Después de que los dos tiradores iniciales para comprar el avión presidencial se hicieron a un lado por diferentes motivos, apareció el líder mundial de una operación financiera que se conoce como Sale and lease back, y ofreció formalmente al gobierno comprar todas las aeronaves de las que AMLO quiere desprenderse.

Tengo en mis manos la carta de intención presentada por el representante mexicano de Pumsoo Ra, presidente de Crianza Aviation Limited, con cuartel general en Seúl, Corea y oficinas en los cinco continentes.

Carta

El documento dice que está dispuesto a formalizar su oferta tan pronto como le sean entregadas las bitácoras de viaje de cada una de las aeronaves –él calcula que deben ser mínimo 20- para determinar el valor de compra de cada una de ellas con base al estado en que se encuentran.

Por lo pronto, el Boeing 787-8 Dreamliner (TP-01) está desde hace seis meses en los hangares de esa marca en California, sujeto a la evaluación que se realiza a todas las aeronaves que son puestas a la venta por sus clientes.

Y aunque el precio de venta será fijado después de las revisiones y de verificar las bitácoras, el magnate coreano expresa en su carta de intención que puede mejorar cualquier oferta que otro postor realice, con la gran ventaja para el gobierno de que está dispuesto a pagar todo de contado.

Les explico: El modelo financiero  Sale and lease back  consiste en que el dueño del dinero compra flotas completas a las aerolíneas comerciales, en base a avalúos previos como el que está pidiendo para las aeronaves del gobierno mexicano.

Cotizadas éstas, paga a sus clientes el monto total y luego, les ofrece los mismos aviones comprados para que los sigan operando a cambio de una renta mensual y terminado el plazo, el cliente tiene la opción de comprarlas con un pago simbólico o regresárselas al dueño.

En el caso del avión presidencial y del resto de la flota al servicio del gobierno federal, Pumsoo Ra, a través de su representante en México, Andrés Marcelo Arredondo Méndez, está proponiendo una innovación de esa fórmula de leasing, al garantizar que él puede tomar las aeronaves, pagarle su valor al gobierno mexicano y rentarlas a otras compañías comerciales o usuarios privados, quienes pagarían una renta a la empresa coreana, pero las negociaciones están abiertas a que una parte de esa renta cayera en las arcas de la Secretaría de Hacienda.

A juicio de Arredondo Méndez, sería un negocio redondo para México porque: 1.- Se desharía de unos aviones que el presidente ve impropios de su gobierno. 2.- Recibiría un pago más alto respecto a la mejor oferta de otros postores y 3.- Podría recibir una renta mensual de esos aviones por los tiempos y condiciones que se establezcan en los contratos entre todas las partes involucradas.

El documento de la empresa coreana fue presentado el 4 de diciembre en el Palacio Nacional y le fue asignado el folio de seguimiento número 30118.

Hasta hoy, ninguna autoridad de la SCT o de cualquier otra entidad del gobierno federal se ha comunicado con Arredondo Méndez y a pregunta expresa respondió que su representado coreano no ha manifestado aún ningún signo de impaciencia ante la demora, “pero conociéndolo, sé que está evaluando la conveniencia de mantener los puntos principales de su oferta.”

¿De cuánto estamos hablando en esta operación? La respuesta es muy incierta, pues según la propuesta que fue presentada en octubre del 2018 por Gustavo Jiménez Pons, sobrino de Rogelio de los mismos apellidos y actual titular del Fondo Nacional de Fomento al Turismo, fue de 1,900 millones de pesos.

Él retiró su oferta y la versión oficial fue que no quiso incurrir en un conflicto de intereses, pero en círculos cercanos a la SCT se dice que Gustavo quiso aprovechar los reflectores que le darían tal “propuesta” y que él mismo sabía que no podría solventar dicho compromiso.

Hubo otro intento por parte de Antonio Fernández, presidente de Lamborghini Latinoamérica, pero su “oferta” fue solo una carta que envió al presidente López Obrador para decirle que estaba interesado en comprar el avión TP-01.

Vi ese documento y lo más que dice es “la participación se llevará a cabo dentro de los términos contenidos en el acuerdo”, sin mencionar cuál e incluye el diseño y remodelación de su interior, así como propuestas para la pintura del exterior del avión. Hagan de cuenta como si fuera un Lamborghini el de la operación.

Un estimado del valor del avión presidencial, si sale bien en su revisión de California, es de 220 millones de dólares más otros 210 por las adecuaciones ejecutivas que ordenó EPN. El costo de las otras aeronaves se sabrá apenas el gobierno entregue al empresario de Seúl las bitácoras respectivas.

Por si se animan, este es el Cel de Arredondo, el representante en México del magnate coreano Pumsoo Raa: 811-798-9833.

 

“Si el gobierno no responde rápido, no solo puede perder este gran negocio aeronáutico, sino también otro que está vinculado con la misma industria coreana, el inmobiliario, que representa miles de millones de pesos de capital fresco que puede llegar a México, pero ese es otro cantar”, interviene la irreverente y bien informada de mi Gaby.

placido.garza@gmail.com

PLÁCIDO GARZA. Nominado a los Premios 2019 “Maria Moors Cabot” de la Universidad de Columbia de NY; “Sociedad Interamericana de Prensa” y “Nacional de Periodismo”. Forma parte de los Consejos de Administración de varias corporaciones. Exporta información a empresas y gobiernos de varios países. Escribe para prensa y TV. Maestro de distinguidos comunicadores en el ITESM, la U-ERRE y universidades extranjeras. Como montañista ha conquistado las cumbres más altas de América.