De acuerdo con el Censo 2020 del INEGI, el 92% de la población de Nuevo León vive en el Área Metropolitana de Monterrey.

En el país hay una población de 126 millones 14 mil 24 habitantes. Nuevo León se encuentra en el séptimo lugar nacional con 5 millones 784 mil 442. Y, con 5 millones 341 mil 171 habitantes, el Área Metropolitana de Monterrey se convirtió en la segunda más grande del país. Eso no es, necesariamente, motivo de orgullo, sino de preocupación.

Ayer, en este sitio, Federico Arreola https://bit.ly/39oB0h1 analizaba la contienda por la gubernatura de Nuevo León, las posiciones y estrategias de Clara Luz Flores (Morena), Adrián de la Garza (PRI), Fernando Larrazabal (PAN) y Samuel García (MC). La verdad es que deberíamos dejar el análisis de la “carrera de caballos” a un lado y enfocarnos en lo que Nuevo León necesita ahora.

Si, de acuerdo con las cifras del censo, Nuevo León es prácticamente una ciudad-estado, tenemos que transformar a esa gran zona metropolitana en una ciudad inteligente.

La tecnología es lo que impulsa a las ciudades inteligentes. La tecnología lo transforma todo. Nuestra ciudad tendría que estar más conectada, ser más sustentable y más eficiente. Y no he visto que alguno de los cuatro aspirantes hable de ello.

Las ciudades evolucionan rápidamente. La mitad de la población del mundo vive hoy en áreas urbanas. Pero, lo más dramático es que, para 2050, esa proporción será casi del 70%.

Y no se trata solamente de que el censo del INEGI nos diga que la población creció. Habrá nuevos retos que encarar mientras que nuestro estado hace muy poco por mejorar su infraestructura, su conectividad y sus servicios.

Y en esta visión, no sólo hay oportunidades para los políticos sino también para las empresas. Hay consultorías que estiman que el tamaño del mercado global de las “ciudades inteligentes” podría tener un valor de 1.3 billones de dólares (serían trillion en inglés). No es poca cosa. Eso significa que las empresas de tecnología de Nuevo León estarían encantadas de convertir a la ciudad en “inteligente” y hacerla más eficiente.

Lo que realmente necesita el área metropolitana de Monterrey es una transformación digital. Eso es lo que se requiere para que nuestra ciudad sea inteligente.

Más allá del discurso político, debemos decirles a los candidatos que una ciudad es inteligente cuando puede recabar y analizar una enorme cantidad de datos. En una ciudad inteligente se requiere una red muy compleja de sensores interconectados, de artefactos tecnológicos, computadoras, software. Y todo eso se tiene que instalar, cuidar y mantener.

¿De qué se trata todo el esfuerzo?

Lo que debemos exigir es que la ciudad sea sostenible y eficiente para sus habitantes. ¿Qué tipo de tecnologías va a necesitar? Todas, desde tecnologías de la información y comunicación hasta el “internet de las cosas” para conectar los artefactos en una red, pasando por sistemas de información geográfica. Será imprescindible la inteligencia artificial y la tecnología del blockchain.

Recabar, analizar y contextualizar datos es el nombre del juego. Necesitamos una red total que permita entender la información y permitir que se responda rápidamente para administrar mejor los servicios.

Uno de los grandes temas para el futuro inmediato de Nuevo León es el de la salud. Las ciudades inteligentes pueden ayudar mucho para prevenir el contagio del coronavirus. Seguiremos enfrentando la pandemia del covid-19 y, para ubicar y proteger a los ciudadanos, tenemos que mejorar la trazabilidad y el control de los contagios. Imaginen ustedes que pudiéramos integrar cámaras térmicas, usando el internet de las cosas, con la inteligencia artificial, para prevenir el contagio.

