El tener un micrófono cerca siempre es tentación de decir lo —primero— que pensamos. Todavía peor: lo que no hemos pensado o lo que aún no lo tenemos asegurado.

Durante las pasadas dos semanas, parte del equipo de Andrés Manuel lha demostrado esa falta de oficio ante los micrófonos. ¿Es malo? 

Vaya, no en cuanto que se agradece no escucharlos acartonados, con unos circunloquios que ya conocemos al dedillo de los políticos en turno.

El problema es cuando dicen una cosa y resulta que no es así, o cuando AMLO tiene que salir a poner los puntos sobre las íes y explicar al respetable público lo que su equipo quiso decir. 

Hemos mejorado. Antes teníamos un vocero que requería explicar lo que el presidente Fox había querido decir...

Pero hoy, la última metida de pata se debe a la experimentada Loretta y el Papa. Ella tiene conocimientos en muchos temas, pero no en las comunicaciones del Vaticano. Alguien debería informarle que si hay un Estado donde se debe cuidar la formalidad es precisamente ese.

Por lo cual, para haber anunciado la intervención del Papa, al menos éste hubiera requerido una invitación formal por parte de AMLO como presidente electo y después le hubieran contestado por misiva escrita. Quien se chamaqueó a Loretta, también fastidió a Andrés Manuel y no está lindo.

Es error del equipo de comunicación dirán algunos. Pero no, César Yánez debe comunicar y dar vuelo a las buenas noticias que a él le dicen, no tiene por qué estar verificando lo dicho por el equipo de Andrés Manuel.

En fin, la comunicación es fundamental; Andrés Manuel lo sabe bien de tanto al hablar de frente como en sus redes sociales. Muchos afirman que sus pausas al hablar se deben a que no quiere caer en contradicciones enfrente de la prensa, o que lo dicho sea sacado de contexto.

Queda claro que a Loretta —como a otros con el micrófono— les ganó la emoción de una posibilidad comentada en campaña y darla como un hecho. No se vale ni por ellos, ni por los involucrados, y menos por Andrés Manuel quien tendrá que enfrentar muchos problemas, para aparte tener que corregir lo dicho por su equipo. 

En esta transición es el momento justo de contratar maestros de comunicación (qué decir, cuándo, cómo, en entrevistas qué hacer, etc.). 

Ya cuentan cin buenos ejemplos en el equipo como es Tatiana y el propio César. Pero si ellos ya tienen mucho trabajo, contraten alguien. 

Andrés Manuel y todos los mexicanos lo agradeceremos.