Esto ha sido la herencia de las políticas educativas que brindan los encargados de la SEE; por eso nuestro estado sigue sumido en la incertidumbre y el desastre educativo. No podemos estar esperanzados en que nos resuelvan las situaciones por la frivolidad y la demagogia; hay que salir a gestionar y buscar mecanismos que brinden mejores condiciones.

Por lo anterior, existen razones muy poderosas para seguir argumentando los cuestionamientos por los que atraviesa el subsistema del Telebachillerato Michoacán; hay claramente una ofensiva, o al menos así se percibe a todas luces por desacreditar la labor que está realizando el Sindicato Único de Trabajadores del Telebachillerato Michoacán (SUTTEBAM) por las actividades e itinerario de acciones que actualmente realizan. Esta descripción se fundamenta, en la diversidad de elementos que el gremio ha evidenciado a través de las malas gestiones que han estancado un profundo vacío institucional, que imposibilita en ocasiones, la operatividad laboral y educativa.

Resulta que la actual directora de una de los subsistemas más nobles de nuestro Estado de Michoacán; y utilizo ese adjetivo, porque el Telebachillerato vino a dar un giro, por los elementos especiales que deben permear en estos ambientes educativos; la educación rural implica un doble esfuerzo, por ello, la escolarización de estos campos requieren de todo el sostén de la autoridades educativas, que por años, aislaron a las localidades que estaban inmersas en la desigualdad social, y por ende, no se respondían a la exigencias humanas y constitucionales de llevar educación, sobre todo de calidad.  Cecilia Lazo de la Vega, ha fracasado al frente de esta dependencia educativa, no solo por la nula visibilidad de lo que constituye la educación rural, ya que cómodamente: no ha tenido la disposición de recorrer el espacio donde se requieren las demandas y las carencias que sufre este subsistema.

La absorbente inflexibilidad resolutiva, la ha llevado a resaltar la poca visión de transformar esta institución educativa, pero también, para brindar las herramientas y los mecanismos que responda y alimenten las necesidades mayúsculas de fortalecer cada una de las áreas de oportunidad que brinden óptimas condiciones que vayan acompañadas no solo en la mejora laboral, sino, en la inserción de recursos que adentren al subsistema a la innovación que requieren las localidades; en escasas ocasiones lo simula, sobre todo en la prensa.

El Telebachillerato Michoacán nació hace aproximadamente 9 años, con el elemento principal de abrir espacios y oportunidades a los sectores sociales que estuvieron al margen del Estado, para recibir la instrucción, ya que consecuentemente se limitaba el acceso por diferentes circunstancias; ahora que existe la incursión a la media superior a través de este programa educativo, implica establecer un proyecto que dé solidez, sobre todo para miles de jóvenes que se encontraban excluidos de las actividades escolares, y de los programas que traen beneficios a través de los incentivos como becas Estatales y Federales; esto por supuesto conlleva a que el desarrollo sociocultural mejore.

Entonces, ¿por qué se empecinan en debilitarlo? ¿Por qué mejor no elaboran un programa que lo fortalezca?; esa es la interrogante.

Actualmente el clima se ha agudizado, por la falta de acción educativa de la dirección general, así como del extenso abanico de procedimientos institucionales que no han realizado, y que en repetidas ocasiones han sustentado, tales como el rezago de muchos certificados desde el año 2018, lo que imposibilitó y truncó el acceso a cientos de jóvenes que ya habían gestionado sus trámites en distintas carreras de la Universidad Michoacana. Naturalmente la responsable es la directora por la inviabilidad administrativa que está operando en el subsistema; a ello, se suma un catálogo de acuerdos y compromisos que adquirido con la comunidad educativa, y que se diluyen por la inoperancia que ha acarreado su gestión.

