En un artículo anterior afirmé que AMLO tendría que abandonar o al menos suspender temporalmente su ideología sobre migración si es que quiere cumplir con los compromisos que adquirió en el acuerdo de migración con EUA. Esto obligaría a AMLO a relajar su vinculación política con el Pacto Mundial sobre Migración de la ONU, porque es este acuerdo el que está dictando su ideología en migración de manera esencial - ver enlace 1 al final de este artículo -.

Por el momento parece que esa proyección se está cumpliendo; hay señales alentadoras. La primera señal alentadora fue la decisión de AMLO de despedir a Tonatiuh Guillén, ex comisionado del Instituto Nacional de Migración. Me parece una decisión muy acertada de AMLO porque este hombre se había convertido desde las sombras en la causa principal del problema, como veremos enseguida.

Las posturas documentadas de Tonatiuh Guillén nos dejan claro que este hombre se dejó contagiar y entusiasmar por la ideología del Plan Mundial de Migración de la ONU hasta convertirse en un apóstol o propagandista en favor de la inmigración ilegal. El problema es que ese contagio ideológico confundió a Tonatiuh y lo hizo perder de vista que era un funcionario federal encargado de gestionar eficazmente el problema de migración con sus importantes condiciones. Y las más importantes condiciones externas que Tonatiuh perdió de vista fueron la existencia de condiciones legales y políticas en EUA que son muy adversas a la inmigración ilegal y nuestra grave desventaja de poder político con respecto a ese país. Y fue esta grave confusión de Tonatiuh la que terminó por llevarlo a actuar de una manera indulgente y hasta colaboradora con el problema hasta crear la crisis en la frontera norte que ya conocemos.

Una sola entrevista que concedió Tonatiuh Guillén a Carmen Aristegui el 31 de mayo pasado nos da cuenta de la confusión de este personaje. En esa ocasión Tonatiuh declaró que la postura de Donald Trump es infundada porque México no es responsable de la crisis de la frontera norte en tanto que la mayoría de los inmigrantes son de Centroamérica. Y no contento con ese disparate, Tonatiuh añadió que no hay manera ni política ni material de frenar el flujo de inmigrantes, puesto que solo se puede resolver yendo hacia las causas socioeconómicas del problema.

Con toda evidencia, fueron argumentos falaces de Tonatiuh Guillén. Se le olvidó que esa mayoría de centroamericanos pasaron por México ilegalmente, sin control alguno de su parte. Se le olvidó también que los inmigrantes ilegales mexicanos siguen existiendo como problema para EUA aunque sean una minoría. Y se le olvidó también que la responsabilidad de los individuos no es azúcar que se pueda diluir en el agua de las causas sociales. Pero lo más importante que se le olvidó a Tonatiuh fue que su responsabilidad como funcionario federal a cargo era evitar problemas a futuro metiendo la situación bajo control y previsibilidad.

Con esas palabras Tonatiuh se estaba deshaciendo de la responsabilidad que adquirió al asumir como el principal funcionario encargado de controlar la inmigración ilegal en México. Prácticamente nos dijo a todos que no contáramos con su ayuda porque, por lo que a él respecta, y en honor de sus deseos o ideas, se sentaría plácidamente en su sillón de oficina a observar el desarrollo del problema hasta que explotara en una crisis y en un conflicto binacional, tal como sucedió gracias a su pasividad colaboradora.

El desorden que propició Tonatiuh con su entusiasmo ideológico lo constatamos indirectamente con las declaraciones que hizo hace días la señora Olga Sánchez Cordero, secretaria de gobernación. Me refiero a esa ocasión en que la señora Sánchez Cordero hablaba sobre la gran cantidad de inmigrantes ilegales que habían pasado por México hacia la frontera norte: "Esa es una cantidad que yo quiero decirles que no sé de dónde pasaron o por dónde pasaron 144,000 personas por nuestro país". Mayor expresión de desorden y caos en la gestión pública no se puede.

Lo más lamentable es que ninguno de los jefes de Tonatiuh, ni la señora Olga Sánchez Cordero ni AMLO, se percataron en tiempo oportuno del problema gravísimo que se estaba incubando con esa actitud doctrinaria, indulgente y pasiva de Tonatiuh.

En fin, lo bueno es que ese problema ya se resolvió. Acertada la decisión de AMLO de despedir a Tonatiuh Guillén. A primera vista, también acertada la decisión de AMLO de sustituir a Tonatiuh con Francisco Garduño, un hombre cuyo perfil profesional es más afín a las exigencias de la política: acción y resultados.

La segunda señal alentadora la vemos en el cambio de contenido en el discurso de Marcelo Ebrard, el encargado de gestionar este problema. Marcelo empezó asumiendo el conflicto con un discurso un tanto más cargado hacia la ideología de la ONU, misma que compró Tonatiuh, pero conforme pasa el tiempo ha ido asumiendo una retórica y una actitud más cercanas al realismo, lo cual nos dice que está más interesado en la búsqueda de resultados con acciones eficaces.

Ahora Marcelo afirma, por ejemplo, que el gobierno llevará un registro riguroso de los inmigrantes y que no permitirá el paso de inmigrantes ilegales que sólo vayan en tránsito hacia los EUA porque ocasionan problemas de política internacional para nuestro país. Sólo esto indica que Marcelo Ebrard está relajando la adhesión a uno de los principios centrales de la ideología de migración de la ONU: la migración es un derecho humano. Relaja la adhesión haciendo una excepción en el caso de la inmigración ilegal al reconocer la existencia de constricciones externas que no favorecen a la misma, que tienen su propia dignidad, y que no están bajo el control de México y de la ONU: leyes norteamericanas y el programa político del actual gobierno de EUA.

Es una acción muy razonable y eficaz por parte de Marcelo Ebrard porque está eligiendo el medio - no promover la inmigración ilegal hacia EUA - que con mayor probabilidad le garantiza el resultado esperado: no conflictos con EUA.

Marcelo Ebrard también ha reprochado recientemente a los organismos internacionales implicados en este problema - ONU, ACNUR, OIM, UNCEF - por su silencio durante el proceso de negociación con Donald Trump, momento en el cual, dice él, su apoyo era más valioso para México. Ha dicho también que exigirá a esos organismos su apoyo en la implementación del acuerdo migratorio, si es que realmente están interesados en el problema de la migración.

Estos reproches de Marcelo no son una reacción emocional desordenada; parecen más bien un acto de razón astuta. Creo que con esto Marcelo está buscando desactivar cualquier reacción política en su contra por parte de esos organismos internacionales durante la implementación del acuerdo migratorio con EUA. Él sabe que esos organismos van a tratar de obstruir la implementación de dicho acuerdo, y estima que lo mejor que puede hacer es neutralizarlos con esos reproches o críticas. Es una jugada política astuta de Marcelo que, de paso, lo acerca más a la posición del gobierno de Donald Trump y le abona en posibilidades de entendimiento. No olvidemos que Donald Trump tiene una posición muy hostil con respecto a esos organismos internacionales, al grado que no los considera en su programa político y les ha cortado los apoyos financieros.

En suma, la sustitución de Tonatiuh Guillén por Francisco Garduño y el cambio de discurso y actitud de Marcelo Ebrard son indicadores de que el gobierno de AMLO por fin ha decidido sacrificar su ideología de migración para privilegiar al realismo político en aras de la eficacia. Y por supuesto que esto es una mejora política en el gobierno de AMLO con respecto al anterior estado de cosas.

Enlace 1:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2019/06/10/no-nos-enganemos-donald-trump-vencio-y-disciplino-a-amlo

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