Según se observa a la clase política, a los factores de poder económico y a la mayoría de los medios (oficialistas y opositores), la solicitud de invalidez de la elección presidencial promovida por el Movimiento Progresista fue una misión imposible. Por ello, desde las propias izquierdas, se preparan ya para hacerle frente a la nueva política que viene en camino con Enrique Peña Nieto, la cual no será tersa.

 

Veamos cómo se preparan desde la izquierda:

 

Lo afirma el propio Manuel Camacho Solís este día en la entrevista con Reporte Índigo: no vamos a una relación simulada de seis años que nos alejará más del electorado. “Porque además pienso que es exactamente contraproducente. Eso lo único que haría sería aislarnos, debilitarnos electoralmente, y reforzar un orden político que es contrario a lo que nosotros queremos que sea el país”, sentenció quien aspira y probablemente sea el próximo coordinador de los senadores del PRD y MC.

 

Lo han confirmado los gobernadores perredistas de Guerrero, Morelos y Tabasco y el próximo jefe de Gobierno, quienes se han reunido al menos en tres ocasiones en las últimas semanas para definir su estrategia frente al nuevo gobierno federal, que por supuesto, no crean que sea ni provisional ni interino ni AMLO. Les urge que sus legisladores tengan un experimentado negociador y como todos ellos le deben el apoyo a sus candidaturas de Marcelo Ebrard, empujarán para que pudiera ser José Ángel Ávila o un Chucho el coordinador de los diputados federales.

 

Ya lo asimilaron los principales dirigentes de la corriente del PRD de mayor peso, la Izquierda Democrática Nacional (mejor conocidos como los bejaranistas), que preparan su congreso para evaluar los resultados electorales, porque finalmente fueron ellos ganadores y quieren que Dolores Padierna coordine a los senadores, pero saben que será imposible.

 

Lo han dicho en corto los de la Alianza Democrática Nacional, tanto que hasta en su centro de estudios ya afinan foros de análisis y elaboración de documentos para que sean conocidos por todos.

 

Y desde el lado de los Chuchos, menos cocidos como Nueva Izquierda, también han marcado ya sus tiempos al lado de la resistencia con AMLO: 6 de septiembre y cada quien para su santo. A ellos les interesa la coordinación de los diputados y la dirigencia nacional del PRD.

 

La pregunta que ronda entre las izquierdas es la siguiente: ¿Qué vamos a hacer con Andrés Manuel? Aunque en realidad, ¿Qué va a hacer Andrés Manuel una vez que se hayan engranado los reacomodos en las cámaras, el PRD y el MC (el PT no tendrá ningún cambio, pues Alberto Anaya es inamovible)?

 

Desde la derecha, como lo hemos estado informando, el Yunque y los doctrinarios calderonistas se disputan el control del PAN y de las bancadas.

 

Felipe Calderón no quiere dejar al partido, y su empeño para que fuer Ernesto Cordero el que coordinara a los senadores ya encontró un freno: Héctor Larios, un cuadro del Yunque ya le hace frente.

 

Para la dirigencia nacional, hay dos posiciones: mantener a Gustavo Madero hasta febrero de 2013, aunque sea suicida. O amarrar el consenso para que llegue de una vez Juan Manuel Oliva, quien ya amarraría con todos los factores de poder panista.

 

Pero donde las cosas no están tan en buenos términos es en el PRI. Tal cual ha sucedido desde antes del 2000 cuando perdieron la Presidencia de la República, las corrientes internas se disputan ya las posiciones estratégicas del próximo gobierno. Veamos cómo está la batalla:

 

La dirigencia nacional del PRI es necesaria renovarla; Pedro Joaquín ya dio lo que tenía que dar y estorba para muchas de las decisiones, además de que su presidencia respondió a la operación cicatriz con el beltronismo.

 

Para la coordinación de los diputados  se registra otra batalla: Peña Nieto necesita a un incondicional suyo como Jesús Murillo, pero Beltrones se siente con derecho.

