Temprano despierto este jueves 17 de mayo. No es lo primero que hago, pero después de revisar algunos diarios veo qué ha pasado en Twitter. Me entero de que “Loret de Mola” es uno de los TT, es decir, de los temas más comentados en la red social. Lo ha sido durante la noche obviamente por algo que dijo en el programa Tercer Grado, de Televisa. Busco la razón y encuentro mensajes muy parecidos a los siguientes:

 

“@FrasesdeChagua Loret de mola porque no cierras tu cuenta y te vas a la chingada pendejete !”

 

“@BrenesJavier Un insignificante personero de Televisa, Loret de Mola, estima que las redes sociales y quienes las usamos, somos insignificantes”.

 

“@FRV63 Loret de Mola desprecia Twitter porque es algo que Televisa no puede manipular”.

 

“@notUrielReyes RT @JMYEPIZ Carlos Loret de Mola minimiza el alcance de Twitter y que no sirve para recoger una opinión// Que le pregunte a Mubarak...”.

 

“Heriberto_yepez Loret de Mola dice que no ve nada mal que estudiantes de Ibero griten a Peña Nieto; pero no tolera tuits, esos sí son condenables...”.

 

“@BetoChavezNeri Antes de internet nos ignoraban o callaban, ahora somos una voz que viene de muchos lados y les será imposible acallar, vdd Loret de Mola?”.

 

“@Fafhoo Las Redes son tan insignificantes Loret de Mola #TercerGrado que FB Twitter YouTube, han hecho mucho más 5 años que 50 de Televisa..”.

 

“@terminator2001 Loret de Mola hasta tu padre lo dice, eres un pendejo.PD> Nadie me paga, a ti si, lame huevos”.

 

Por lo visto, Loret de Mola dijo una verdad que molestó a los tuiteros: en términos electorales Twitter es irrelevante.

 

¿Es esa la verdad? Lo es, nos guste o no.

 

¿Que en Egipto Twitter hizo una revolución? No ocurrió exactamente así. Esa tesis es tan falsa como lo sería la de decir que fue la imprenta la que provocó, como escribió alguien por ahí, la Revolución Francesa.

 

Simplismos y simplificaciones tuiteras aparte, lo grave no es lo expresado por Carlos Loret de Mola en Tercer Grado, de Televisa, sino la reacción de odio en su contra.

 

El odio, el odio. Odiando no vamos a lograr nada positivo.

 

Sin duda, Twitter influirá poco en el resultado de las elecciones presidenciales del próximo primero de julio, pero sí contribuirá a que un escenario, el triunfo (probable, no seguro) de Enrique Peña Nieto sea impugnado fuertemente por una sector de la población, minoritario pero influyente, el que se expresa en Twitter.

 

Si no hay fraude, y no creo que vaya a haberlo, no se justificarán las protestas… Un momento, voy a anticipar algunas objeciones.

 

Sé que algunas personas dicen, en Twitter, que las elecciones de 2012 no serán legales porque no son equitativas ya que, argumentan, uno de los candidatos, Peña Nieto, tuvo en los últimos años más menciones en la TV que sus rivales.

 

Los que piensan eso han decidido ir a votar en el actual proceso electoral, a pesar de que saben que la opción política que apoyan está en desventaja, porque es la única posibilidad que tiene el partido en el que creen de llegar al poder de manera pacífica.

 

Si gana el partido que prefieren los que ven absolutamente inequitativo el proceso electoral, harán una fiesta en Twitter, se sentirán personajes históricos y esperarán que sus adversarios acepten la derrota sin mayores problemas.

 

Pero ¿y si pierde el partido que apoyan los tuiteros que tanto mencionan que las elecciones son inequitativas? No los veo dispuestos a aceptar la derrota con facilidad. Incrementarán su activismo en las redes sociales para cuestionar al ganador y tratarán de sacar las protestas de Twitter y Facebook.

 

Si no son exitosos probarán la irrelevancia de las redes sociales. El problema se presentaría si el activismo en internet llegara a la vida real. Esto enfrentaría a los tuiteros inconformes con el gobierno que va de salida y, sobre todo, con el que va llegando.

 

¿Es eso necesario? No lo creo. Ni tampoco creo que vaya a pasar nada grave. Pero la posibilidad de un conflicto existe y es lamentable.

 

Lo peor ni siquiera está en la posibilidad de que las protestas se salgan de cauce. Lo más triste es el daño que tales tuiteros apasionados le hacen a la campaña de un candidato honesto, pacífico y pacifista como Andrés Manuel López Obrador que sigue luchando por ganar las elecciones (ha mejorado en las encuestas, si bien su desventaja frente a EPN se mantiene elevada). Es que al discurso del amor que ha manejado AMLO le estorba, y mucho, tanto odio en las redes sociales.

 

¿Y Josefina Vázquez Mota? Aunque no se ha desplomado (sigue en empate técnico con AMLO en segundo lugar en las encuestas) su campaña no termina de arrancar. Creo que ella quedará en tercer lugar, a pesar de que, en mi opinión, es la que más alimenta el odio en el actual proceso, sobre todo el diseñado por su publicista Antonio Sola, sí, el del “peligro para México” de 2006.