“La honestidad es un valioso rasgo de la personalidad.”

Peña: “A veces las redes sociales son muy irritantes...” -Animal Político-

“Algo que la mayoría de nosotros tenemos en común es que no nos gusta la deshonestidad. No nos gusta especialmente cuando lo vemos manifestado en los demás. Sin embargo, no es fácil verlo en nosotros mismo, cuando somos deshonesto, tendemos a racionalizar nuestros actos, a justificarlos, a minimizar su significado.” -John H. Mathews-.

En la política, en la sociedad, en la economía, en la religión, en la familia, se practica la falta de honradez; y esta es la causa de la incertidumbre en muchos líderes que pregonan tener la verdad.

“A mí que me disculpen pero algo malo está ocurriendo en este país. Hay muchos que les importan un bledo valores como la honestidad. Hay quienes les vale un pepino robar como un medio para mejorar sus estándares de vida. Es una vergüenza.” –Juegos de Poder, Leo Zuckermann-.

Hilario Ramírez Villanueva fue alcalde de San Blas, Nayarit. Un buen día se le ocurrió confesar que sí había robado del erario, pero “poquito”. Excélsior-.

Señalan a Meade por plagio en propuestas de Reformas Anticorrupción.-La silla rota-.

¿Cómo puede una nación como México ser potencia económica, cuando lo que impera en la política es la deshonestidad? Un gobierno que se roba a sí mismo, robando a su pueblo, lo único que podrá tener es violencia, inseguridad, desconfianza en sus instituciones públicas y acciones políticas.

La corrupción produce ingobernabilidad, caos, crisis económica.  

Cuando a través de la política la honestidad no se práctica, se carece de crecimiento económico, reinando la miseria, la pobreza y el desprecio social al sistema político.

Las teorías de Platón sobre cómo gobernar a un estado, han quedado obsoletas. El filósofo político único de la verdad en el siglo XXI no existe, no tiene cabida.