En Zacatecas, frente a Enrique Peña Nieto, algunos simpatizantes de AMLO sacaron una manta.

 

La manta colocado frente a Peña Nieto, gigantesca, ampliaba una foto de EPN con Carlos Salinas.

 

No puede Peña Nieto negar sus relaciones con Salinas.

 

Todo el PRI actual es salinista.

 

Manlio Fabio Beltrones hasta de “usted” trata a Salinas.

 

Emilio Gamboa se hace pipí si Salinas alza la voz.

 

Pero no solo Peña Nieto y el PRI tienen conexiones claras con Salinas.

 

El gabinete económico de Vicente Fox, encabezado por el ultra salinista Francisco Gil Díaz, fue salinista.

 

El gabinete económico de Felipe Calderón, liderado por el salinista Agustín Carstens, es salinista.

 

El actual secretario de Hacienda de Calderón, José Antonio Meade, tiene sus orígenes ideológicos en el salinismo.

 

En el equipo de Vázquez Mota hay destacados salinistas, como Mario Laborín.

 

¿En la izquierda no hay salinistas? ¡Abundan!

 

Marcelo Ebrard, que será secretario de Gobernación de AMLO, fue apasionado salinista seis años.

 

Manuel Camacho, coordinador de los tres partidos de izquierda (PR, PT y MC) fue el mejor amigo de Salinas.

 

Ricardo Monreal fue salinista todo el gobierno de Salinas (dejó el PRI por pleitos con Zedillo).

 

Manuel Bartlett, candidato a senador de izquierda, estuvo en el gabinete de Salinas.

 

Bartlett, por cierto, fue el que le robó las elecciones a Cuauhtémoc Cárdenas para que Salinas ganara.

 

El enlace de AMLO con los empresarios, Alfonso Romo, a través de Pedro Aspe estuvo muy cerca de Salinas.

 

¿Qué tiene que ver Aspe, secretario de Hacienda de Salinas, con Romo? Han sido grandes amigos y hasta socios.

 

Dante Delgado, fundador del partido Movimiento Ciudadano, fue gobernador priista en la época de Salinas.

 

El PT lo fundó Alberto Anaya con el apoyo de Salinas. Anaya y Salinas son amigos, lo han sido 40 años.

 

O sea que Salinas es como la humedad, se cuela por todas partes.