 

Los senadores parecen estar convencidos de que no habría quien le haga sombra a Emilio Gamboa Patrón. Pero todo puede venirse abajo y en una de esas lo mandan a la dirigencia nacional del PRI.

 

Los golpes bajos para definir al próximo gabinete presidencial no dejan de asomarse. Las cabezas visibles y seguras son Luis Videgaray, Miguel Osorio, Jesús Murillo y Alfredo del Mazo. Por eso, nadie duda que los golpes mediáticos y las “pruebas” filtradas a Ricardo Moreal sean producto del “fuego amigo” que pretende debilitarlos y descarrillar a alguno de ellos.

 

Los gobernadores ponen sus barbas a remojar. En el Estado de México, desde antes de la elección, se sabe que hay resentimiento de Eruviel Ávila con Videgaray. En Nuevo León, una vez más cuentan los días de subsistencia de Rodrigo Medina. En Tabasco, nomás deje el poder Andrés Granier ajustarán cuentas con él y los responsables de la derrota. En Veracruz, Tamaulipas y Durango crece la preocupación porque sus mandatarios corren más riesgos con un presidente emanado del PRI que con uno del PAN, sobre todo luego de los malos resultados de la elección.  

 

La discusión está en quiénes serán los operadores políticos del próximo gobierno. Vale la pena hacer un ejercicio de memoria para saber como sortearon sus propias crisis:

 

Sexenio

Operadores

Situación actual

 

CARLOS SALINAS DE GORTARI

(1988-1994)

 

Crisis de legitimidad luego de “la caída del sistema” y dudas sobre el resultado presidencial.

 

Cierre de sexenio violento: asesinatos de Posadas, Ruiz Massieu y Colosio.

 

Insurrección zapatista

 

Manuel Camacho Solís, regente, desarticuló al FDN-PRD en el DF. Dicen que fue quien operó la asunción de Elba Gordillo en el SNTE.

Comisionado para pacificar Chiapas.

 

Carlos Rojas, diseñó el Pronasol y cooptó a intelectuales de izquierda para su efectividad.

 

Manuel Bartlett se mantuvo firme para contener descontento de izquierdas y luego articuló reforma en la SEP.

 

Manlio Fabio Beltrones y Arturo Núñez rediseñaron al RFE y crearon condiciones para el IFE.

 

José María Córdova Montoya, “materia gris” del salinismo

 

Camacho.- Senador electo del PRD, próximo coordinador de senadores.

 

Rojas.- Sigue en activo. Junto con su hermano, Francisco, son los salinistas que operan para EPN.

 

Bartlett.- Senador electo por el PT. Será un incondicional de AMLO.

 

Beltrones.- Dip Federal, busca la coordinación de diputados y Secretaría de Gobernación.

 

Núñez.- Gobernador electo de Tabasco por el PRD.

 

Córdova.- Se dice que es consultor independiente.

 

ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEON

(1994-2000)

Crisis económica por “error de diciembre”.

 

Enfrentamiento con el salinismo.

 

Reforma política de 1996.

 

Alianza opositora en el Congreso.

 

Guillermo Ortiz, encargado del plan de rescata. Al frente de la SHCP y luego en Baxico.

 

Ángel Gurría, canciller y luego SHCP.

 

Arturo Núñez Jiménez, subsecretario de Gobernación y coordinador de diputados del PRI durante reformas económicas (Fobaproa, extranjerización de la banca, etc.)

 

Liébano Sáez, secretario particular, quien fungió como jefe de Gabinete.

 

Ortiz.- presidente del Consejo de Administración de Banorte, principal publicista de La Jornada, luego de Grupo Carso.

 

Gurría.- Presidente de la OCDE.

 

Núñez.- Gobernador electo de Tabasco por el PRD.

 

Liébano.- Está entre los asesores de EPN.

 

 

 

Como ustedes podrán observar, hay políticos que trascienden no sólo sexenios sino hasta partidos e ideologías. Así vienen las cosas; así es la política.

 

alexibarriossendero@gmail.com