Hablemos un poco de un tema poco conocido por los simples mortales, EL CLUB DEL PISO 51 de LA TORRE MAYOR? 

Los invito a enterarse, porque a fechas recientes, con la presentación de un libro, muchos  hemos leído sobre este famoso piso ubicado en las alturas de la torre más alta  del  Paseo de la Reforma. Pero pocos, muy pocos sabemos realmente qué hay dentro.

En 1993 se inició el proyecto como tal, en 1997 comienza demolición del antiguo edificio y la primera piedra se pondría en febrero de 1998 así  comienza la construcción donde estuviera el edificio del cine Chapultepec,  todo en manos de Zeidler Partnership Architects, IDEA Asociados de  México, S.A. de C.V. Reichmann International.  Y para  presumir, toda la ingeniería de la estructura fue realizada por el mexicano Enrique Martínez Romero inaugurándose en marzo de 2003.

Se preguntarán ustedes de qué divaga ahora esta loca de la Divagante, ¿a qué se refiere? Porque no entendemos nada.

Bueno, pues hablando de la presentación  que el señor GERARDO FERNANDEZ NOROÑA hará de su libro en este espacio, a mí en lo particular me brincó mucho  el sitio donde se llevará a cabo dicha presentación, tomando en cuenta los antecedentes de él que siempre lucha en contra de  todo lo que sea visto como opulencia y despilfarro, o todo lo que huela a ricos o políticos de derecha, me parece  que no hay mucha congruencia al respecto, yo respeto, pero creo que puedo compartir esta opinión a título personal.

 Al leer un tuit sobre este evento a realizarse en EL CLUB DEL PISO 51  recordé un artículo escrito en la revista Expansión en abril  2008, revista de la cual fui subscriptora por un buen rato con decirles que hasta en una de sus revistas salí junto con crema y nata de empresarios? pero ese es otro chisme, les decía, el artículo de  Mauricio Ramírez nos informaba lo que representaba el mundo empresarial en México a esos niveles, niveles a los cuales  son solo unos cuantos los que pueden  tener cabida, lugar más de hombres que de mujeres, era casi como un club de Tobi, pero  al estilo de Ricky Ricón? lugar catalogado por muchos diarios en su momento  como solo para ricos y potentados, este club si no mal recuerdo se inauguró en 2007 y los dueños eran en ese momento y supongo siguen: Alberto Cinta, Eduardo Solórzano, Sergio Berger y Fernando Arámburu.

 A  la vista de todos pero escondido,  perdido entre las alturas  donde simples mortales no pueden subir, a menos que sean el hombre araña? O fueras uno de los afortunados que  subió al mirador en el piso 52 antes de que lo rentaran y cerraran al público.

Con espacios diseñados por el arquitecto Francisco Hanhausen y  muebles  de Ralph Lauren, el lujo y la comodidad, son lo que impera. El club tiene bar, lounge, restaurante, auditorio, biblioteca, dos terrazas, 12 privados, cuatro suites de hotel, gimnasio, camas de bronceado, vapor, jacuzzi y spa, visitas guiadas a sitios de interés, catas de vino y foros de debate.

La membresía está sujeta a una recomendación de un miembro y a la aprobación del comité del club la presentación de su sitio web se lee así:

?Somos un club exclusivo y global, donde los socios constituyen el principal valor de la membresía?.

 ?Respondemos a una filosofía de mérito. Aceptamos solamente a quienes por su esfuerzo, liderazgo y educación enriquecen la vida y la red de socios del club?.

?Nuestro lema AMAT VICTORIA CURAM, retoma el proverbio de la antigüedad romana: La victoria ama a quienes se esfuerzan?.

El costo de la membresía en 2007 era de unos 14 mil dólares, en ese momento unos 154 mil pesos mexicanos aproximadamente. Y se pagaba una cuota de mantenimiento de  2 mil 500 pesillos mensuales. Con un límite de mil 500 miembros. En un mundo  donde es más importante  a quien conoces que lo que sabes y hasta lo que tienes? este es un nicho que cualquiera desearía poder  tocar siquiera.

