, con impacto en la permanencia en el empleo.

“La reforma curricular se centra claramente en las competencias para el siglo XXI, y el objetivo de hacer que la enseñanza tenga en cuenta las necesidades del siglo XXI aparece de manera central en todos los documentos clave de la reforma.”

Así es: el enfoque teórico y metodológico, no sólo de la reforma educativa de 2013, ensayada en México, sino en los intentos de reformas anteriores (2004, 2006, 2009 y 2011) y de la actual, del gobierno de la “4T” (2019), está basado en el “modelo competencial”. 

Lo cual significa que hay continuidad, no cambio de fondo.

“Se desarrollaron estándares de rendimiento para cada uno de los apartados en los cuatro ciclos de enseñanza obligatoria: preescolar, primaria, secundaria y bachillerato. Estos objetivos se sometieron a consulta pública y posteriormente se comunicaron ampliamente a educadores y otras partes interesadas. El ministerio de educación (SEP) desarrolló un marco de competencias ajustado a los estándares. 

El marco tiene tres ámbitos: conocimientos académicos, desarrollo social y personal (que incluye el aprendizaje socioemocional) y autonomía curricular que permita a los centros educativos diseñar sus propios planes de estudios, teniendo en cuenta las necesidades educativas y los intereses individuales de los alumnos.”

Tampoco menciona el doctor Reimers que las dos consultas llevadas a cabo por el gobierno mexicano, a través de la SEP, se hicieron sobre hechos consumados. De manera coloquial, las maestras y los maestros de la educación básica en nuestro país, a eso le llamaron “dar atole con el dedo”.

Así continúa la narrativa del académico Reimers: “Sin embargo, cuando comenzó la aplicación de la reforma, al Gobierno le quedaban solo 18 meses en el poder. Los planes de estudios se difundieron ampliamente mediante cursos en Internet, aunque no se realizó ningún esfuerzo concreto para desarrollar aptitudes pedagógicas que ayuden a transmitir las nuevas competencias. La reforma se diseñó y aplicó desde arriba, ofreciendo pocas oportunidades de participación a los docentes y otros grupos, incluidas las organizaciones de la sociedad civil. Un área en la que sí participó la sociedad civil fue en la porción “autónoma” de los planes de estudios, que abría oportunidades para que los colegios desarrollasen un currículo local en alianza con organizaciones educativas de la sociedad civil. La llegada de un nuevo Gobierno debilitó la aplicación de la reforma.”

Aunque Reimers reconoce que esa reforma peñanietista “…se diseñó y aplicó desde arriba, ofreciendo pocas oportunidades de participación a los docentes y otros grupos”, es importante mencionar que ese gobierno en el poder, del periodo 2012-2018, tiene nombres y apellidos: Fue un gobierno de hegemonía priista, que en ese entonces hizo una coalición política con las supuestas oposiciones políticas para emprender las “reformas estructurales”, a través del llamado “Pacto por México”, con el acompañamiento de los partidos PAN y PRD.

En una segunda parte de esta entrega, ampliaré mis comentarios y reflexiones en torno a esta selección de fragmentos del libro referido.

Fuente consultada:

(1) Fernando M. Reimers (Editor) Propuestas Educativas Audaces. La transformación de los objetivos de los sistemas educativos desde los Gobiernos. 1ª edición. Enero 2021. Edita: UCJC Stamp. Impreso en España.

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