Las historias de amor prevalecen en el tiempo porque nos inspiran a ser mejor y avivan nuestros sentimientos de pertenencia y seguridad. En cada rincón del mundo existe una historia real que se transmite de boca en boca, hasta que, con suerte, alguien la encuentra y la impulsa en los medios culturales, para que se repliquen en diferentes áreas en forma de; libros, teatro, cine, televisión, letras de canciones, etc., hasta que llegan a ser parte de la historia mundialmente conocida. Siempre que uno visita o se muda de Ciudad lo primero que hacen los oriundos, es contar historias de sucesos que consideran importantes, este es el caso de la historia de una persona que vivía en situación de calle y que se enamoró de un maniquí, que con el paso del tiempo fue llamado; El Eterno Enamorado. Esta era una plática continua en las diferentes familias y amistades que solía frecuentar y que siempre me causaba un poco de miedo y curiosidad y heme aquí contándoles esta parte de mi vida cotidiana.

Arturo Chávez Olivarría, "El eterno enamorado" de una maniquí a la cual llamaba Esmeralda, se encontraba en una tienda especializada en Vestidos de Novia, por lo que a Gloria la expropietaria le tocó presenciar el inicio de esta leyenda urbana que comenzó por allá en los años 80's y que un sin fin de medios nacionales e internacionales llegaron hasta el lugar para entrevistar a los involucrados, generándole gran popularidad que nunca imaginó, todo gracias a Arturo y a la maniquí. Gloria recuerda que le daba ternura ver a un indigente alcohólico, pasar horas frente al aparador donde se encontraba una maniquí con ojos color esmeralda, porque él creía que ella era su amada. Esmeralda era muy bonita y vestía todo el tiempo de novia, él a través del vidrio le hacía demostraciones de amor; le cantaba canciones, platicaba con ella, le rociaba agua al vidrio para menguar el calor, la admiraba sin descanso día y noche de pie, a pesar de las inclemencias del tiempo y las miradas de los curiosos.

Estas acciones de afecto descontrolado no eran bien vistas por Gloria la entonces propietaria, quien aseguró en entrevistas a medios, que él nunca la quiso, porque la veía como la suegra malvada, ya que lo regañaba por dañar la propiedad, aunque ella cree que lo hacía con la intención de darle amor a su querida Emi, como él la llamaba de cariño. Entre las demostraciones insanas de afecto estuvieron presentes: el quebrar en cuatro ocasiones el vidrio del aparador para poder tener a su amada entre sus brazos, -Gloria por estas acciones decidió regalarle la maniquí, y cuando la empezó a desvestir para que se lo llevara, él comenzó a llorar porque la quería con todo y vestido, entonces no se la llevó y se quedó en el mismo lugar-, también le aventaba agua sucia al escaparate porque aseguraba que Esmeralda tenía calor. Esto hacía que Gloria se desesperara y llamara a la policía para que lo calmaran, aunque después se arrepentía, porque sabía que él no era malvado, ni quería hacer daño y les decía a las clientas que venían con la ilusión de comprar el vestido de novia para el gran día, que no le tuvieran miedo, que estaba enamorado.

El famoso negocio de vestidos de novias, que se ubicaba en aquel entonces en la calle Heriberto Aja, casi esquina con Boulevard Rodríguez, de la Colonia Centro de Hermosillo, Sonora, fue el lugar para que el eterno enamorado, dedicara su vida entera a esa maniquí, que para él representó en todo momento al amor de su vida, una mujer con quien estuvo a punto de casarse, pero que el destino no lo quiso así, ya que días antes de la boda ella perdió la vida de manera lamentable, evento que provocó el inicio de esta historia. En memoria de ese acto de amor fallido, ella fue sepultada con el vestido de novia que usaría en el día del "sí, acepto", ese último recuerdo de Esmeralda vestida de novia dentro del féretro marcó para siempre la vida futura de Arturo, ya que lo dejó con un dolor inmenso y profundo que lo hizo perder la razón del tiempo y el espacio, y al mismo tiempo, dio paso para que iniciara esta gran la leyenda urbana de amor, al convertirlo en un borracho de amor. Otra historia entre los hermosillenses cuenta que su amada lo dejó y por eso perdió la razón, decide tú, con cuál de las dos te quedas.

Los que conocieron a Arturo Chávez Olivarría “El Eterno Enamorado”, oriundo de Cananea, cuentan que su amada novia se llamaba Esmeralda, como el color de los ojos de aquella maniquí, que vestía a diario un hermoso vestido de novia, tal y como quedó en el recuerdo que llevó a la borrachera de amor a Arturo. Dicen que la locura es un estado mental para evadir el dolor insoportable de una vida miserable y sin amor, en este caso nada más real que ese pensamiento fatal, tal vez para familiares, amigos, propios y extraños que conocieron a Arturo, era incomprensible su forma de amar, pero él vivía maravillado imaginando que su amada estaba ahí, radiante y feliz, por eso él aprovechaba todo momento para demostrarle su amor eterno, sin importar miradas inquisidoras, de miedo y burlonas de quienes solo veían la apariencia de la locura y la borrachera exterior de Arturo, que no alcanzaban a comprender que dentro del mundo que se creó, él era sin duda mucho más feliz que muchos de sus crueles y despiadados inquisidores, que desfilaron a lo largo de sus años que vivió frente al aparador que mantenía a su amada al alcance de su vista, divididos solamente por un vidrio mortal.

Gloria, quien siempre estuvo pendiente de Arturo, observó que estaba cada día más enfermo, por lo que lo mandó a un hospital mental, lo visitó en algunas ocasiones, le llevaba cigarros y estaba al pendiente de él. Aun así, de vez en cuando él lograba evadir la vigilancia de la clínica y escapaba, para llegar a la cita con su amada, pero un día "El eterno enamorado", dejó de asistir a la cita con Esmeralda, la enfermedad del cáncer de lengua, lo postró en una cama y le impidió seguir demostrando su amor en persona a Esmeralda, más no en su pensamiento y su legado.

Un día del año 2003 su cuerpo dejó de existir, y nació la leyenda, su historia ha permanecido en el tiempo y ha traspasado fronteras. En tributo y como parte de la leyenda urbana de "El eterno enamorado" cuenta con un corrido que pocos conocen, algunos aseguraban que le escribió Joan Manuel Serrat la canción "De Cartón Piedra", sin embargo, el cantautor aseguró que le sorprendió el saber que, una de sus canciones que escribió por allá en los 70’s la relacionaran con esta historia real ya que no coincidían los tiempos, también hace unos años hicieron un mural que representa esta historia, donde ahora Arturo se encuentra inmortalizado junto con su novia Esmeralda, pero ahora de la libertad los separa un cerco de alambre con cadenas ya que el mural se encuentra en la pared de un local privado, en el mero centro histórico de Hermosillo, la capital del Estado de Sonora.

Ojalá que la historia de amor de esta pareja disfuncional de enamorados sea inmortalizada en alguna plaza pública de Hermosillo, Sonora y que sea ícono de nuestra historia como hermosillenses, por siempre y para siempre, porque el amor y la locura son estados mentales que están presentes en todo momento.

Janny Barrera

@CPJannyBarrera