La oposición perdió credibilidad y terreno

El efecto negativo y los daños colaterales de las malas decisiones en legislatura pasadas, así como la aprobación de un fatídico esquema de reformas neoliberales implementadas por el expresidente, Enrique Peña Nieto, dejaron un mal sabor de boca entre la población. Sin embargo, para la oposición eso no fue lo peor: se convirtieron abiertamente en un grupo sólido que empujó las iniciativas y la sociedad terminó por repudiarlos.

Aparecieron incrementos en los precios de la canasta básica; subió la gasolina a niveles altísimos para el consumidor; desempleo, desconfianza, inflación e incertidumbre y otras cuestiones que los especialistas en la materia, no la comentocracia, documentaron el gran daño al patrimonio y a la economía social.

Por supuesto que eso dejó huella. La sociedad no perdonó y castigó en las urnas en 2018. Tomó distancia de los partidos tradicionales y dio su voto de confianza al presidente López Obrador. Con ese efecto, ganó terreno en la Cámara de Diputados en un número sustancioso de congresistas, asimismo ratificó su poder de convocatoria en el Senado.

Tanto para PRI como para el PAN significó un golpe durísimo si nos guiamos en que, durante muchos periodos, mantuvieron una hegemonía poderosa que hizo y deshizo lo que quiso otorgando beneficios en lo que pareció evidente con un nuevo modelo económico.

A raíz de eso la oposición perdió credibilidad y terreno. Ni están en su mejor momento, ni muchos menos se anticipa que lo estén; de hecho, el tsunami que les atravesó en 2018, parece se repetirá. Morena es ampliamente favorito para conquistar una mayoría en la próxima legislatura. Y es que de acuerdo a un estudio reciente, la intención del voto para el partido guinda se mantiene sólida con más del 40%. Le sigue el PAN y PRI con una proporción bajísima y del PRD mejor ni se diga, una autentica lastima.

En ese futuro desalentador para la oposición, hay un margen de 27% de indecisos que perfectamente se puede inclinar a favor del presidente Obrador. Y por si eso fuese poco, el PRI posee uno de los peores promedios de desaprobación. El estigma de la corrupción no se ha revertido, ni tampoco le han sacado provecho a la guerra sucia que, lo hemos dicho, desde hace mucho dejó de ser útil.

Así que el clima anticipa una paliza para la oposición. Su papel sigue siendo bochornoso y en nada abona a la recuperación de una base que, desde hace tiempo, emigró a otras filas. Tal parece que el efecto del presidente a pesar de no estar en la boleta será dominante; para dimensionar esa atmósfera, solo basta observar los estudios de opinión pública para marcar un precedente.

Parece que la derecha respira por un pulmón poco sano o más bien contaminado y sin antídoto para salir adelante. Los pronósticos son claros y contundentes. Quienes aseguran lo contrario, tienen la esperanza de que el dinosaurio despierte después del golpe duro que recibió en 2018. El mensaje es claro: nocaut para la oposición.

Notas finales

En Morelia pertenezco al distrito 08 para votar en la diputación federal. Durante años se mantuvo una alternancia del PAN y PRI, sin embargo, parece que esa etapa se acabó. Morena decidió bien. Colocó a una mujer fundadora y activista que ha levantado expectativa. Myriam Martínez de acuerdo con los pronósticos, ganaría al parecer con un margen holgado que no puede revertirse ante la proporción porcentual. Eso significa que, a partir del 6 de junio, tendremos una representante que ha demostrado compromiso con la sociedad. Y es que en esta contienda electoral, además de haber dejado claro su capacidad y compromiso, su responsabilidad ha sido muy buena lo que augura un pronóstico positivo.