Inaceptable, indignante y absurdo. Esos términos y más, merece el regaño público a nuestro Secretario de Seguridad pública, Alfonso Durazo Montaño, por parte del embajador de los Estados Unidos de Norteamérica, el Señor Christopher Landau, si el embajador de marras piensa que puede hacer eso, tan sólo por comer tacos y tortas con chile, enseñarnos que "se interesa" por nuestra Historia y Cultura, todo esto presumiendo en sus redes sociales, está muy equivocado, hace cinco siglos ya quedaron los tiempos en que los españoles vinieron a estas tierras a cambiar espejitos por oro (aunque en los peores años del neoliberalismo, de 2000 a 2018, el saqueo por parte de multinacionales haya sido aun más bestial). Aquí no va a exhibir usted a un funcionario de primer nivel y orden, y a prueba de toda mácula, mucho peor aún cuando la mayoría, sin temor a equivocarme, de los males que invoco en dicha reunión hecha pública son provocados por su país mismo, si, uno donde se vende todo tipo de drogas como si fueran chocolates en todas las esquinas, lo mismo que las armas se fabrican al por mayor y se puede adquirir armas de enormes calibres y altísima tecnología en cualquier supermercado o centro comercial, mismos dos problemas, que nos pegan directo a nosotros, los mexicanos.

El regaño lo quisiéramos ver hacia las autoridades del país que representa, por no ver reflejados sus esfuerzos en RESULTADOS en la disminución de la ingesta de toneladas y toneladas de droga, que (¡ooh, maldición geográfica!) tienen que pasar en su inmensa mayoría por nuestra frontera norte, lo mismo que las armas y miles de millones de dólares en efectivo de regreso, siendo su frontera una caricatura, porque o sus elementos fronterizos son muy ineptos o son, de plano, parte del negocio, no hay más.

Ahora, que si realmente quisiera usted, Señor Landau, ayudar a México (y a su país) en que se fueran reduciendo esos números de escándalo, haga las gestiones necesarias para obtener toda la información posible del personaje que ocupó el mismo cargo del hoy injustamente puesto en evidencia Alfonso Durazo, y que es, y lo sabe usted a la perfección, Don Genaro García Luna, el super policía mexicano durante 12 largos e infernales años, socio el, directo de los criminales, y el funcionario consentido del expresidente Felipe Calderón; debe usted inferir, supongo, la obviedad de lo más grave: la posibilidad de un presidente de México socio de la delincuencia, porque esa conclusión la sacaría hasta un niño de siete años.

Su país tiene todo para que se haga Justicia, y el Señor Calderón pase el resto de sus días, en caso de hallarse culpable, en una fría, pequeña e incomunicada celda, porque entonces sí, créame, todos los políticos mexicanos en adelante, y demás autoridades relacionadas con la procuración y administración de Justicia, se pensarían mil veces en hacer sinergia con los mismos a quienes debieran, por obligación, combatir.

Nos da gusto, y mucho, que coma usted tacos, tamales y tortas con chile, que cante nuestras canciones, y es usted bienvenido en México, pero como un Ciudadano más, en este caso con las credenciales de su dignísima representación diplomática. Debemos de ser no solo vecinos, sino amigos y hermanos, y sus actitudes de hoy no abonan sino en sentido opuesto. Y también algo debe usted ya saber, y es una sentencia que pronunció el General y Presidente Porfirio Díaz, que ideologías aparte, encierra toda la razón: "Pobre

México, tan lejos de Dios, tan cerca de los Estados Unidos"; hagamos todos juntos pues, que estas palabras comiencen a perder vigencia.