¿Qué mexicalense no creció, durante el espacio de 58 años que duró su extensa carrera, escuchando los comentarios de “Bermúdez” en la radio?

Si alguien se quejaba de que Don Augusto Hernández Bermúdez “nada más leía el periódico” o que su pronóstico del clima consistía en salir a la calle y ver si había nubes o no, es algo irrelevante.

Pocos tipos se van de este mundo haciendo lo que les gusta y Bermúdez así se fue, como los grandes, en plena transmisión de su programa de radio. Una muerte triste, sí, pero envidiable y sumamente honrosa.

Como chicalense extrañaré esos anuncios que decían “Corona Clara y comida china, como en los viejos tiempos, usted lo sabe… no hay mejor” y muchos otros que simbolizaban un Mexicali ideal que, me queda claro, ya no existe.

Descanse en paz Bermúdez.