En Nuevo León el PRI se redefine más acá de Alejandro Moreno, su líder nacional. Los grupos de poder siguen sin una negociación firme. Quien está perdiendo tiempo es la alcaldesa de Escobedo, Clara Luz Flores Carrales, que no termina de identificarse con Morena o ser leal a su partido de toda la vida, el tricolor. En esos tonos grisáceos, Clara Luz oscurece políticamente.

Flores Carrales tiene cercanía con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y, vía su esposo, Abel Guerra, con el tambaleante secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo. Ha tenido acercamientos nacionales, como con Alfonso Romo, jefe de la Oficina del Ejecutivo federal; con la diputada Tatiana Clouthier, quien es su competidora natural en Morena y, sin embargo, asistió al informe de las diputadas federales de ese partido en Nuevo León. A nivel local, su aliada en el Congreso es la diputada Claudia Tapia.

Lo anterior no le basta. Clara Luz tiene que definirse, darle la vuelta al año es perder. Los grupos priistas la alejan, no está en las simpatías de los rodriguistas y exrodriguistas (Rodrigo Medina de la Cruz), tampoco en el grupo de exgobernadores y priistas “corporativos” que apoyan al alcalde de Apodaca, César Garza. Villarreal. El Grupo Allende, que encabeza Jorge Mendoza (TV Azteca), tiene sus propios intereses cruzados entre Morena y el PRI.

Clara Luz está cada vez más lejos de los grupos de su partido, aunque puede hacer alianzas interesantes con el exsecretario de Economía, Ildefonso Guajardo (apoyado por los eficientes operadores Rogelio Cerda y Felipe Enríquez). Esta dupla sería muy competitiva para el electorado nuevoleonés porque Flores Carrales tiene oficio social, de género y su abordaje contra la inseguridad ha funcionado, al menos municipalmente. Guajardo tiene todo el apoyo de la IP regia y sus conexiones internacionales favorecerían sin duda la inversión económica en Nuevo León. El asunto es quién encabeza la fórmula, Ildefonso o Clara Luz.

De aquí a diciembre la alcaldesa de Escobedo tiene que decidirse. Su cercanía con Morena no es suficiente, existen otros precandidatos con peso, como Tatiana y como el director de la Unidad de Gobierno de la Segob, Waldo Fernández. Y en el PRI, en el PRI, a menos de que tenga alianzas espectaculares, la oportunidad de abanderarlo en las elecciones estatales del 2021 se ve cada vez más lejana.