El presidente Andrés Manuel López Obrador anunció en la conferencia mañanera del pasado 13 de mayo que se firmó un acuerdo para refinanciar la deuda de Petróleos Mexicanos con los bancos HSBC, Mitzuho Securities y J.P. Morgan, por 8 mil millones de dólares (mdd) a un plazo de cinco años.

La firma de la carta compromiso firmada por Petróleos Mexicanos con las instituciones financieras internacionales son para refinanciar 2,5000 mdd sobre su deuda; además de renovar dos líneas de crédito por 5,500 mdd para ampliarlas hasta 5 años.

La pasada administración de Pemex bajo la administración de Enrique Peña Nieto había dejado firmada esta línea de crédito de 8,000 mdd, que ahora pretenden renovar para ampliar el plazo y mejorar las tasas.

El director de la petrolera mexicana Octavio Romero Oropeza, destacó en la misma conferencia mañanera, que no se estaba contratando nueva deuda y que por el contrario se está mejorando las condiciones financieras de lo que ya se debía logrando mejores condiciones tanto en plazos como en tasas.  

López Obrador también firmó el sexto decreto presidencial para darle un respiro, a la hoy empresa productiva del estado a través de restarle el pago de derechos y fortalecer sus finanzas.

La actual administración anunció además medidas fiscales para permitir elevar el tope de producción promedio de barriles diarios que Pemex pueda migrar parte de sus asignaciones hacia el régimen de contrato, que pueden darles mejores condiciones tributarias a estos campos.

El convenio firmado por Pemex, con los Bancos es sin lugar a duda una buena noticia y significa que hay confianza de las instituciones internacionales en el plan que tiene la actual administración para rescatar a la empresa productiva del estado.

Petróleos Mexicanos ha presentado una inercia de endeudamiento que tan solo en la administración de Enrique Peña Nieto registró un aumento de su deuda financiera de 88.7 por ciento, según información de la misma empresa.

Actualmente la deuda de la empresa productiva del estado es de 2.5 billones de pesos, además de un pasivo laboral por 1.3 billones de pesos.

La deuda financiera a largo plazo, así como la reserva de beneficios a los empleados significaron el 87 por ciento de los pasivos al acumular ya 3 billones 191 mil 138 millones de pesos. La deuda es una pesada losa para la petrolera estatal que es muy difícil de pagar sin un rescate integral por parte del gobierno federal.    

Las administraciones de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto dependían para la conformación del presupuesto de egresos de los ingresos que obtiene Petróleos Mexicanos, por la exportación de petróleo, pero por otro lado no se reinvirtió en la empresa, además de aumentar su pasivo.

Los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón fueron “afortunados” al contar con un precio internacional de la mezcla mexicana de petróleo, superior al que se estimaba en los presupuestos de 11 de los 12 años de las administraciones blanquiazules, sin embargo estos grandes recursos financieros no fueron aprovechados para crear infraestructura productiva, que llevara a una mayor industrialización del país y la creación de más y mejores empleos, ni tampoco se usaron para reestructurar los adeudos de la petrolera estatal, así como su pasivo laboral, la mayor parte se dilapidó en gasto corriente.     

Durante las administraciones panistas, los ingresos petroleros representaron más del 30 por ciento de lo presupuestado como ingresos públicos. 

Los recursos que se obtuvieron por la venta de crudo en el exterior en 2005 significaron el 40 por ciento del presupuesto, del penúltimo año de gobierno de Vicente Fox, lo que nos habla de la gran dependencia de estos ingresos que tenían el gobierno del panista, para la planeación del gasto público. 

Los ingresos petroleros del país durante el sexenio del gobierno de Calderón aumentaron en un 69.8 por ciento con respecto al sexenio de Vicente Fox, solamente en lo que respecta a excedentes petroleros el segundo gobierno panista recibió aproximadamente 737 millones de pesos extras a lo presupuestado, lo que representó el 20 por ciento del presupuesto público federal del 2012.

La caída de los precios del petróleo a nivel internacional y la disminución de la producción a finales de 2015 y principios del 2016 provocaron una crisis en Pemex y el gobierno de Enrique Peña Nieto, se vio obligado a recortar el presupuesto de la empresa petrolera a despedir trabajadores y pedir préstamos para poder afrontar los pasivos con los proveedores. 

Para cubrir una parte de sus adeudos con sus proveedores Petróleos Mexicanos contrató en marzo de 2016 una línea de crédito por 15 mil millones de pesos con la banca de desarrollo (Banobras, Bancomex y Nafin). Este financiamiento se utilizó para comenzar a liquidar deudas con más de 85 por ciento de pequeñas y medianas empresas (Pymes) que tenían contratos con la petrolera y a las que se les debía desde el 2015 entre 80 y 85 millones de pesos. Este pago a proveedores solo representa el 12 por ciento del total de lo que adeuda la empresa productiva del Estado a las compañías privadas que le proveían de material y servicios.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador está decidido a cambiar a Pemex y revertir el deterioro en que le dejaron a la empresa las anteriores administraciones. Tal parece que su plan empieza a verse con buenos ojos por parte de las instituciones financieras internacionales.

Este lunes 13 de mayo Felipe García-Moreno quien es presidente y director general de la en México de J.P. Morgan dijo que hay una “gran confianza” en la administración de la empresa petrolera mexicana y en el gobierno del actual presidente de México.

La apuesta de la actual administración para rescatar la industria petrolera y construir nuevas refinerías ha tenido muchas críticas sobre todo de panistas y priistas, además de algunos empresarios del sector privado.

Las calificadoras dudan de la estrategia de rescate a Pemex, por el contexto de incertidumbre macroeconómica en el que se desempeña el gobierno federal y del cual se deriva el rescate de la petrolera. 

Las críticas a la construcción de una nueva refinería por parte del gobierno del presidente López Obrador, en mi opinión son equivocadas, ya que el país no solo no es autosuficiente en gasolinas, también hay carencias en el país de fertilizantes, de gas licuado de petróleo, entre otros productos petroquímicos que se producen en las refinerías y que sirven para encadenamiento de sectores productivos.