En este lugar te olvidas del mundo, y cuando lo percibes como tal y te das cuenta que quienes lo frecuentan  son los que deciden el destino de nuestro país, entiendes un poco por qué sus propuestas siempre están por las nubes y alejadas de la realidad, sí, adivinaste, es frecuentado por muchos POLÍTICOS y POLÍTICAS  mexicanos.

Aquí, el ruido de automóviles, marchas y protestas   no existe. A casi 200 metros del suelo las cosas se ven de manera totalmente diferente. La ciudad cambia de máscara y solo deja ver lo que tu cerebro lleno de lujo te permite. Todo al tamaño de una hormiga, las cosas pierden su justo valor y a veces se perciben como nada.

  En 2008 nos contaba Mauricio: 

?En menos de ocho meses, lo que eran tres plantas listas para recibir oficinas corporativas fueron transformadas en el lujoso Club Piso 51, centro de negocios, esparcimiento y placer para hombres y mujeres de alto nivel ejecutivo?.

?Para el arquitecto Francisco Hanhausen, director de la firma de arquitectura que diseñó el Club, la oportunidad era de ésas que se presentan una vez en la vida: la más que privilegiada situación del proyecto, la complejidad de su programa, el nivel de exigencia y de cuidado de los detalles impuesto por los clientes, convertían al proyecto del Club en un desafío imposible de resistir. Teniendo como premisa la satisfacción de los inversionistas, quienes aportaban constantemente ideas al equipo, Hanhausen buscó crear un espacio atemporal donde no hubiera compromisos con tendencias de diseño efímeras. Con ello pretendió crear un sitio que no pasara de moda, sino por el contrario, que en sus servicios, gama de materiales e iluminación, tuviera la vigencia de un clásico.?

?Así, el restaurante cuenta con una serie de pequeños espejos enmarcados en el plafón, el lounge con un artesonado repujado en lámina, el elevador interno es un bloque macizo rojo y la zona de la escalera es envuelta por el relajante rumor de una fuente diseñada por el artista Daniel Inda? el mobiliario fue seleccionado del catálogo de Ralph Lauren?.

?Así se enlazan y conviven ordenadamente una serie de locales con funciones muy diversas en los tres niveles. En el piso 49 (de salud) está el gimnasio con un bar de jugos, además del spa con todos los servicios, como hidromasaje, vapor, sauna, peluquería y salas de tratamiento. En el piso 50 (de negocios) existen suites para socios de otras ciudades que deseen alojarse en el Club, además del centro de negocios con salas de juntas y de conferencias. En el piso 51 (social), el principal del Club, se encuentran el auditorio, salones de eventos, biblioteca, salón de juegos, el restaurante y el bar-lounge?, cuenta Mauricio Ramírez.

Como puedes darte cuenta querido Divagante, el lugar no es para cualquiera, ni siquiera para pensar en una "visitadita", menos una invitación al spa o disfrutar de sus comodidades, bueno; a menos que seas  amigo de unos de sus influyentes socios, lo cual es una proeza, una suerte, o como gustes llamarle, un lugar para negocios de altura, para el placer  en la máxima expresión y para el desfile de vanidades. 

Por eso convendría saber por qué el señor Noroña eligió este sitio para la presentación de su libro, digo, porque también creo que  sus seguidores deben estar haciéndose la pregunta que yo me hice , y sin afán de que se vaya a ofender. Aparte que el recinto es muy limitado a un número de invitados y él cuenta con miles de seguidores que quisieran haber podido estar en este evento.

http://clubpiso51.com/

 En su liga encontrarás toda la información y hasta un apartado para llenar solicitud de entrada, si te animas y te aceptan, invitas a los amigos, no se te olvide que aquí te pasamos el dato.

Buena tarde y como siempre en espera de sus comentarios.