Yo, como muchos en México, tenemos nuestro ritual para sentarnos y ver el partido de futbol de nuestro equipo favorito. Jueguen en viernes, sábado o domingo, por lo general busco reservar ese par de horas para que nadie necesite de mí y que pueda concentrarme en gritarle al televisor que, aunque se que no me oye, es parte de la catarsis semanal necesaria para que muchos sobrevivamos la semana.

Este fin de semana, ni el futbol relaja a los que descargamos parte del estrés semanal en él. El viernes, de una manera soez y antideportiva, el Tigres de la UANL se aprovechó de un equipo parado y le metió dos goles. La discusión no solo local, sino mundial, de lo bajo que habían caído los jugadores de los Tigres al atacar a un rival parado solo porque sí fueron parte de los comentarios del viernes en la noche y del sábado durante el día.

El sábado, fue un día normal de futbol, juegos que se llevaron a cabo tranquilamente. Muchos partidos se detuvieron un minuto de juego en solidaridad con los maltratados jugadores del Veracruz. Todos los partidos salvo el Necaxa-América donde no hubo ese minuto solidario. Válido porque no todos tienen que estar de acuerdo con lo que viven sus compañeros de trabajo. Con un poco de pena, pues no jugar un minuto en un juego no es nada. Si sumamos las “simulaciones” de faltas seguramente llegaremos a más de un minuto. Al menos aquí no metieron goles con los jugadores inmóviles.

 

Es raro tener juegos en domingo después del mediodía, pero ayer sí hubo dos. El San Luis contra el Querétaro y el Monterrey contra el Guadalajara. Juegos interesantes y con ganas de ver ambos en un domingo tranquilo.

Comenzó el juego en el estadio Alfonso Lastras de San Luis Potosí. En lo que los locales ven como un clásico, saltó la violencia. Querétaro iba ganando por dos goles lo que comenzó con las burlas. La porra del equipo visitante contra el equipo local. La burla de una afición fue tan “insultante” para los locales que empezaron los conatos de bronca hasta que la violencia tocó a todo el estadio.

El juego se seguía desarrollando cuando la violencia seguía en las gradas. Tanta fue la pelea que abrieron los accesos de las gradas al terreno de juego para proteger a las personas que no estaban involucradas en la bronca. Con todo esto se tuvo que suspender el juego cuando aún faltaban 5 minutos para terminar el tiempo oficial.

Siempre que veo estas escenas de violencia me da muchísima pena y muchísimo más coraje. Qué manera más estúpida de afectar un espectáculo familiar. Qué pena no poder ir a ver un espectáculo deportivo porque dos grupos de personas se toman personal lo que hace un equipo de once jugadores que al final de la jornada se irán a sus casas y a prepararse con otra semana de trabajo para el partido que sigue. ¿En verdad la gente cree que vale la pena pelearse por un equipo que no le importa lo que pase con ellos?

La violencia en el Estadio Alfonso Lastras no terminó con lo que vimos en el campo de juego. Continúo en las afueras del estadio y terminó con detenidos y sobre todo con heridos. ¿Es esto lo que causa el futbol?

Es increíble cómo algunos energúmenos crean que comprar un boleto para entrar al partido les da derecho a insultar a los jugadores y a los que traen una camiseta diferente a la propia. Una gran estupidez que nos enseña que no sabemos manejar situaciones de estrés. ¿En verdad los mexicanos somos de piel tan delgadita?

Las leyes municipales tienen que cambiar para poder castigar a estos imbéciles que ponen en peligro a miles por que se sintieron ofendidos por un marcador de un juego donde ellos no tienen nada que ver. Se tendrían que ver castigos ejemplares.

El municipio, el estado y el país debería de castigarlos como criminales e instigadores. La Federación Mexicana de Futbol debería de vetarlos de por vida para asistir a cualquier espectáculo deportivo que ellos administren. Estos tipos no pueden entrar más a un estadio de futbol en ninguna sede, primera división, futbol femenil o cualquiera de las otras divisiones, entrada prohibida de por vida.

Los equipos deberían de revisar los motivos de estas peleas. Desde la venta de alcohol hasta el consumo de estupefacientes. Una revisión ardua de los problemáticos para poder tener un espectáculo en paz. Para problemas graves, soluciones drásticas. No más porras o grupos de animación del equipo contrario. Venta de alcohol limitado por persona o por zona del estadio, o quizás veto total a la venta de alcohol en las canchas. Y no lo tienen que acordar ahora, lo tendrían que hacer ya. No es un hecho aislado, esta plaza es generalmente problemática, y esto tendría que pasar en todos los estadios.

Creo que las manifestaciones sociales son un reflejo de lo que vive la gente y las manifestaciones que polarizan tanto pueden acabar con los nervios de personas que no soportan que otros piensen diferente. Recuerde las manifestaciones de las últimas semanas donde una bola de estúpidos empezó con pintas y destrucción. Esos no son muy diferentes a los que ayer se peleaban por un equipo de futbol. Castigos ejemplares debería de haber para estos personajes que se esconden en el anonimato de las masas.

Lastimosamente, la próxima semana seguramente veremos que no hubo cambios en los juegos de la LigaMX, se tomará como un hecho aislado y seguramente se dejará pasar hasta que suceda algo más grave a lo que pasó en San Luis.

Si usted cree que exagero con los castigos que deberían de ser impuestos a los problemáticos, busque la imagen del niño que acompañó a su padre al futbol y la cara de pánico que tiene al no saber lo que está pasando. La niñez ve a los jugadores como ídolos deportivos y el ir al estadio no debe de ser una actividad de alto riesgo para las familias. No debería de ser así. Después de tantos problemas parece que ya ni ver el futbol nos puede distraer y relajar un poco. Polaricemos menos, y seamos más justos para juzgar y evaluar.