Cuando llueve pienso en lo que he hecho bien, o en lo que he hecho mal. Tan pronto el cielo comienza a nublarse, me siento junto a una ventana, y voy sacudiendo los aspectos más bochornosos de mi existencia, o los ratos felices. Un cielo cerrado me acerca a la película de mi vida, la cual dura una tormenta o un chipichipi.

Cuando todo termina, asisto a este Casino, luminoso y exuberante. En las lámparas gigantes que cuelgan de los prolongados techos, habita la mejestuosidad de este lugar, que todas las noches se llena de políticos. Aquí dejan la quincena, o el moche de una licitación.

Se les ve animados, pues saben que con una ficha pueden levantar carretadas de dinero. Los que son pacientes suelen tener su recompensa. Los que no, se llenan el hígado de piedras. A mí, se me está haciendo la piel de elefante. Pero? de nada me ha servido, ya que cuando pierdo de todos modos cuelgo el pico. La piel de elefante sólo me sirve para guardar las apariencias. Pierdo y respiro hondo. Pierdo y respiro. No conozco otra fórmula para el fracaso.

El diseño de este lugar es art decó, con un gran toque de modernidad. Predominan los colores rosas y los azules chillantes. Hay, en el fondo de algún rincón, una voz sensual que platica contigo y te hace compañía mientras te chupan hasta la última morralla. El sonido de esa voz les encanta a los que están pasados de copas, porque se pueden explayar. Uno puede ver borrachos deambulando, que platican no sé con quién. Esa vos debe ser la de una chica perspicaz.

Miranda, el dueño de este lugar, recibe en la entrada a los políticos apostadores. Conoce a casi toda la grilla.

Me acerco a él y le digo que deje de joderme la existencia, y que me diga cuál es la mesa ganadora. Se ríe y me manda a la mesa siete. El dealer se ha puesto demasiado gel en el cabello, y se ha arremangado para tener los dedos ágiles.

-Tiempo de apuestas- nos dice.

Señala con la mano derecha la pantalla ultraplana que cuelga junto a la ruleta, y nos instruye:

-El futuro de este político depende de lo que suceda este fin de semana.

No ofrece cuatro números, a favor de Martí Batres.

¿Por qué?

El dealer ha colocado esa atractiva apuesta porque el Tribunal Federal Electoral ha resuelto, por primera vez, a favor del nuevo partido Morena. Ha revocado el triunfo del perredista Víctor Hugo Lobo en la delegación Gustavo A. Madero para que se vuelvan a contar todos los votos.

Resulta que, si la elección después del recuento da un vuelco, el triunfo se le adjudicará al propio Martí Batres. Así, este izquierdista ?para muchos un izquierdista radical-, habrá ganado la segunda delegación más poblada del Distrito Federal. ¿Y qué significaría eso?

Que sumado a su reciente triunfo en la Asamblea Legislativa, donde colocó al coordinador de Morena en el nombre de César Cravioto, Batres habrá acumulado el pastel más grande en esta ciudad. Si su pupilo Ramón Jiménez resulta el nuevo delegado, el futro político de Batres se estará allanando para que logre la candidatura de Morena a Jefe de Gobierno del DF.

Eso se juega el 19 de septiembre. Y eso me juego yo aquí, en la ruleta, rodeado de bellas edecanes que miran a los apostadores y les hacen ojitos. Parecen las edecanes vampiras chupa sangre. Si gano, me acecharan como pulgas hambrientas. Si pierdo, me patearan el culo. Este Casino, de un momento a otro, se puede convertir en un avispero de animales sucios y malos.

La voz sensual dice, a través del sonido local:

-¿Quién va con Batres? El izquierdista activo más emblemático. Ni López Obrador tiene esa etiqueta.

Es cierto, cuando el PRD ganó esta ciudad Martí Batres recibió en la Asamblea Legislativa a Cuauhtémoc Cárdenas, en 1997, y dio el discurso de bienvenida al nuevo gobierno. AMLO lo miraba desde una butaca. Ernesto Zedillo lo miraba desde su conciencia, pues le estaba entregando a la izquierda la capital.

Cuando los otros ?los chuchos incluidos- lo miraban, Martí ya estaba ahí.

Sin embargo, le ha faltado punch. En los días precisos ha permitido que le pasen por encima. Pero hoy ?así parece ser-, está tomando las previsiones necesarias para que no vuelva a ocurrir. Si gana la GAM va a pisar fuerte.

Sí, de acuerdo, la última palabra la tendrá AMLO. Pero está trabajando para que la decisión, necesariamente, se cargue hacia él. Si no es ahora, ¿cuándo?

-Últimas apuestas- dice el dealer.

También nos invita a apostar por Humberto Roque Villanueva, quien aparece con la Roqueseñal en la otra pantalla.

Yo me preguntó: qué necesidad tenía el gobierno de Peña Nieto de revivir a ese señor Villanueva en este momento. ¿No tiene más gente?

Lo de nombrar a Arturo Escobar como previsor de delitos lo entiendo como una cuota política. La política es eso también: pago de cuotas. Pésele a quien le pese.

Las cuotas políticas del partido verde están muy cotizadas. El Presidente Peña Nieto no puede chistar, no puede decir no porque su aliado se enoja. Nadie en el PRI quiere que el Verde se enoje. Porque el verde sí cumple. Porque nunca ha violado la ley. Porque el niño verde es un político de bien.

¡Que alguien haga algo con el partido verde!

¿Saben que odio de él, más que nada? Sus comerciales. Creo que quiero vomitar.