Nos falló el futuro...

Llegamos a noviembre del 2019, fecha en que se desarrollaba la historia en la icónica película Blade Runner, y de pronto nos damos cuenta de que ni nos movemos en vehículos que vuelan, ni existen androides que sustituyen al ser humano incluso en lo más íntimo.

Eso sí...Las ciudades, si bien no con el aspecto que retrata la obra que filmara Ridley Scott en 1982, esas sí, al igual que en la película, siguen siendo el gran escenario en que transcurre la vida de la mayor parte de la humanidad.

El cine ha sido bueno para la futureada urbana... Desde la legendaria Metrópolis (Fritz lang, 1927), hasta la ya mencionada Blade Runner... Y con seguridad no acabaríamos si nos pusiéramos a recordar todas aquellas películas que han tomado el futuro urbano para convertirlo en un protagonista más.

Y hoy la realidad ha empezado a superar a la ficción a partir de las maravillas que nos han traído la Internet y el tsunami tecnológico que la ha acompañado, y que han transformado toda actividad humana, incluyendo, por supuesto, a un sinnúmero de actividades relacionadas con la vida en la ciudad y la gestión urbana.

Y sí, hoy tenemos teléfonos inteligentes con aplicaciones que nos permiten transportarnos, pedir comida a domicilio, reservar y pagar boletos de avión y hoteles, y realizar todo tipo de compras, utilizando para ello financiamiento y sistemas de entrega que, esos sí, hasta hace muy poco hubieran parecido no más que el sueño guajiro visto en una película de ciencia ficción.

Pero si eso es lo que vive el ciudadano común, el usuario masivo de esas tecnologías, tampoco difiere mucho de lo que pueden hacer quienes planean y gobiernan las ciudades, que en estos tiempos mágicos de la Internet, cuentan con nuevas capacidades para otorgar y supervisar permisos, cobrar prediales y todo tipo de servicios, crear canales de atención a la ciudadanía y administrar lo mismo la gestión de la basura, que la eficiencia del alumbrado público.

Son los tiempos de la conectividad, en que cobertura de Internet y plataformas juega un papel determinante, pero que, sobre todo, dependen del uso que se dé a esas maravillas para evitar que no pasen de ser gadgets engañabobos.

El término Ciudades Inteligentes es la adaptación al español de Smart Cities, que más allá del significado literal, es un complejo concepto que sirve para plantear nuevos paradigmas urbanos y que suponen el uso de toda esta nueva tecnología para que los gobiernos puedan brindar mejores servicios a sus gobernados; servicios más personalizados, pero que además se traduzcan en evidentes beneficios en materia de eficiencia y sostenibilidad para las ciudades.

Porque una ciudad no es inteligente solo por tener el mayor número de aplicaciones.... Puede llenar pantallas y pantallas de íconos y aun así ser una ciudad bastante pendeja...

El uso adecuado, suficiente y oportuno de nuevas tecnologías puede traer enormes beneficios a las ciudades, beneficios que no implican mayores costos para ellas, ya que toda la plataforma es hecha por quienes operan los sistemas que brindan cobertura de internet y quienes desarrollan las aplicaciones.

Es en ese sentido que la magia de las Ciudades Inteligentes inicia con la calidad de la cobertura que trae aparejada la Quinta Generación de comunicación vía Internet, la famosa 5G, pero se complementa con un propósito...

Porque sí, se trata de tener muy claro en qué nos puede servir esa tecnología en el proceso de construir las ciudades del futuro.

Porque las Ciudades Inteligentes ofrecen a sus habitantes acceso universal a todo tipo de servicios, y a sus gobernantes, la capacidad de ganar en transparencia y eficiencia de sus procesos y servicios.

Ofrece la capacidad de aterrizar acciones relacionadas con el famoso Internet de las Cosas, que acaba no siendo más que la capacidad casi infinita de manejar todo tipo de datos a velocidades increíbles, para convertirlos en información útil y posteriormente en la capacidad de actuar en tiempo real.

Se trata, aunque suene a trailer de Blade Runner, de generar política pública y gestión de gobierno con Inteligencia Artificial...

Y bueno, esto ya opera en el mundo y ya se evalúa la calidad con que en cada ciudad se implementa para temas como infraestructura, normatividad, política pública y percepción pública, lo que se traduce en índices como el Smart City Index 2019, que clasifica 102 ciudades a nivel mundial y ubica como las 10 ciudades más inteligentes del mundo, en ese orden, a Singapur, Zurich, Oslo, Ginebra, Copenhague, Auckland, Taipei, Helsinki, Bilbao y Dusseldorf.

Como era de esperarse, en este índice de Ciudades Inteligentes brillan por su ausencia las mexicanas, y solo aparece la Ciudad de México en un muy malito lugar 88, con pésimas evaluaciones en cuanto a salud, seguridad y movilidad.

Muy mal queda nuestro país, si consideramos que otros países de América latina lograron colar en la lista a más de una ciudad; Colombia metió a Medellín y Bogotá y Brasil a Sao Paulo y Río de Janeiro, en tanto que España, que ha tomado esto de hacer ciudades muy en serio, metió a Bilbao, Barcelona y Madrid.

Y claro, aunque estamos en un mundo cada vez más urbano, es evidente que esta misma realidad pone en esa contienda tecnológica a ciudades medias y pequeñas, lo que implicaría acompañar la estrategia de generación de Smart Cities, con otra, que solo difiere en la escala de la muestra, encaminada a modelar verdaderos Smart Villages, que ofrezcan oportunidades de desarrollo a sus habitantes y les eviten tener que migrar obligatoriamente a una gran zona urbana.

Esto último no es tema menor, porque el concepto Smart Villages puede llevar a estas comunidades, importantes mejoras en cuanto a manejo de basura, ahorro en alumbrado, gestión sostenible del turismo, control de energía en inmuebles y cascos históricos, y mejoras en transporte público, ahorro de agua y combate a la contaminación.

Ya tenemos la tecnología... El verdadero reto es utilizarla en forma eficiente y bajo una hoja de ruta que tenga la mira puesta en un futuro planeado, que garantice que la gente viva mejor y que esto se haga en forma integralmente sostenible,

El futuro ya nos falló... Ahora nosotros no podemos fallarle al futuro.

Horacio Urbano es presidente fundador de Centro Urbano, think tank especializado en temas inmobiliarios y urbanos

Correo electrónico: hurbano@centrourbano.com

Twitter: @horacio_urbano