Joseph Robinette Biden Jr., más conocido como Joe Biden, habrá de convertirse en el presidente número 46 de los Estados Unidos de América, aunque ante la inconformidad manifiesta del todavía presidente Donald Trump, quizá el proceso deberá resolverse en los tribunales, toda vez que el soberbio magnate neoyorquino, quien terminará sus cuatro años de mal gobierno insiste en declararse ganador pues no ha sido capaz de aceptar la derrota que ya le dan las cadenas de televisión más importantes de Estados Unidos y del mundo, así como los presidentes y primeros ministros que ya felicitan y reconocen a Biden como ganador.

Joe Biden también ha declarado ya su triunfo a través de las redes sociales:

“América, me honra que me haya elegido para dirigir nuestro gran país.

El trabajo que tenemos por delante será duro, pero les prometo lo siguiente: seré un presidente para todos los estadounidenses, ya sea que hayan votado por mí o no.

Mantendré la fe que han depositado en mí”, escribió a las 10:52hrs. De este sábado en un tuit que acompañó de un video en el que hace énfasis que gobernará para todos los ciudadanos de su país.

Unos minutos después compartió otro video donde aparece una sonriente Kamala Harris en ropa deportiva con celular en mano felicitándolo por el triunfo “Lo hicimos Joe, serás el próximo presidente de los Estados Unidos”, dice quien será su vicepresidenta, y a quien sin duda Biden le debe una gran parte del triunfo por haberle ayudado con el voto femenino y el voto afroamericano que marcaron la diferencia en estados clave.

Se sabe que Donald Trump se encontraba jugando golf al momento de enterarse de lo que estaba ocurriendo y también se ha pronunciado ya al respecto y ha reiterado su posición de acusar fraude. Ha dicho que Biden se está adelantando en festejar.

Es de lamentar esa postura del presidente que no abona en nada a la necesidad que tiene el país vecino de llegar a una reconciliación después de 4 años de una dañina polarización propiciada desde La Casa Blanca.

Trump es de esa estirpe que no escucha consejos ni voces que le llamen a la cordura, pero aunque fuera por primera vez en su vida debiera actuar con madurez, responsabilidad y buen juicio, y admitir que sus más de 70 millones de votos no le han alcanzado para retener la presidencia y permanecer por un periodo más en la Casa Blanca.

El todavía presidente debiera sentirse halagado y agradecido de que aún con su desastroso gobierno tantos millones de ciudadanos norteamericanos se hayan tomado la molestia de ir y cruzar una boleta otorgándole su confianza.

Que a pesar de los 235 mil muertos y más de 9 millones y medio de contagios por su mal manejo de la pandemia, de que se le ha exhibido por no pagar impuestos, y que se le ha señalado de racista, patán y corrupto, millones votarán a su favor, incluido en esa enorme cantidad de sufragios el voto femenino (sin importar que también ha sido acusado de misógino, y violador de mujeres) y también el voto latino, (-muchos de ellos de mexicanos- sin importar que mandó construir el muro fronterizo, que se ha burlado de que México lo pagará, que ha humillado a nuestros connacionales llamándolos violadores y delincuentes, que ha separado a padres de sus hijos metiéndolos en jaulas provocando que ahora 500 de ellos no puedan ser reunidos y que ha mantenido en vilo a cientos de miles de dreamers a quienes amaga con regresar a sus países de origen).

Ahora bien, del candidato demócrata y próximo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien intento tres veces ser presidente y lo está consiguiendo hasta hoy, habrá que decir que, una vez terminado el conteo de votos seguramente nos encontraremos con que ha superado por mucho la barrera de los 270 que necesitaba para alzarse con la victoria, y que tal como lo adelantamos terminará con más de 300 votos distritales ya que al momento suma 290 y aún falta consolidar el triunfo en Georgia que otorga 16, por lo que alcanzaría 306.

Biden, quien pasó de ser objeto de burlas por su tartamudez de niño a convertirse en lider, es ya el candidato más votado en la historia de su país, pues se advierte que de los más de 160 millones de votos emitidos, terminará sumando alrededor de 80 millones de papeletas, superando al propio Trump y Barack Obama que no llegó a 70 millones ni en la elección de 2008 ni en la de 2012.

Y por si fuera poco, tiene la Cámara de representantes con mayoría demócrata y con una gran posibilidad de arrebatar a los Republicanos el control del Senado.

Está pues visto que los ciudadanos norteamericanos han votado mayoritariamente por el ex vicepresidente Biden, un hombre que representa el regreso a la política seria, un individuo maduro, formado, experimentado, sensible; un ser humano que ha sufrido mucho pero se ha recuperado de sus tragedias personales entre las que se cuenta haber perdido de joven a su esposa en un accidente junto con su pequeña de meses de edad, y años más tarde la pérdida de su hijo quien padecía un tumor cancerígeno en el cerebro. Experiencias dolorosas que sin duda lo han hecho más fuerte y cercano a la gente.

La victoria es contundente y se requiere que las voces de mayor peso al interior del partido republicano se hagan escuchar y que llamen al buen juicio en un momento en que Trump ha terminado de perder la poca cordura y esta alentando a sus simpatizantes a actuar en una forma que a nadie conviene y que puede resultar bastante peligroso para el país, pues no hay que olvidar que aún con la derrota, obtuvo más de 60 millones de votos y su arrastre es importante entre sus fieles seguidores.

En el contexto actual, es de esperar una transición difícil, y habrá que seguir de cerca las decisiones que tomará el todavía presidente, porque no hay que olvidar que para él en esta elección no solo ha estado en juego la Casa Blanca, sino quizá también su libertad, pues al perder la investidura que le brinda inmunidad seguramente habrán de proseguir los miles de juicios que tiene pendientes y que lo podrían llevar a prisión por tratarse algunos de delitos graves.

Si bien la tradición en el país vecino es que el perdedor reconozca de inmediato su derrota, hoy Trump, a quien mas le valdría desistir de su peligrosa aventura de querer incendiar al país, sin pudor alguno está haciendo exactamente lo contrario aunque ello le lleve a la humillación y pisotee su gran soberbia.

Ojalá alguien logre aconsejarlo y evitar que pase a la historia como el presidente que se negó a aceptar su fracaso en las urnas, porque además, deberá cargar con el estigma de ser el quinto mandatario estadounidense que perdió su reelección.

El presidente Biden en tanto, tendrá una larga tarea por delante para reconciliar a un país que ha sido confrontado y polarizado en extremo, así como atender una pandemia que ha dejado más de 235 mil muertos y resolver el tema económico.

Además, en el ámbito internacional deberá llevar a su país a restablecer las relaciones con otras naciones, con mandatarios, y organismos internacionales que Trump había desdeñado y/o abandonado como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Acuerdo de Paris, solo por mencionar algunos.

En cuanto a México, quizá puedan venir situaciones incomodas debido a las posturas que ha asumido el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en temas como Energía y Medio Ambiente, pero lo que sí se puede esperar es un trato distinto, de respeto y de diálogo, aún cuando López haya jugado para Trump de forma abierta participando incluso en sus promocionales de campaña.

De hecho, sería importante que AMLO no le siguiera el juego a Trump y saliera a la brevedad, como lo están haciendo los primeros mandatarios del mundo, a reconocer y felicitar a Biden, acto que constituiría una señal de buena vecindad y una intención genuina de querer tender puentes.

Es de esperar pues que Biden, de la mano de Kamala Harris, -quien será la primera vicepresidenta de aquella nación-, conduzcan por un mejor camino los destinos de nuestro país vecino y que Dios bendiga a Los Estados Unidos de América.

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