La remembranza

Resulta que la encargada de esta institución, Mtra. Cecilia Lazo de la Vega, no le interesa en lo más mínimo construir un subsistema que demanda un inminente proyecto que alimente el relegado derecho humano y constitucional que puede llegar ocasionar el debilitamiento de este subsistema, que por años ha abrazado la esperanza no solo de llegar a los lugares más apartados, sino de brindarles herramientas, recursos y un sentido sociocultural para mejorar la visión de muchos adolescentes que tienen la ilusión de estar inmersos en el mundo de las oportunidades. Por el contrario, en muchas ocasiones, ha desencadenado una incertidumbre no solo laboral, sino también en el plano educativo. Gustosamente se ha desatendido, lo que pone en entredicho su labor al frente; si somos objetivos, esta ha sido la peor gestión al cargo de esta dependencia; la incapacidad resolutiva e inflexible, no ha traído una dirección con nitidez: que aterrice la consolidación de un subsistema que ya lo merece por toda las carencias que geográficamente viven las localidades donde hay instituciones, pero también, porque históricamente ha sufrido una feroz ofensiva por ablandar al SUTTEBAM, que en repetidas ocasiones abrigo sin decaer a los principios de la defensa de la educación ante el atropello, sobre todo de los gobiernos de derecha, y las reformas que exacerbaron a la clase trabajadora.

La incongruencia

En términos de gestión, podríamos decir y subrayar que el clima que ha generado la actual directora: Lazo de la Vega, ha sido pobre ante una realidad inminente. Pero no solo es el tema educativo, lo que ha trastocado con frecuencia este contexto. Actualmente existe un conflicto abierto de la dirección contra el SUTTEBAM y su principal dirigencia Estatal; a pesar de que hay evidencias de violaciones al contrato colectivo de trabajo, existe una intromisión constante a la autonomía sindical. Esto confirma que debilitar a los cuadros sindicales, ha sido una de sus tareas. 

En la actualidad, y a través de una narrativa formulada y leída, la directora dio un posicionamiento, y argumentó que la ilegalidad de la toma de las instalaciones es irregular, por lo que ya valoran acciones a posteriori. Qué paradójico me resulta, el Telebachillerato nació bajo la gestión de una corriente de izquierda; estos personajes educativos, se dicen tener una versión progresista, cuando en los hechos: solo intimidan mediáticamente a la base trabajadora, a través de mensajes en los medios informativos. Esto no es novedoso; la intransigencia de las autoridades educativas ha sido espontánea, escasa y sin ideas centrales que cambien el paradigma educativo. La fragilidad que han mostrado, solo refleja la insensibilidad de aquellos lugares que nunca habían alcanzado la incursión a la escolarización, y por consecuencia a la profesionalización; la severa crisis de identidad de estas figuras dificulta enormemente el crecimiento de uno de los Estados que ha sido marginado durante años por sus políticas educativas, pero también, por la ineficiencia gradual que han diferenciado la importancia de esta herramienta poderosa, sobre todo en la enorme geografía Michoacana donde las comunidades buscan alternativas de formación para sus hijos, quienes son los actores protagónicos de estos hechos.

Por ellos es elemental que se brinden las condiciones. 

La inmadurez de esta dirección educativa, es el resultado de la reciente decadencia de este subsistema. El discurso y la narrativa inflada siguen siendo irracionales, con una dimensión amorfa y sin directrices por los consecuentes cambios que están definiendo la ruta para una metodología de calidad.

Por cierto, están en riesgo más de 30 extensiones del Telebachillerato que brindan educación a cientos de jóvenes; eso sería un cataclismo de dimensiones enormes, y que solo reconstruye la desigualdad social, educativa y humana de recibir educación en cualquier rincón. Esta es una de las discusiones centrales de esta columna; cerrar centros educativos, vaya, qué desafortunado sería; hay que recordar que la instrucción ha abierto a toda la sociedad que había sido aislada durante años, y que ahora a través de este subsistema, produce el conocimiento y aprendizaje: formativo, continuo e integral. La protección de la educación es un derecho humano y social, pero también democrático; coartarlo y fragmentarlo constituiría un vilipendio grave al acceso instruccional y axiológico que brindan cientos de docentes que preparan largos trayectos para garantizar el acompañamiento y la demanda curricular.

La búsqueda de oportunidades y alternativas son acciones prioritarias para los adolescentes; por eso incursionamos en la lectura de estos hechos; porque defendemos la educación de aquellas zonas que lo requieren, y estamos totalmente en contra de la exclusión a la base trabajadora, y sobre todo a  la comunidad educativa.

Esta expresión particular, es la interpretación de los hechos y acciones que vive uno de los subsistemas que más sensibilidad me genera por la ilusión que edifica este programa educativo llamado Telebachillerato Michoacán.