El ñu es un bóvido de estructura pesada y grandes y desproporcionados cuartos delanteros, con una cabeza en forma de caja y cuernos lisos y afilados curvados hacia arriba. Su pelaje es gris blancuzco.

Les platico: Este animal tiene cabeza de toro, patas de toro, rabo de toro; es idéntico a un toro, pero no es toro.

Si un torero -por más avezado que sea- ve a un ñu y pretende torearlo con capote y muleta, es muerte segura, porque el ñu no entiende, no embiste hacia el rojo del trapo. Embiste hacia el bulto.

El ñu, simplemente cuando te ve, saca la lengua, agacha la cabeza, restriega sus patas contra la arena y cuando crees que va a arrancar, no arranca. Lo hace cuando menos te lo esperas. Cuando se le pega la gana.

Creyendo que es un toro, sacas el capote o la muleta y pensando que se va a ir sobre el trapo, se va sobre ti y te encaja sus cuernos en la panza.

Un torero no puede confundir nunca a un ñu con un toro, porque el resultado es muerte. Si en una pamplonada se filtrara un ñu entre todo el ganado de casta, otra vez, hay muerte segura porque los toros no aceptan la compañía del ñu.

El error de los venezolanos fue desplegar una faena clásica de las que se usan contra los políticos, pero no estaban gobernando Caldera o Carlos Andrés Pérez o Lusinchi o Luis Herrera. Esos eran toros.

En cambio, quien gobernaba era Chávez y hoy Maduro, unos ñus, y estos animales no entienden el sistema de faena para los toros.

Porque en Venezuela se instauró una dictadura con bases constitucionales, donde a los chavistas no se les puede hacer nada pues todo está permitido por las leyes.

Todo lo que hizo Chávez y lo que hoy hace Maduro es legal y constitucional. Por eso la piensan tanto los Estados Unidos, donde existe un régimen democrático y constitucional.

Y por eso no lo pensaron nada los cubanos, los chinos y los rusos para ponerse al lado del chavismo, pues sus sistemas de gobierno no son nada democráticos ni constitucionales.

Todo esto nadie me lo platicó. He estado cuatro veces en Venezuela: en 2017, 2018, el año pasado y éste.

Suficiente tiempo allá -seis meses en total- para hablar con representantes de la sociedad civil, de la llamada “resistencia clandestina venezolana” y con militares de la “reserva bolivariana”, la última durante reuniones en Mérida, homónima de nuestra yucateca, a 120 kilómetros de Caracas.

También en un lugar de Ciudad Bolívar, en la frontera de Venezuela con Brasil, donde me reuní con los pemones, indígenas venezolanos que fueron masacrada por la “fuerza pretoriana” integrada por cubanos que protegen a Maduro, cuando los organismos internacionales enviaron alimentos y medicinas como ayuda humanitaria y el gobierno de Caracas lo impidió a fuego de armas automáticas.

En Venezuela, es legal y constitucional la censura previa, que no es propio de un régimen democrático.

No pude enviar mis artículos desde suelo venezolano debido a los controles de sofisticados sistemas rusos que bloquean cualquier emisión proveniente de equipos informáticos cuyas direcciones IPC no estén radicadas ni sujetas al escrutinio del Palacio de Miraflores.

Tuve que cruzar la frontera hacia Brasil, desde donde finalmente envié mis artículos.

Por eso sigo admirado de la ingenuidad de los mexicanos que se hacen de la vista gorda hacia lo que sucede en Venezuela. No entiendo la ceguera de los que dicen que Maduro -y antes Chávez- son producto de una democracia.

Quizá la primera elección donde ganó Chávez lo fue, cuando los venezolanos votaron con el sufragio del hartazgo contra la corrupción de Pérez y Caldera, pero no lo hicieron precisamente a favor de Hugo.

De ahí en adelante, durante 20 años, han sido elecciones manoseadas con el único propósito de que el chavismo mantenga el poder, cobijados por cubanos, rusos y en menor grado, por los chinos.

Después de meses de vivir en Venezuela, ¿cuál creo que es el principal error de los venezolanos? Imaginar ingenuamente que están combatiendo a una democracia imperfecta que no les gusta.

No señores. El régimen de Maduro NO es una democracia. Se está peleando contra una dictadura que cada día sienta una base constitucional.

Están tratando de capotear a un ñu confundiéndolo con un toro.

Los venezolanos son amantes de la democracia y quieren tumbar democráticamente a una dictadura.

Allá lo dije de esa manera: Quieren combatir a una dictadura con armas democráticas. Y si siguen así, siéntense, porque quizá no vean la luz ni ustedes, ni sus hijos y a lo mejor, ni sus nietos.

Antes de la II Guerra Mundial, Winston Churchill se dio cuenta de que era absurdo pretender llegar a un acuerdo con Hitler.

Amigos venezolanos, cualquier acuerdo al que lleguen con Maduro y sus secuaces, será un acuerdo que los va a perjudicar a ustedes.

 

CAJÓN DE SASTRE

“¿Y qué sucede en México? ¿No será que estamos capoteando a un ñu creyendo que es un toro?”, pregunta la irreverente de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “María Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “SIP, Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Es miembro de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe diariamente su columna “IRREVERENTE” para prensa y TV en más de 50 medios nacionales y extranjeros. Maestro en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras, de distinguidos comunicadores. Como montañista, ha conquistado las cumbres más altas de América.