El elusivo -por su alto cartel- doctor en filosofía y psicología, Félix Duque, fue uno de los personajes de talla mundial que no pudo resistirse ante el empuje de Alejandra Rangel Hinojosa, y vino a la UANL a impartir el primer diplomado que México ha registrado sobre la vida y obra del filósofo más influyente del siglo XX: Martín Heidegger.

Les platico: Esta incansable luchadora por el arte, la cultura y la educación fue la primera presidenta de CONARTE Nuevo León; fundó la Cineteca NL, el Consejo de Desarrollo Social del mismo Estado y entre sus máximos logros se cuenta el haber llevado el arte y la cultura a los sectores más olvidados de la entidad.

El alcance de su obra es nacional e incluso rebasa las fronteras. Trabajó a favor de comunidades con necesidades elementales de educación y uno de sus trabajos en el terreno comunitario fue hacer equipo con el finado pintor oaxaqueño Francisco Toledo, para que miles de familias mixtecas cuenten con las escrituras de sus propiedades en el Estado que vio nacer a Juárez.

Impartió cátedra en la UANL, el Tecnológico de Monterrey, la Escuela Normal Superior del Estado y otras, donde dejó constancia de su convicción de que el desarrollo y el bienestar van de la mano de la educación.

En junio de 2003 presentó su tesis “Participación Política de las Mujeres en un Movimiento Urbano de Nuevo León”, para obtener la Maestría en Metodología de la Ciencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.

Con ese trabajo se anticipó a la corriente nacional en defensa de los derechos de la mujer para participar en los movimientos sociales que netamente estaban -hasta entonces- en manos de los hombres, como son los sindicatos y organizaciones de colonos.

En la página 121 de su tesis, Alejandra sustenta que el movimiento popular urbano está basado en acciones contradictorias que muestran afirmaciones y negaciones al mismo tiempo; un sistema binario que une los opuestos; una técnica de integración paradójica donde la verdad se convierte en falsedad y lo legal en ilegal.

Mucho antes de que explotaran las redes sociales, Alejandra estableció en su tesis el siguiente postulado. Abro comillas:

“Hablamos de organizaciones donde se generan nuevas formas de acción entre los colonos y se gesta una nueva cultura política, se activan redes sociales y alianzas de grupos de presión, ante los cuales, el gobierno en todos sus niveles, tiene la obligación de responder, atender y resolver en su caso.” Cierro comillas.

Así, Alejandra consolidó en esta tesis su espíritu visionario, que llevó a todos los órdenes de su actividad personal, familiar y profesional.

Fue política sin serlo en la forma de militante. Fue activista social sin los petardos que caracterizan a quienes -sin serlo- fingen hacerlo.

Mi amigo Enrique González Cisneros, amigo entrañable de Alejandra y de su familia y -por cierto- el mejor Secretario de Cultura que ha tenido San Pedro Garza García -nada qué ver con lo que fingen hacer, porque no fungen- los incondicionales del fallido alcalde actual Miguel Treviño, me dijo al darme la infausta noticia, que Alejandra está considerada como una impulsora incansable de la educación, el desarrollo, el arte y la cultura.

La hija del gobernador Raúl Rangel Frías y esposa del empresario regiomontano Eugenio Clariond Reyes Retana, murió ayer a las 8 de la noche en los Estados Unidos.

CAJÓN DE SASTRE

Enorme pérdida sufre el País con la partida de Alejandra”, dice la irreverente de mi Gaby. Yo la secundo… y miles también.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “María Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 50 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.