(Documento basado en mi video presentado en el grupo de cibernéticos: Metaphorum, en Huizen, Holanda el día 2 de noviembre de 2019.)

Cuando cayó el muro de Berlín hace 30 años, el gran derrotado fue el socialismo de la Unión Soviética. Un par de años antes, en su libro CAOS, LA CREACIÓN DE UNA CIENCIA, James Gleick popularizaba la idea del Efecto Mariposa, y el comportamiento a veces catastrófico de los sistemas altamente complejos como la Unión Soviética que también cayó derrumbada poco después.

En los últimos 30 años la Cibernética ha reaparecido con otros nombres, como la ciencia de la complejidad, la ciencia de la información y el control, la ciencia de los sistemas complejos. Sin embargo, el mundo de la política no se ha dado por enterada de que existen leyes cibernéticas tan vigentes como las leyes de física de Newton. Esta falta de conocimiento pudiera ser de fatales consecuencias. La rivalidad capitalismo/socialismo ha generado millones de muertos.

En estos últimos 30 años, sin enemigo aparente al frente, el capitalismo se diseminado en el mundo. Los rusos se privatizaron a su manera, generando grandes empresarios petroleros mafiosos. Los chinos importaron fábricas gringas y empezaron a fusilarse toda la tecnología a su alcance.

También en estos últimos 30 años la cibernética transformó la tecnología y la vida misma. Aparecieron las computadoras personales, el internet, el iphone así como las redes sociales. El costo de transacción se redujo a casi cero y surgen Amazon y E-bay. Cualquiera puede publicar, cualquiera puede opinar. Bienvenidos Facebook, Youtube, Google y Twitter e Instagram.

Ahora se culpa al capitalismo de la explotación humana en maquiladoras y de los problemas de contaminación de aire, agua y tierra y hasta del cambio climático. Entonces gracias a la ignorancia de la ciencia de la cibernética que nos trajo todos estos avances, el socialismo ha resurgido, como la “solución”. Se sabe que un 50% o más de los estudiantes norteamericanos lo consideran como una opción contra los problemas “sistémicos” actuales. Creen que el socialismo es cura para el capitalismo. Aquí hasta López Obrador, un socialista desquehacerado, se coló a la presidencia. Es necesario explicarles su gran error.

La cibernética no trata sobre computadoras únicamente. Trata sobre las leyes de control que permitieron inventar las computadoras. Vale aclarar, que estas “leyes duras” primero se descubren en la naturaleza —y luego se incorporan a la informática y programación de computadoras. Son las leyes naturales que permiten a los seres vivos procesar información sin recurrir a computadoras —el cerebro humano y sistema nervioso el gran ejemplo. Son las leyes que hablan sobre la capacidad de un canal de comunicación y sobre los límites naturales de un mensaje determinado. Por ejemplo, la cibernética, en su teoría de información, inventó el BIT como el mensaje que permite al menos etiquetar el resultado de un pico o mona. De allí, millones de bits, megabytes y terabytes han inundado el planeta, creando un mundo paralelo de información a todo lo materialmente existente.

Aplicadas a la administración, las leyes cibernéticas del control y la información, derivan en el Modelo de Sistema Viable descubierto por mi amigo ya fallecido, el profesor Stafford Beer. El mismo que abandonó México en 1983 frustrado por nuestra ceguera y burocracia. Este modelo de Beer en realidad sintetiza muchas de las leyes cibernéticas que existen en la naturaleza. Estas leyes son las que explican por qué el capitalismo derrotó al socialismo. No basta claro, decir que el capitalismo es más eficiente que el socialismo, sino hay que explicar por qué es así.

Las leyes de los sistemas viables, incluidos entre éstos la célula, las personas y organizaciones privadas y públicas hasta incluir el Estado-nación, nos permiten comparar el capitalismo y el socialismo con un mismo rasero que no es necesariamente producción económica, sino capacidad y eficiencia cibernética. La principal ley de control se llama la ley de variedad requerida de Ross Ashby, un cibernetista inglés, compadre de Stafford Beer. La ley dice que “solo la variedad absorbe variedad”. Esta parece una verdad de perogrullo, pero traducida dice que un regulador debe generar la misma cantidad de respuestas que la cantidad de comportamientos de un sistema regulado. En términos de futbol, si dejo a un contrario desmarcado, me va a meter gol.

Empatarle la “variedad” a cualquier sistema “para controlarlo” requiere primero que nada capacidad de cómputo. Por ejemplo, puedo tener una pistola para defenderme, pero si no sé apuntar el arma, es como si no la tuviera. Esta capacidad, sin embargo parece gratis con tanta computadora, pero no es gratis. Por ejemplo, las leyes cibernéticas del canal de comunicación dicen que a un chip de un megabyte no le cabe un terabyte. Un ciego no podrá apuntar una pistola, pero sí podría con un feedback basado en sonido.

