Hay ocasiones en que nos sentimos cansados, agotados y que ya no podemos con  tantas cosas que cargamos de nosotros mismos y de los demás.

Los seres humanos tenemos un cierto porcentaje de energía, pero esa energía es limitada. Esa energía la podemos utilizar en lo que cada uno decidamos, pero como esa energía no es demasiada, debemos utilizarla en personas o en situaciones que realmente valgan la pena para nosotros. Como la energía se acaba, tenemos que dosificarla y que utilizarla en cosas importantes. Estar conscientes de que podemos dar hasta cierta medida a los demás, ya que  una parte significativa de esa energía la necesitamos para nosotros mismos,  es la energía que requerimos para funcionar, para estar en equilibrio, para sobrevivir, es nuestra fuente de vida.

Cuando damos demasiado, nos desgastamos, no nos estamos quedando con lo mínimo necesario para estar bien nosotros, les damos todo a los demás, pero nosotros nos vamos quedando vacíos, sin la mínima fuerza para continuar.

Pensemos en personas o en situaciones que nos desgastan, dificultades laborales,  familiares, enfermedades etc. Habrá ocasiones que requieran gran parte de nuestra atención,  pero habrá muchas otras en las que no vale la pena desgastarnos.

La mayoría de las veces desperdiciamos nuestra energía en discusiones, enojos o asuntos que no valen la pena.

Por eso es bueno elegir qué y quiénes son las personas que merecen nuestra atención, nuestro tiempo y nuestro espacio; tal vez dando importancia a lo que realmente lo tiene, nos evitaríamos enojos, frustraciones y muchos malos ratos, atendiendo a lo que realmente lo merece.

¡Buen fin de semana!