Muy positivo que los magnates, sobre todo uno de las dimensiones de Carlos Slim Helú, considerado el hombre más rico del mundo, condición que logró en tan solo 24 años desde que adquirió Tel Mex, se preocupen por el rescate de lugares emblemáticos de México.

 

Con la difusión que le permiten sus amplísimos recursos, el monopolista de la telefonía fija y móvil en México, anunció en Acapulco que promovería  inversiones en el rescate del Acapulco tradicional, pese a los riesgos de seguridad que ha presentado desde hace varios años el puerto guerrerense.

 

Por supuesto que Carlos Slim se comprometió a ser de los primeros en invertir en el rescate del Acapulco tradicional.

 

Ya años antes, Slim encabezó el rescate del centro histórico de la ciudad de México.

 

La última inversión de Carlos Slim de carácter social, con rasgos de negocio también, en la capital del país, fue la Plaza Mariana. Esa obra no está precisamente ubicada en el centro histórico del Distrito Federal, pero tiene el adherente populista de vincularse a uno de los indiscutibles símbolos de la fe mexicana como es la Virgen de Guadalupe.

 

Del rescate al centro histórico de la capital prometido por Carlos Slim, en ese tiempo asesorado por el ex presidente socialista español Felipe González, hay pocas evidencias de que se haya realizado un trabajo debidamente planeado que ahora se refleje en algo más que el maquillaje que le han dado a un corto perímetro del espacio mencionado.

 

El rescate se ha olvidado por ejemplo de los ductos de electricidad ocultos en las calles del centro histórico y que explotan con peligrosa frecuencia.

 

Desde luego que ello no es responsabilidad del señor Slim, sino del ineficiente director de la CFE, un señor Vivanco que hace unos tuvo que admitir que tiene a esa empresa calificada antes de que él llegara como de “Clase Mundial” ahora está en números rojos. Pero el caso es que el centro Histórico no ha tenido un rescate integral y menos eficiente.

 

Y de esas deficiencias de infraestructura urbana existen varias y sensibles en el maquillado Centro Histórico. Pero detrás del maquillaje, siempre ha existido la duda acerca de quiénes y en cuánto compraron importantes inmuebles en el Centro Histórico del DF y si les dieron una finalidad social o solo fueron un negocio.

 

Ahora el rescate del Acapulco tradicional, anunciado a bordo de una lujosa lancha por el impresentable gobernador Angel Aguirre Rivero, y el magnate Carlos Slim, nace con la duda a cuestas de sí pasará allí lo mismo que ocurrió en el Centro Histórico del DF. Es decir, un negocio inmobiliario pingüe, sin resolver la problemática social de fondo que se vive en el puerto.

Al tiempo.