La falacia del poder de cómputo ha sido una falla de los socialistas. La Unión Soviética trató durante años de crear redes de cómputo para programar la producción y satisfacer la demanda. Nunca pudieron hacerlo hasta que fueron derrotados por la realidad.

La clave del éxito del capitalismo es que cada consumidor es como una computadora, tomando decisiones. Son millones y millones de operaciones de cómputo que se realizan por fuera del gobierno y que ayudan a procesar la información que ninguna cantidad de computadoras, por potentes que sean podrían emular. Este es el triunfo del capitalismo sobre el socialismo.

Peor aún para el socialismo. Entre más compleja se vuelve la sociedad más “variedad” u opciones de comportamiento genera y más inalcanzable se vuelve para la planeación centralizada que es la premisa absurda que los socialistas no quieren o no desean reconocer. O sea, el capitalismo no solo genera enorme cantidad de “variedad” en forma de demandas de consumo, sino que luego, la “variedad de control” se resuelve por el consumidor mismo. Caso en cuestión, compras con 100% de garantía o la devolución de tu dinero.

Tratar de ponerse de los dos lados de la ecuación de variedad, tanto de demanda como de control, ha sido la misión imposible del socialismo. Por eso los jóvenes chinos de Hong Kong quieren capitalismo y no les atrae el aparente éxito del socialismo de Pekín. Ah, pero los jóvenes latinos y muchos americanos creen que ellos sí saben arreglar los males del capitalismo: regresando hacia el socialismo.

Los argumentos son contundentes: Las “leyes de la viabilidad” descubiertas por Stafford Beer dicen que los sistemas viables:

1.- Se construyen de abajo hacia arriba; y van creciendo en complejidad. Gana el capitalismo. El socialismo lo hace a la inversa. Se gobierna desde arriba.

2.- No son jerárquicos, ni basados en autoridad. Gana el capitalismo. El socialismo es una pirámide de autoridad hasta llegar al barrio.

3.- Respetan la máxima autonomía posible de sus integrantes. Gana el capitalismo. El socialismo da prioridad al bien común y la colectividad pesa más que el individuo.

4.- Experimentan con el futuro, generando opciones. Gana el capitalismo. Claro, que experimentar cuesta y el resultado son las quiebras de negocios. El socialismo, en cambio, cree conocer y hasta poder pronosticar el futuro. Producen bienes y servicios sin clientela. Miles de condominios y hasta moles vacíos en China.

5.- Utilizan la coordinación mucho más que el mando. Gana el capitalismo. El socialismo no respeta la libre contratación privada. La sustituye con decisiones centralizadas.

6.- Son sistemas semi-caóticos, como remolinos que se auto-organizan. Gana el capitalismo. El socialismo viene del paradigma de Newton, transportado por Marx para pronosticar la historia como si fuera un mundo de bolas de billar.

7.- Tienen órganos de detección y corrección de errores. Gana el capitalismo y su sistema de justicia basada en debido proceso. Los socialistas no tiene prensa libre, ni permiten la crítica. Los errores son taponeados como sucedió en Chernobyl y por poco matan a millones.

8.- Comparten una mínima identidad para generar cohesión. La identidad del capitalista se basa en unas reglas muy sencillas pero efectivas: libertad con responsabilidad. Para eso se pagan impuestos. Gana el socialismo en materia de producir cohesión, pero gracias una cooperación forzada, impuesta, obligada. Tu tiempo y esfuerzo le pertenecen al Estado.

9.- Tienen un feedback positivo que genera energía y otro negativo que da control. Gana el capitalismo. El mercado es un sistema acelerado hacia el consumo. Los precios sirven de freno. La energía socialista radica en el dogma. El control pertenece al Estado.

10.- El control y el controlado son dos aspectos de una misma estructura orgánica. El capitalismo gana porque “we the people” tiene controles sobre la Constitución que obligan a una estructura institucional y aseguran que el gobierno no les restringe sus garantías de libertad, posesión de armas, prensa, etc. La estrategia del Socialismo en no permitir se genera “variedad” para no tener que controlarla después.

 

CONCLUSION:

Quizá por suerte, pero como quedó ampliamente demostrado arriba, las leyes cibernéticas han sido aplicadas por el capitalismo desde antes de que la cibernética de la administración y el modelo de sistemas viables las hiciera explícitas. Los socialistas se quedaron en el universo de Newton que supone que tanto el pasado como el futuro se pueden pronosticar y controlar como si fuera un juego de bolar de billar, totalmente causa-efecto. El mundo sin embargo, sobre todo el de los humanos es cada vez más complejo y solo será entendible para quienes estudien un mínimo de cibernética. La ciencia que no dió computadoras y iPhones, nos abre los ojos a la realidad del socialismo. El que no entienda, ni modo, en su perjuicio será.

El senador RAND PAUL ha sacado su libro EL CASO CONTRA EL SOCIALISMO. Vale la pena leerlo. Explica que la impotencia socialista lleva eventualmente a la violencia.

Para quien se interesa, tengo muchos videos en YOUTUBE sobre el VSM y mi Universal Management System 7 Model.