El 25 de septiembre de 2015 la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó la llamada Agenda 2030. El documento consiste en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) cuyo propósito reside en concertar esfuerzos internacionales dirigidos a combatir las principales problemáticas que aquejan a las naciones.

Los ODS son: 1 )Fin de la pobreza. 2) Hambre cero. 3) Salud y Bienestar. 4) Educación de calidad. 5) Igualdad de género. 6) Agua limpia y saneamiento. 7) Energía asequible y no contaminante. 8) Trabajo decente y crecimiento económico. 9) Industria, innovación e infraestructura. 10) Reducción de las desigualdades. 11) Ciudades y comunidades sostenibles. 12) Producción y consumo responsables. 13) Acción por el clima. 14) Vida submarina. 15) Vida de ecosistemas terrestres. 16)Paz, justicia e instituciones sólidas. 17) Alianzas para lograr los objetivos.

Si bien el cumplimiento de los propósitos no es legalmente vinculante, las acciones de los Estados demuestran el carácter de sus gobiernos y el valor de sus compromisos diplomáticos.

El gobierno de López Obrador, caracterizado por un fortísimo componente ideológico y un paupérrimo ingrediente pragmático, parece andar en sentido contrario a la consecución de los ODS. Por un lado opta, frente a la opinión pública mundial, por referirse a un dictador fascista y a la lagrimable rifa del avión presidencial, y en contraste, no alude al compromiso de su gobierno de contribuir en los ODS en medio de una pandemia que exige la articulación de políticas transversales a nivel global.

Por otro lado, el proyecto de la refinería de Dos Bocas contraviene el consenso mundial en torno al imperativo de transitar hacia energías limpias y de abandonar los combustibles fósiles (ODS 7) desdeña la biodiversidad natural con el lanzamiento del Tren Maya (ODS 15) y deshizo una reforma educativa que buscaba liberar al Estado del yugo del SNTE y de la corrupción y violencia de la CNTE (ODS 4)

En relación con los otros ODS, tales como el combate contra la pobreza y la desigualdad, entre otros, el gobierno mexicano se empecina en la implementación de recetas económicas empíricamente superadas. Lo anterior, aunado a los estragos provocadas por la pandemia, amenaza a México no únicamente en su viabilidad de desarrollo en el mediano plazo, sino también trasluce la ausencia de la voluntad del gobierno mexicano de hacer frente a sus compromisos internacionales.