Podríamos tener mapas con las confirmaciones de casos de coronavirus de tal manera que los habitantes de la ciudad puedan ver la ubicación de los pacientes y que así se aseguren de estar fuera de zonas de contagio. Se podrían enviar alertas donde hay riesgo mayor de contagio, porque la tecnología permite saber cuál es la historia de los desplazamientos de los individuos.

Los teléfonos celulares de los ciudadanos son un componente esencial de las ciudades inteligentes porque tienen biosensores, pueden procesar información rápidamente y están siempre conectados. Por sus herramientas de localización, son sistemas ya establecidos para asegurar que los pacientes cumplan sus cuarentenas y aislamiento. Se podría localizar a un individuo infectado o informar a los ciudadanos si alguien ha estado cerca o en contacto.

Otro de los grandes retos de Nuevo León es el transporte y el congestionamiento de las vialidades. La tecnología puede conectar los vehículos a la infraestructura, al tráfico y a la gente. El resultado es que se puede mejorar la movilidad y la seguridad.

Las calles y avenidas pueden tener sensores para que recaben datos de los vehículos. Los teléfonos celulares son fuentes adicionales para saber más sobre los flujos, bloqueos, obstáculos, condiciones de las calles. Eso ya se usa en muchas ciudades. También la tecnología puede ser muy útil para que los conductores encuentren estacionamiento, a través de una app y un mapa con disponibilidad de lugares. Eso ahorra tiempo y dinero.

Pero lo realmente importante es que la tecnología nos permita la planeación de un futuro con menos autos y un mejor sistema de transporte público, bicicletas, scooters. Todo es, al final, mantener la conectividad adecuada hacia el sistema de transporte público. La tecnología debe ser disruptiva. Por otra parte, la mejor administración de las flotillas de vehículos a través de la tecnología mejora las rutas y reduce los costos y la contaminación.

Uno de los grandes retos de un área metropolitana como la nuestra es la eficiencia en el uso de la energía. Tenemos que avanzar rápidamente para instalar alumbrado inteligente, LED con controles inteligentes. Aunque no le guste la energía limpia a la CFE ni a la 4T, el futuro obligará a la venta y compra de energía solar de las casas.

Los responsables de administrar nuestro estado tendrán que analizar la temperatura, la humedad y la calidad del aire por sectores para reducir la contaminación. Se requiere un sistema de monitoreo que recabe los componentes del aire de una manera muy localizada en la ciudad. Así se pueden diseñar e implementar políticas públicas apropiadas.

La administración de la basura es esencial para una ciudad como la nuestra. Se pueden reducir costos y mejorar la sustentabilidad. También en esta área se requiere tecnología: contenedores con sensores para que los camiones que recogen la basura sepan el nivel y sean más eficientes en sus rutas. La tecnología del agua es fundamental. Se puede optimizar y reducir el uso.

El uso de tecnología para seguridad merece toda una columna adicional. Imaginen que los policías y agentes de tránsito usen en sus chalecos cámaras térmicas, sensores de reconocimiento facial y lectores de placas.

En fin

Los candidatos deberían analizar lo que hacen empresas como Cisco, Siemens, Microsoft, IBM, Hitachi, Huawei, SAP, Panasonic, Ericsson, GE. Todas ellas están trabajando en mejorar la inteligencia de las ciudades.

La esencia de una ciudad inteligente es recopilar, grabar y analizar datos. Eso también tiene que ver con la privacidad de los ciudadanos. Se requieren prácticas de transparencia para prevenir el hackeo, el mercado negro digital y la venta ilegal de datos.

Hay muchas áreas más en donde debemos utilizar la tecnología para convertir el Área Metropolitana de Monterrey en una “ciudad inteligente”. El problema es que los políticos, que no entienden de sistemas, dejan que cada uno opere como si fuera un silo, aislado. ¿Qué pasaría si conectamos todos los sistemas a través del internet de las cosas? Se tienen que comunicar uno con otro de manera armónica. Así se lograría la eficiencia.