El crimen
Hoy hemos sido testigos de uno de los momentos más tristes de la vida de nuestro país. En el Senado se ha perpetrado un crimen en contra de la Constitución, del Estado de Derecho, de la vida democrática de México y ha sido herida de muerte la Comisión Nacional de Derechos Humanos, CNDH
El crimen culminó el martes 11 de noviembre, pero empezó con la votación de cuatro días antes, en la que no se supo cuál fue el voto de los senadores: se contabilizaron votos menos, lo que hizo inconstitucional el triunfo de Rosario Piedra.
Ayer, la CNDH muirió cuando se votó para saber si se tenía que repetir la primera elección del o la responsable de la CNDH. Destruyeron a la Comisión de Derechos Humanos al no hacerlo. Se confirmó la violación a la Constitución y por ende, a la misma institución que deberían salvaguardar.
Cambio de decisión
En la mañana del martes Ricardo Monreal dijo que se podía repetir la elección del ombusperson de la CNDH. Su propuesta fue aplaudida por la sociedad en general. Aun suponiendo que quedase Rosario Piedra, no habría forma de que iniciase su mandato con un proceso viciado y altamente cuestionado. Al repetir la elección, le daría la legalidad necesaria para sus funciones.
Sin embargo, algo pasó en el transcurso de la tarde. Para que no se leyera tan hipócrita pusieron en el tablero: “Moción de procedimiento del senador Ricardo Monreal”. Como si el nombre ocultara que se buscaba mantener la ilegalidad, la forma más burda de robar una elección.
Votación en contra
En este caso, la votación sí fue transparente, apareció en el tablero electrónico el voto de cada uno de los senadores. 67 senadores votaron en contra de que se repitiera la elección, 46 a favor –incluyendo a miembros de Morena- y 9 se abstuvieron. 6 ni siquiera tuvieron el valor de presentarse.
Senadores de Morena votaron en ambos sentidos. La minoría votó para repetir la votación, entre ellos el mismo Ricardo Monreal o Lilly Téllez. Congruentes con una necesidad de certeza jurídica. Los panistas y Movimiento Ciudadano también votaron por la moción de Monreal.
Quienes votaron en contra fueron los de la mayoría de Morena, la bancada del PRI y obvio, Manuelito Velasco, exgobernador de Chiapas y senador con licencia de sí mismo.
¡Con qué cara los priistas dicen ser oposición! ¡Con qué valor pueden osar pensar en regresar con el desfiguro y la traición cometida!
Hoy, Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruíz Massieu, Manuel Añorve Baños, Jorge Carlos Ramírez Martí, Sylvana Beltrones Sánchez, Eruviel Ávila, Claudia Edith Anaya Mota, Nuvia Mayorga Delgado, Mario Zamora Gastelum, Vanessa Rubio y Carlos Humberto Aceves, votaron en contra. La 2ª falange de Morena en el Senado. Mientras que los también priistas Beatriz Paredes Rangel, Verónica Martínez García y Ángel García Yáñez, ni siquiera se presentaron. Flaca caballada en número, inexistente como oposición.
Se entiende el desastre del PRI en las encuestas, como la reciente de SDP Noticias sobre preferencias electorales donde habrá cambio de gobernador. Bien hará Alejandro ‘Alito’ Moreno en pedir licencia a la presidencia del partido. Si no lo hace, pasará a la historia commo el dirigente que llevó al priismo a su extinción,
La pregunta flota en el aire, ¿tienen tanta cola que les pisen que prefieren seguir sirviendo de comparsa? Su actitud demuestra lo miserable de su estampa. Priistas al fin.
Toma de tribuna
Faltaba el último acto de un atropello constitucional. Al momento de hacer jurar el cargo a Rosario Piedra, los senadores de todas las fracciones se abalanzaron a la tribuna. Un zafarrancho de golpes, gritos y empujones indignos de una arena de lucha libre se gestó en la máxima tribuna del país. La presidenta de la mesa directiva, con interrupciones, jalones y luego azuzada por otro senador con: “Ya tómale protesta”, se prestó a uno de los actos más viles y falsos que veremos en el senado.
Gustavo Madero trató de evitar la falsa juramentación. Pareciera que iba en contra de la presidenta de la cámara y en redes sociales, se le llamó “golpeador de mujeres”. No sabremos qué iba a realizar, porqué terminó en el piso derribado por una senadora. Todos representan lo más inmundo de la política nacional. Usar la violencia, donde la palabra debería reinar. La gresca terminó en el momento en que Piedra juró el cargo.
No hay ganadores
Quienes festejan el triunfo de Piedra, saben que es sobre una votación inconstitucional, fraudulenta. Quienes festejan que Monreal perdió con su moción, los manejan sus venganzas personales, aquellos más quienes negaron la oportunidad a una votación sin trampas, cargan con el oprobio de quienes creyeron en ellos, han puesto una estocada más a su moribundo partido.
Rosario Piedra, durante todo su mandato cargará con la duda y la zozobra de la ilegitimidad. Lo que tanto odió y repudió; hoy se ha convertido en uno de ellos. Del poder sin pudor, de la ilegalidad sobre la ciudadanía.
La CNDH pierde. En el nombramiento espurio (sí, copia de quien critican), en la falta de certeza jurídica.
Pésame
Los senadores cometieron en todo el proceso, alta traición contra el pueblo mexicano. Fallaron con una votación ilegal, al aceptar a una candidata cuestionable por su militancia en Morena y su cercanía al poder, con una irritante opacidad en el proceso y un cinismo absoluto.
Ellos, quienes juraron guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen, hicieron todo lo contrario. Han matado una instancia autónoma y que era un contrapeso al poder. Quienes dijeron ser diferentes, son iguales. Violan la Constitución, destruyen instancias, no escuchan a la ciudadanía.
El atropello a la Constitución y a la CNDH, cometidos por la cámara alta, queda junto al asesinato de don Belisario Domínguez, como uno de los momentos más oscuros y arteros del Senado mexicano.
No estamos de luto por la CNDH o la Constitución, las mismas resistirán este terrible embate o renacerán en otras instituciones. El luto se guarda por los hombres y mujeres que dicen representarnos, por quienes se llaman “oposición”. Han abandonado sus ideales (¿tenían?), han optado por ser mezquinos y burlarse de todos nosotros. Esos seres, son muertos en vida, apátridas.
El luto que hoy guarda México, se debe por tener estos hijos cobardes.