Aberrante y absurdo resulta lo ocurrido ayer a una joven mujer que buscando huir de su energúmeno esposo llegó hasta la casa del Gobernador Enrique Alfaro Ramírez, -en teoría el sitio más vigilado y protegido de toda la entidad-, y fue ahí donde encontró la muerte, frente a los policías que ante su falta de pericia y capacidad exhibieron sus limitaciones para proteger a la joven madre que buscó seguridad y protección donde no la había, como no la hay en ningún otro sitio de esta entidad que carece de estrategias para proteger a sus mujeres y a cualquier otro individuo. Vanessa falleció a las puertas de Casa Jalisco mientras al interior del inmueble el Gobernador y su gabinete de Seguridad celebraban una reunión de la Comisión en la que procuran, sin éxito evidente, resolver el grave problema de inseguridad que vive el estado, el mismo que le falló a Vanessa en su protección cuando incluso, contaba con una orden de protección.

Jalisco se encuentra entre las entidades más violentas para las mujeres de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad (SESNS); en 2018, fueron 26 víctimas de feminicidio, 11 de los cuales se registraron en la Zona Metropolitana de Guadalajara, incluida la capital, donde fungía como Presidente Municipal el propio Alfaro Ramírez, hoy gobernador del estado. De estos feminicidios, vienen a la memoria el de Alexandra, quien al igual que Vanessa contaba con una orden de restricción que no se cumplimentó ante la falta de acción por parte de la autoridad municipal. Otra vez fallaron los protocolos de protección, lo mismo con Alondra y Laura.Se había avanzado bastante con el Instituto Jalisciense de las Mujeres (IJM) el Centro de Justicia para las Mujeres (CJM) y otras instancias que, si bien con bastantes deficiencias, limitaciones y falta de coordinación, consiguieron ubicarse como un referente donde las mujeres ya sabían que podían acudir; el IJM recogía una agenda y tenía legitimidad política, al mismo tiempo que autonomía del resto del gobierno. Más allá de si los protocolos, las normas, los procedimientos deben mejorarse, cambiarse y superarse, en contraparte ha resultado limitado el apoyo de las policías municipales que conforme a la ley son las instituciones que debieran brindar la protección.Aunado a lo anterior, debemos añadir la desacertada decisión del Gobernador que de manera unilateral y por medio de un albazo con el apoyo de sus diputados y fracciones que le son afines (Movimiento Ciudadano, PRD, PT, Verde), tuvo la ocurrencia de desaparecer el IJM, para dar paso a la creación de La Secretaría de Igualdad Sustantiva, con el pretexto de que se estaba encallando la protección a las mujeres.Ante la presión de las féminas terminó por recular pero hasta el momento seguimos sin ver estrategias exitosas; en enero, Alfaro reveló que 7 de cada 10 mujeres en Jalisco habían sufrido violencia y recordó la existencia de la alerta de violencia de género contra las mujeres en municipios de Jalisco dictada el 30 de noviembre de 2018 por la Secretaría de Gobernación, al tiempo anunciaba su estrategia, consistente en la prevención de la violencia en la que habría un funcionamiento eficiente de las órdenes de protección y el protocolo Alba, y la procuración y el acceso a la justicia para las mujeres a través del cual se fortalecería el protocolo de feminicidio, con el incremento del número de peritos, psicólogos, médicos y personal forense para implementarlo adecuadamente.Nada de eso ha funcionado, el caso de Vanessa es revelador en cuanto a las fallas en la estrategia, la falta de cumplimiento de las órdenes de protección y la incapacidad de las policías y las autoridades. Peor aún, es imaginar el infierno que viven las mujeres en su diario acontecer, en sus hogares, en sus vidas. Hoy sabemos de Vanessa y nos dolemos y nos enojamos y nos consternamos porque tuvo la suerte, no buena por cierto, de llegar a las puertas de Casa Jalisco, donde conocimos su nombre, su historia y el fatal desenlace de ésta, pero cuántos episodios se registrarán a diario al interior de cuatro paredes, sin que lleguemos a darnos cuenta del terror que experimentan y de dónde y cómo terminan esas mujeres.En Jalisco, las féminas siguen siendo víctimas de feminicidios, violaciones, acoso y desapariciones; hemos visto campañas ciudadanas tales como “empresas y negocios vigilantes” que se pronuncian en alerta y dispuestos a apoyar a las mujeres que así lo requieran, y “mano rosa”, una iniciativa de taxistas para intervenir y brindar protección también en sus unidades a las mujeres que lo soliciten y que fue anunciada un par de días previo al asesinato de Vanessa, quien paradójicamente descendió de un taxi para pedir ayuda a los guardias de Casa Jalisco mientras su esposo la seguía en un auto particular. La joven recién explicaba a un uniformado la situación cuando el hombre embistió a ambos con su auto para enseguida descender del vehículo y con un cuchillo de cocina dar muerte a quien era su esposa y contaba con una orden de restricción en su contra interpuesta en febrero pasado.El Gobernador, el Coordinador General Estratégico de Seguridad, el Fiscal Estatal y el Secretario de Seguridad, estaban en una reunión de la Comisión de Seguridad al interior de Casa Jalisco, mientras Vanessa moría a las afueras del inmueble. La reacción de quienes se encontraban a las puertas del lugar; escoltas, policías y seguridad en general, es cuestionable, se habría esperado una respuesta con mayor pericia pero no la hubo; en los videos resulta pasmante el tiempo que transcurre desde el momento que se observa al vehículo girar para ir sobre la mujer y nadie atina a hacer algo para detenerlo hasta que ya es imposible evitar la tragedia.Terrible sin duda. Como terrible y absurda fue la declaración del Gobernador Enrique Alfaro a través de sus redes sociales, donde prácticamente regaña a la víctima. “Las disculpas no previenen, las promesas de quien les agrede no son garantía de nada; un primer acto de violencia, físico o psicológico, es suficiente para frenar, para decir basta, alejarse y pedir ayuda al 01800 00 68 537, 3345 61 66 o en su caso, ante una emergencia, al 911”. Una estupidez de texto.En otro mensaje, dice que se ha avanzado, pero no hay tal. Solo demagogia. Prometió más recursos económicos para que una nueva subsecretaría atendiera los asuntos de género, pero el diario NTR Guadalajara publicó que el presupuesto se quedó igual y el gasto para la alerta de violencia de género pasó de 15 a 14 millones de pesos respecto a 2018.El asunto es de forma; todos los días aparecen personas muertas o embolsadas por cualquier rumbo de la ciudad; la delincuencia ordinaria incrementa; los robos, los asaltos, las extorsiones, los asaltos, los secuestros express, al tiempo que sigue campeando la delincuencia organizada con sus actividades de extorsión y narcotráfico y por otro lado no se ve claro una estrategia en el Gabinete de Seguridad, donde priva la descoordinación. Tiene que haber un cambio como de planes y proyectos como de personajes para que esto funcione. Jalisco no puede seguir así.  Y sí, esta columna la escribo desde el coraje, desde la tristeza, pero principalmente desde la impotencia de ver la situación de indefensión que viven las mujeres jaliscienses que evidentemente, no son prioridad en la agenda de los Gobiernos