Tal vez porque el Senado está inmerso en la fiebre electoral y algunos de sus integrantes han pedido licencia para saltar a otro puesto, ya sea gubernaturas o diputaciones federales, por lo que de plano no saben el papel que les toca jugar en la actual circunstancia mexicana, pero están dejando pasar varios asuntos que, en otras épocas, serían motivo de escándalo al verse amenazada la soberanía nacional.

 

Ha ocurrido que los acuerdos en “letras chiquitas” de la Iniciativa Mérida han tomado por sorpresa a los senadores que ni pío han dicho sobre las acciones emprendidas por el gobierno de los Estados Unidos en México. “Rápido y furioso” fue una operación que evidenció el nivel de compromiso que tiene la Presidencia y los senadores con nuestro país.  

 

Otras versiones periodísticas apuntan que en la ubicación y muerte de Arturo Beltrán Leyva,  “El Barbas”, atribuidas a la Marina Armada de México, no se hubieran hecho sin la intervención de los asesores estadounidenses.

 

La guerra de Calderón contra los cárteles de la droga abrieron las puertas para que el intervencionismo estadounidense opere en México a través de la Iniciativa Mérida, como lo hizo con el Plan Colombia para la desarticulación de los cárteles de Calí y Medellín.

 

Ya no es un secreto que agentes estadounidenses de la DEA y la CIA operan en México en distintos niveles, como tampoco que en los operativos conjuntos en todos los estados del Golfo de México (desde Quintana Roo hasta Tamaulipas, incluyendo Nuevo León, Coahuila, Hidalgo, Zacatecas y San Luis), los agentes están detrás de la red operativa de los cárteles de las drogas. Por eso no fue sorpresivo que el primer golpe contra los ex gobernadores de Tamaulipas vinieran de los “testigos protegidos” de los Estados Unidos, ni tampoco que la ofensiva contra Rodrigo Medina, pronto también saldrán las manos estadounidenses.

 

Y esto es apenas el comienzo, porque desde los altos mandos estadounidenses se preparan expedientes para explotarse  judicial y electoralmente en México. Así ocurrió en los meses previos a la captura de Pablo Escobar y lo mismo con los hermanos Rodríguez Orihuela.

 

Ahora, lo interesante de este asunto es que van sobre Joaquín “El Chapo” Guzmán.

 

Las declaraciones de ayer de la señora Janet Napolitano al referir que van tras el líder del cártel de Sinaloa, nos hicieron recordar un episodio de la historia binacional México-Estados Unidos.

 

 

El 9 de marzo de 1916,  Columbus, Nuevo México, fue testigo de la incursión de las tropas de  Pancho Villa, lo que provocaría que Estados Unidos forzaran a un debilitado gobierno México a aceptar un acuerdo para que comandos estadounidenses se internaran en México a la caza del legendario revolucionario mexicano. La historia, con una versión muy particular, es contada por el cineasta Felipe Cazals en “Chicogrande” (México 2009). El General "Black Jack"  Pershing con más de 11 meses, encabezó a 10 mil soldados para ir tras Pancho Villa, lo que nunca logró, pero sí sembró un clima de terror, ejecuciones selectivas e impunidad de los soldados estadounidenses en territorio mexicano.

 

Ayer, en un contexto diferente, pero al fin y al cabo en el mismo sentido, la secretaria de Seguridad de los Estados Unidos, anticipó que serán persistentes para dar con “El Chapo” Guzmán, comparándolo con Bin Laden.

 

A pesar del probable error de traducción, la finalidad es la misma:

 

Versión original difundida por la SEGOB:

“Bueno, quiero decirle algo, nos tomó 10 años atrapar a Osama bin Laden, lo encontramos y ya sabe usted lo que pasó. Yo creo que lo mismo va a pasar con Guzmán, lo único que estoy sugiriendo es que somos persistentes cuando estamos cerca del mal y que daña a ambos países, al suyo y al nuestro. Así que este tema continúa de una manera exhaustiva”.

 

Versión corregida por la SEGOB:

“Bueno, quiero decirle algo, nos tomó diez años atrapar a Osama bin Laden, lo encontramos y ya sabe usted lo que pasó. Yo no creo que va a suceder lo mismo con Guzmán, lo único que estoy sugiriendo es que somos persistentes cuando estamos cerca del mal y que daña a ambos países, al suyo y al nuestro. Así que este tema continúa de una manera exhaustiva”.

 

Saquen ustedes sus conclusiones y bueno, esperemos a presionar a los senadores a que se pongan las pilas, porque como van las cosas, al rato no sabrán qué soberanía defender.

 

alexiabarriossendero@gmail.com