La encuesta de El Norte, que fue una suerte de banderazo de salida para la elección de gobernador de Nuevo León en el 2021, arrojó varias sorpresas, pero una en particular llamó la atención al mundillo político:

Que Ildefonso Guajardo, el ex secretario de Economía en el sexenio pasado y negociador del TLC, con amplísima experiencia y cartas credenciales fuertes para ser gobernador de este estado norteño, tiene hoy por hoy posibilidades mermadas de ser el sucesor de El Bronco.

Contraste

La realidad es que en la fotografía de las preferencias electorales que presenta El Norte, la aspirante más competitiva del PRI sería Clara Luz Flores Carrales, alcaldesa del municipio de Escobedo, y esposa de Abel Guerra, un político colmilludo, profundo conocedor de las cañerías de la política mexicana del PRI y según dicen también de Morena.

Sorprende la fuerza del PRI en su aspirante más fuerte, que es Clara Luz. Sobre todo después de ver cómo este partido continuó su ruta de declive en las elecciones de principios de junio, de Puebla, Baja California, Tamaulipas, Durango, Quintana Roo y Aguascalientes. Más aún, con 22% de las preferencias, Clara Luz se encuentra cerca del empate técnico con Samuel García por Movimiento Ciudadano, el joven maravilla, que encabeza las preferencias con 24% de intención de voto, y en zona de empate con Víctor Fuentes por el PAN (23%) y Tatiana Clouhtier por MORENA, con un 21%, lo que indica que los cartones están muy parejos en esta entidad, donde por vez primera en el sexenio no vemos al partido de la 4T, arrasando con los electores.

Pero Ildefonso, quien se lanzó al ruedo hace unos meses como aspirante priista, en su mejor escenario de acuerdo con la encuesta de El Norte, tendría apenas 15% de preferencia, 20 puntos abajo de Samuel García (35%), muy cerca de Víctor Pérez por el PAN (13%) y el mismo puntaje que Poncho Romo, que en este careo de posibles candidatos a la gubernatura, fue medido por Morena.

Si Poncho Guajardo, en el otro escenario que publica El Norte, se enfrentara con Samuel García por MC, Tatiana Clouhtier por Morena , y Víctor Fuentes por el PAN, obtendría sólo el 13% de los votos.

Lo irónico del caso es que Poncho sería el mejor gobernador. El hombre que necesita Nuevo León para enfrentar los retos principales de este estado, que son económicos y de competitividad.

Pero si fuera candidato del PRI no ganaría, según la encuesta. Queda rezagado. Al menos en este momento.

 

Quién define la elección

Si estuviera en las manos de los empresarios de Monterrey, poderosísimos, de los fifís, o incluso de un segmento de la clase política y líderes de opinión, Ildefonso sería el candidato y gobernador de Nuevo León.

Pero la elección no la definen ni José Antonio El Diablo Fernández de FEMSA, ni los dueños de Alfa ni los capitanes de las grandes empresas de Monterrey. Tampoco la clase socioeconómica alta, que alcanza en Nuevo León tanto como cerca del 10 por ciento de los electores, más que en ningún otro estado de la república.

Si Poncho Guajardo quiere ser gobernador tiene que convencer a la clase media. Que en este estado semillero de riqueza —el más competitivo de México representa entre el 35 y 40% del electorado. Y al segmento popular, que alcanza entre el 45 y 50% de los votantes.

Esta tarea es compleja y cuesta arriba para un candidato con el perfil del ex secretario de Economía.

Los votantes de nivel medio son volátiles. Sin convicciones definidas por algún partido. En 2009, se decidieron por Rodrigo Medina, la carta del PRI, y terminaron tan desalentados que perdieron en forma tan estrepitosa frente a El Bronco en 2015, quien se convirtió en el primer gobernador independiente; para sufrir —nuevamente una gran decepción. (Para muestra basta un botón: en la encuesta de El Norte, Manuel González, su secretario general de Gobierno, si fuera candidato independiente obtendría el 2% de los votos)

Convencerlos hoy no va a ser fácil. Pareciera que en este momento los segmentos socioeconómicos medios reparten sus simpatías entre el PAN, un aspirante con el perfil de Samuel García, y en menor grado el PRI y Morena.

Poncho Guajardo, con cartas credenciales para generar crecimiento en un estado como Nuevo León, tiene atributos que pueden agradar a las clases medias, sobre todo si se sienten con riesgo en estos tiempos de incertidumbre de la 4T. Pero en este mercado político tan competido el éxito es bastante difícil.

En las clases populares, la mitad del electorado de Nuevo León, lograr la empatía de un aspirante con el perfil de Poncho Guajardo es una tarea más difícil. Ha ganado elecciones en estos segmentos. Pero muchos aquí lo perciben aún con un empaque tecnócrata.

Esto explica que en la medición de El Norte, Clara Luz y Adrián de la Garza  desde luego, ellos con la ventaja de ser más conocidos por ser alcaldes, el segundo de Monterrey que es un claro aspirante a la estafeta del PRI a la gubernatura obtengan más puntos en intención de voto que el ex secretario de Economía.

En la foto que presente hoy el periódico regiomontano el riesgo está claro: Ildefonso sería sin duda el mejor gobernador. Pero para logarlo tiene el enorme reto de convertirse en el mejor candidato.