El SARS-CoV-2 ha afectado a toda la humanidad, cercenando vidas y trastocando economías y modos de vivir. Si bien inicialmente el virus era asociado – al menos en México- con las clases privilegiadas, pues como se trataba de un virus importado se le relacionaba con la gente que había viajado a Estados Unidos y Europa, la transmisión masiva de la enfermedad sería eventualmente universal, llegando, literalmente, hasta los confines de la Tierra.
El lector recordará el desafortunado comentario de Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, cuando, derivado de su instinto populista y polarizador, aseguró irónicamente que él no se contagiaría, pues el virus afectaba -así lo expresó- exclusivamente a los ricos. A la postre, el virus demostraría su implacabilidad, su alta contagiosidad y su capacidad de enfermar desde el príncipe Carlos de Gales hasta el más humilde trabajador en un país en desarrollo.
Ayer por la tarde el presidente AMLO anunció que está contagiado de Covid-19. Con ello, el jefe de Estado mexicano se suma a una creciente lista de mandatarios afectados por el virus, entre ellos Donald Trump, Emmanuel Macron, Jair Bolsonaro, Boris Johnson, Juan Orlando Hernández, Andrzej Duda, entre otros. Algunos de ellos, como el primer ministro británico y el expresidente estadounidense, menospreciaron públicamente la severidad de la crisis que se avecinaba. A este grupo se añadieron, en su momento, el mandatario brasileño y el propio López Obrador.
Según informó el presidente, las mañaneras estarán a cargo de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación. Afortunadamente, AMLO ha asegurado que sufre de síntomas leves. Sin embargo, su género y edad parecerían indicar que la enfermedad podría sufrir complicaciones.
AMLO: La guerra contra la enfermedad es deber de todos
En este sentido, y ante la noticia recibida sobre el estado de salud de AMLO deseemos su pronta y completa recuperación, pues si bien su carácter, forma de gobernar y resultados son debatibles, la guerra contra la enfermedad, tal y como fue llamada por el presidente Joe Biden, es deber de todos.
Por el bien de México y del presidente mismo, esperemos que AMLO se sume a la larga lista de hombres y mujeres que han vencido a la enfermedad. En este momento, la solidaridad del pueblo de México, sin distingos de simpatías o afiliaciones partidistas, debe estar con nuestro presidente, con su mujer y con el resto de su familia.