1.- Quiero mucho a mi amigo Ciro Gómez Leyva, conductor del noticiero principal de Imagen TV.
2.- Denise Maerker me cae bien, la conozco, pero no tengo ningún tipo de relación personal –profesional tampoco– con la conductora del noticiero estelar de Televisa.
3.- Colaboro en el noticiero de Ciro cada miércoles en una mesa de debate con Juan Ignacio Zavala, de El Financiero –hermano, por cierto, de Margarita, la esposa de Felipe Calderón– y Julio Hernández, de La Jornada. Creo que hemos hecho muy mal trabajo: la gente no nos entiende nada porque nos ponemos a gritar todos al mismo tiempo y hasta nos insultamos. Un poco de reeducación nos ayudará a mejorar.
4.- Si me dejara llevar por mis intereses profesionales y por mis afectos, tendría que decir que Ciro hace un noticiero de televisión infinitamente mejor que Denise.
5.- Pero, objetivamente hablando, eso no sé si sea cierto. Ni modo.
6.- Procuro ver los dos noticieros al mismo tiempo. No es fácil, pero me las arreglo. A Ciro lo veo en el iPhone y a Denise en el iPad. Ni a ella ni a él los he visto en televisión abierta, ya que ignoro cómo carajos sintonizarla en mi televisor que está conectado a no sé qué sistema de TV por internet que nomás no domino. Tampoco los he visto en la televisión de paga, ya que no estoy suscrito ni a Sky ni a Izzi ni a Dish. Ayer alguien me preguntó en qué canal de Sky podía ver a Ciro. No supe contestar de inmediato, así que consulté a alguien de la producción de Imagen TV. Ya supe que son dos canales, el 118 y el 1118 HD.
7.- Viernes en la noche. Acabo de ver a Ciro y a Denise. ¿Quién hizo mejor trabajo? En el tema Padrés, sin duda Ciro ofreció mejor información. Pero en el tema de las dificultades de los mexicanos en Estados Unidos, Denise ganó y por mucho.
8.- Mientras Denise presentó un reportaje realmente emotivo, bello y sin duda con calidad periodística acerca de cómo la están pasando los paisanos en Estados Unidos después de la victoria electoral de Donald Trump, en el noticiero de Ciro el comentarista de noticias financieras, David Páramo, se expresó en forma absolutamente miserable acerca de los paisanos que ya bastante sufren por haber tenido que emigrar y que, encima, ahora se sienten amenazados por el presidente electo de ese país. Espero haber entendido mal al señor Páramo, pero creo que todo lo contrario, lo entendí demasiado bien.
9.- La libertad de expresión debe ser total, es decir, nadie puede ser castigado por expresarse, ni siquiera si, como ha sido el caso de Páramo, se excede tanto que cae en faltas éticas.
10.- Por lo que a mí respecta, el señor Páramo puede decir lo que le dé su chingada gana. Es su derecho y lo respeto. Habrá gente que lo aplauda, no tengo la menor duda. Ya me había molestado que él insultara al público –llamó idiotas a la gente que tiene cuenta de Twitter–, pero lo que la noche de este viernes hizo de plano ni me molestó ni me enojó: me puso triste. Páramo me recordó que la gente mala existe: él es de esa clase.